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La retirada de las tropas rusas conduce a la partición de Siria

El futuro de Asad

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Combatientes rebeldes en el pueblo de Tel Mamo, al sur de Alepo. - REUTERS

JERUSALÉN.- La partición de Siria se presenta como inevitable. La evacuación parcial de las tropas rusas que el lunes anunció el presidente Vladimir Putin simplemente confirma una idea que rusos y estadounidenses han barajado en público y han dejado correr en las últimas semanas, y que al día de hoy parece la única solución viable del conflicto que se inició hace ya cinco años.

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El futuro de Asad

La decisión del Kremlin deja al presidente Bashar al Asad en una posición muy complicada en la conferencia que el lunes se inició en Ginebra entre el régimen y los rebeldes “moderados”, cuya representación real en el país es uno de los grandes misterios del siglo, aunque, eso sí, cuentan con todo el apoyo de Occidente.

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Uno de los más espinosos problemas con que se encuentran los negociadores de Ginebra es el papel que debe jugar Asad en la transición y si el actual presidente podrá concurrir a las elecciones que se convocarán próximamente. Los rebeldes se oponen a ello pensando que si Asad se presenta es muy probable que gane las elecciones.

Un avión militar ruso despega de la base aérea de Hmeymin. - REUTERS

Un futuro aún más incierto

Esta circunstancia abunda en la idea de la partición. Ahora bien, quienes creen realmente que todavía es posible mantener a Siria unida, si es que todavía existe un grupo así, se niegan a abrir los ojos ante un futuro no menos incierto que el pasado. En pocas palabras, y en el estado actual de la situación, es completamente imposible que un presidente sirio distinto de Asad pueda conservar el poder más allá de unos días si no multiplica exponencialmente la represión.

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Actitud de EEUU y Arabia Saudí

Ciertamente existe la posibilidad de que los rusos vuelvan a Siria, aunque es una posibilidad remota que en gran parte dependerá del desarrollo de la conferencia de Ginebra. Putin es consciente de que su fuerza aérea no basta para vencer y que el riesgo de mantener su presencia a los niveles actuales no lo iba a resolver. Enviar tropas terrestres hubiera sido una opción completamente descabellada.

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