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Rusia se lanza a ocupar el este y el sur de Ucrania para abrir un corredor hacia Crimea y la región prorrusa de Moldavia

El régimen de Vladímir Putin ha reconocido sus intenciones de ocupar estas zonas ucranianas para tener un acceso libre de las autoridades de Kiev. El territorio que pretende conquistar comprende la región separatista de Transnistria.

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Tropas y tanques prorrusos apostados a las afueras de la ciudad portuaria de Mariupol. — Alexander Ermochenko / REUTERS

madrid,

Al borde de llegar a los 60 días de guerra, Moscú ha intensificado su presión en el este del país. Desde que retiró sus tropas de los alrededores de Kiev, el régimen de Vladímir Putin se ha centrado en ocupar las región del Donbás y hacerse con el control de las estratégicas ciudades de Jersón o Mariúpol. 

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En este escenario parece inviable que se reanuden las negociaciones entre Rusia y Ucrania. Ambas potencias permanecen a la espera de la evolución en el este del país, según indica el Instituto para el Estudio de la Guerra. El organismo apunta que las autoridades ucranianas están evaluando las capacidades de su ejército para hacer retroceder a las fuerzas rusas. 

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La resistencia encabezada por Volodímir Zelenski aguanta las ofensivas de Putin. De hecho, la entidad mencionada recoge que el Kremlin está describiendo la guerra no como un conflicto contra Ucrania, sino contra la OTAN para justificar la lentitud de las operaciones desplegadas y el incremento de las bajas de militares rusos.

Aun así, las autoridades de Moscú no cesan y preparan intensificar las hostilidades no solo en el este, también en el sur para "consolidar su ocupación militar y establecer las condiciones para exigir el control permanente de estas zonas". Rusia señala, de hecho, que ya se ha hecho con el dominio del 80% de las autoproclamadas repúblicas de Lugansk y Donetsk. Ucrania ha avisado además que al menos 42 municipios han caído en manos rusas. 

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Objetivos: hacia Crimea y Moldavia

El régimen de Putin ha reconocido por primera vez sus intenciones de establecer un vínculo que una la parte occidental de Rusia con la península de Crimea, que Moscú se anexionó de forma ilegal en 2014. A esto se le suma tomar el sur del país para incrementar el territorio en manos rusas y establecer otro nexo con la región prorrusa de Transnistria, en Moldavia. Así lo ha explicado el comandante en funciones del Distrito Militar Central de Rusia, Rustam Minnekéyev: "Desde el inició de la segunda fase de la operación especial, que comenzó literalmente hace dos días, una de la tareas del Ejército ruso es establecer el pleno control sobre el Donbás y el sur de Ucrania". 

El general mayor ha justificado que la finalidad de controlar estas zonas es "establecer un corredor terrestre a Crimea y ganar influencia sobre instalaciones vitales de la economía ucraniana y los puertos del mar Negro a través de los cuales se envían los productos agrícolas y metalúrgicos a otros países". El control del mar Negro pasa por poseer los puertos con salida al mar de Azov. El más importante se encuentra en Mariúpol. En esa ciudad, militares y civiles ucranianos resisten en la acería de Azovstal. 

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En el caso de avanzar hacia el sur, Minnekéyev ha alegado que "es una vía de acceder a Transnistria, donde también se constatan los hechos de discriminación contra los residentes de habla rusa". El argumento de la "rusofobia" ha sido esgrimido en otras ocasiones por los mandos del país para explicar los avances de sus unidades militares. "Después de hacerse con el control del sur de Ucrania, Rusia planea invadir Moldavia. Ahí dicen que los rusoparlantes están siendo oprimidos", ha señalado el Ministerio de Defensa ucraniano. Respecto a estas declaraciones del representante de Kiev, el Kremlin ha guardado silencio: ni confirma ni desmiente.

El Gobierno de Ucrania califica las intenciones de Putin de "imperialismo" y ha subrayado que el presidente ruso ha revelado su verdadera meta en la invasión, que nada tiene que ver con la "desnazificación", como aseguró al empezar la guerra el 24 de febrero. "Dejaron de ocultarlo. El comando de saqueadores, violadores y asesinos rusos ha reconocido que el objetivo de la 'segunda fase' de la guerra no es una victoria sobre los míticos nazis, sino simplemente la ocupación del este y sur de Ucrania", ha sostenido el departamento de Defensa de Ucrania.

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El drama humanitario: casi 2.500 muertos

Conforme pasan los días, aumenta el número de civiles heridos y muertos en la contienda. Los bombardeos, los disparos y los combates en las calles de las ciudades ucranianas han dejado un clima de horror y desesperanza para muchas personas que huyen de la guerra. De hecho, el alcalde de Mariúpol, Vadym Boychenko, ha denunciado la existencia de una fosa común en la que han podido ser enterrados entre 3.000 y 9.000 cadáveres. Unas imágenes satelitales podrían respaldar las palabras del dirigente ucraniano. 

No obstante, ningún organismo independiente ha podido verificar la información lanzada por Boychenko. Por el momento, una de las pocas entidades que ofrece información contrastada es la ONU. La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha informado que la invasión ya ha provocado 2.435 muertes y han resultado heridas 2.946 personas

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Entre los fallecidos hay 746 hombres, 469 mujeres, 48 ​​niñas y 66 niños, "así como 70 niños y 1.036 adultos cuyo sexo aún se desconoce". La organización reporta que, de los heridos, 345 son hombres, 274 mujeres, 62 niñas y 67 niños. Y hay 157 menores y 2.041 adultos que no se han identificado. 

Investigaciones sobre crímenes de Guerra

Muchos países, por lo tanto, están redoblando sus esfuerzos por conocer el alcance del desastre humanitario y esclarecer si se han producido crímenes de guerra. Italia y España han apoyado abrir una investigación internacional sobre estos crímenes contra civiles, sobre todo, tras la masacre denunciada por Ucrania en Bucha y otras localidades. 

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"Hemos hablado de los últimos acontecimientos en la guerra de Ucrania. Compartimos con Madrid la consternación y la condena de las atrocidades cometidas en Bucha, Kramatorsk y otros lugares del país. Italia y España coinciden en apoyar la necesidad de una investigación internacional para castigar a los autores", ha asegurado el ministro italiano de Exteriores, Luigi di Maio, tras reunirse en Roma con su homólogo español, José Manuel Albares.

El representante italiano ha agregado que Roma y Madrid buscarán reforzar la coordinación entre ambos Estados dentro de la Unión Europea para "definir nuevos esfuerzos conjuntos de apoyo a la resiliencia política, financiera y militar de Ucrania, y para hacer frente a la dramática situación humanitaria". "He confirmado al ministro Albares la plena disposición de Italia a contribuir a la adopción de nuevas medidas para reforzar la presión sobre Moscú para que cesen las hostilidades, sin vetos", ha manifestado Di Maio.

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