La represión no logra frenar las protestas en Siria
La muerte de 30 manifestantes espolea la movilización
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Al menos 30 civiles han muerto en las últimas 48 horas en varias localidades sirias donde continúan celebrándose protestas contra el Gobierno, y donde se está creando una situación que sugiere que pronto podría producirse un cambio de régimen, tal como exigen los manifestantes de una manera cada vez más abierta.
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Los incidentes más graves tuvieron lugar el domingo en Homs, en el centro del país. Decenas de miles de personas participaron en los funerales de los civiles muertos en esa ciudad, cuya cifra no está clara aunque podría alcanzar la treintena.
La situación en esa ciudad se ha deteriorado después de que el sábado las autoridades comunicaran a la población el fallecimiento del jeque suní Faray Abu Musa, que había sido detenido una semana antes en un aparente perfecto estado de salud cuando salía de una mezquita.
Bashar al Asad anunció el sábado la inminente derogación de la ley marcial
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Algunos residentes de Homs han informado a las agencias extranjeras de que un gran número de matones vestidos de paisano, que en realidad son militares, abrieron fuego contra la multitud. Miles de ciudadanos se concentraron en una plaza céntrica asegurando que no se moverán hasta que caiga el régimen.
En la vecina localidad de Talbisa, al menos otros cuatro manifestantes murieron el domingo cuando las fuerzas de seguridad dispararon contra miles de personas que participaban en el sepelio de otros manifestantes muertos con anterioridad.
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El Gobierno sirio ha denunciado la existencia de grupos criminales que disparan contra los manifestantes y los policías para provocar a unos y otros. Para intentar frenar las protestas, el presidente Bashar al Asad anunció el sábado la inminente derogación de la ley marcial, que ha estado en vigor durante casi 50 años.
Por otra parte, The Washington Post informó que Estados Unidos ha estado financiando a grupos de la oposición siria que actúan contra el Gobierno de Damasco. La ayuda comenzó en 2006, en la época del presidente George Bush, coincidiendo con la guerra de Líbano entre Israel y Hizbolá.
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En el caso de Siria, The Washington Post pone como ejemplo la financiación del canal de televisión vía satélite Barada, que emite desde Londres, que se fundó en 2009 y que disemina contenidos contra el régimen de Damasco. Este canal y otros grupos de la oposición habrían recibido por lo menos seis millones de dólares desde 2006 de Estados Unidos.