Una embarcación con unos cien refugiados rohingya que huían de la escalada de violencia en Myanmar -Birmania- naufragó este jueves en la bahía de Bengala, frente a las costas de Bangladesh, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), que ha confirmado únicamente el rescate de 17 supervivientes. 

La Policía de Bangladesh recuperó este viernes los cadáveres de cuatro niños frente a las costas de Ujiya, cerca de la localidad bangladeshí de Shamlapur, lo que eleva a 20 el número de muertos por el hundimiento. Por su parte, la OIM, que cita testigos, indica que más de 60 personas que viajaban en el bote están desaparecidas.

"Al amanecer hemos recuperado cuatro cuerpos de niños flotando cerca de la orilla", dijo a Efe Kai Kislu, inspector de la Policía del subdistrito de Ukhia, en Cox's Bazar, en el sureste del país. El oficial dijo que en total han recuperado los cadáveres 14 niños y seis mujeres.

Los vecinos de esta zona cercana a la frontera vieron cómo el barco se hundía, por lo que iniciaron rápidamente un intento de rescate al que se sumaron posteriormente servicios de emergencia. Autoridades policiales, bomberos y guardafronteras buscan en la zona supervivientes, indicó la fuente policial.

Habitantes del lugar consiguieron rescatar a otras 27 personas, nueve de los cuales están ingresados en un hospital de Ukhia. La OIM dijo que algunos supervivientes aseguraron que alrededor de un centenar de personas viajaban en el bote. 

La zona sufría este miércoles un temporal de lluvias y vientos y el mar se encontraba agitado cerca de la costa. Un policía citado por la agencia de noticias Reuters, Afrajul Hoque Tutu, ha confirmado que tres barcos han naufragado en las últimas horas.

Servicios de rescate buscan supervivientes tras el naufragio de un barco con más de cien refugiados rohinyás en aguas de Bangladesh. / Reuters

Sobrevivir a la tragedia

Una de las supervivientes, una mujer de 22 años identificada como Jadija Begum, ha explicado al personal de la OIM (todavía sobrecogida) los pormenores de una tragedia en la que ha perdido a un bebé de ocho meses, así como a su suegra, una cuñada y un sobrino de cuatro años. Su marido y otro hijo figuran, como ella, entre los supervivientes.

Begum ha explicado que tardaron dos días y dos noches en llegar al lugar desde donde se embarcaron el miércoles para cruzar la frontera por mar. A bordo del barco viajaban unas cien personas, aunque esta mujer ha admitido que podrían ser incluso más y ha señalado que la mayoría eran niños.

Flotaron en el mar durante toda la noche, sin comida, y el capitán no intentó aproximarse a la costa hasta este jueves por la tarde, cuando creyó que no sería avistado por autoridades. Sin embargo, durante la maniobra, el capitán perdió el control de la embarcación debido al mal tiempo y se produjo el naufragio, según Begum.

"Estas personas pensaron que habían llegado por fin a una zona segura, pero murieron antes de poder tocar tierra", ha lamentado uno de los trabajadores de la OIM presente en el lugar, Abdulá al Mamoun. De hecho, la embarcación volcó relativamente cerca de la costa, pero en una zona profunda.

La superviviente ha asegurado que el capitán era un hombre de nacionalidad bangladeshí que ha desaparecido tras el incidente. Los refugiados no habían cerrado un precio por el viaje, sino que acordaron efectuar el pago una vez tocasen tierra, algo que nunca ocurrió.

La OIM se ha puesto en contacto con otras agencias de la ONU y con autoridades locales para garantizar que los supervivientes tienen un sitio al que ir. Inicialmente han quedado a cuidado de un miembro del consejo local, a la espera de que se gestione una solución más en firme.

Medio mellón de refugiados

Según la OIM, más de medio millón de rohingya han llegado a Bangladesh para escapar de la ofensiva que han lanzado en las últimas semanas las fuerzas birmanas, a raíz de un ataque insurgente perpetrado el 25 de agosto en el estado de Rakhine (oeste de Myanmar).

Las autoridades bangladeshíes han recuperado ya los cadáveres de 133 rohinyás que han fallecido durante la oleada de refugiados que comenzó cuando la violencia estalló en Myanmar creando una crisis humanitaria de enormes proporciones.

Los rohinyás entran a Bangladesh fundamentalmente por tierra a través de los accesos terrestres por Cox's Bazar o Bandarbam o por mar, atravesando el río Naf que sirve de frontera natura entre ambos países o adentrándose en el mar para entrar por el litoral suroriental bangladeshí.