Refugiados bloqueados en los campos improvisados en las calles de París
Campo oficial con poca capacidad
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PARÍS.- En la avenida Presidente Wilson, en el barrio de Saint Denis -al norte París-, hay un campamento espontáneo desde hace dos semanas. Unas 400 personas, según los voluntarios de la zona, viven bajo el frío del invierno parisino. A lo largo de la avenida hay tiendas de campaña a ambos lados, sobre el poca césped y sobre el asfalto. Pocas están a cubierto de la lluvia. Por la noche encontramos a un grupo de afganos cocinando para el resto del campamento. "¿Quieres un té?", pregunta sonriente uno de los cocineros que no debe llegar a los 20 años. Lo hacen gracias a grupos de voluntarios que se acercan cada noche para llevar comida, ollas y fogones para que cocinen y ropa para pasar la noche.
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Uno de estos grupos es Paris Refugees Ground Suport. Son una pareja inglesa que ha estado en otras partes de Europa haciendo lo mismo. Se coordinan con Calais, al norte de Francia donde hay un almacén, para las necesidades básicas: "Cada día hacemos cuatro repartos: primero prendas de ropa de la cintura para abajo, después de cintura para arriba y acabamos con mantas, tiendas y sacos de dormir. El último reparto no lo hacemos en el campo, sino a las personas que están dispersas por la calle y se basa sobre todo en mantas, comida y agua ", explica Heather Tenza.
"La policía cada vez es más dura y los desalojos más frecuentes, los echan de la calle sin darles una alternativa"
De hecho, entre el voluntariado corre el rumor de que en breve el campo de Saint Denis será evacuado por la policía. Esta, según explican diferentes activistas, es una práctica habitual: sin avisar y de madrugada la policía acordona la zona y echa a todo el mundo, hay quien es trasladado a un centro de acogida (CAO), otras a Centros de Detención Administrativa (CRA), los CIE franceses. Ya ha pasado a otras partes de la ciudad, explica Gilles Stermann, miembro de la Bureau d'Accueil et d'Accompagnement des Migrants (BAAM), una entidad no oficial que ha renunciado a dinero del gobierno.
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Campo oficial con poca capacidad
Däniken Jurisic, una activista de Paris explica que el campo de acogida oficial, conocido como "campo Hidalgo", por el nombre de la alcaldesa, es insuficiente. "La policía cada vez es más dura y los desalojos más frecuentes, los echan de la calle sin darles una alternativa. El campo oficial es una excusa para que el gobierno lo presente como una solución a la situación de estas personas pero sólo cubre una parte ", explica. Según La Cimade, una organización que trabaja por la defensa de los derechos de los migrantes en Francia y fiscaliza la acción del gobierno, no es la municipalidad quien debería poner soluciones, sino el Estado. Hidalgo, según Rafael Flichman, responsable de comunicación de la organización, "podrá resolver las emergencias sólo si el Estado resuelve el resto".
El año pasado Francia tuvo 50.840 demandas de asilo de las cuales el 80% fueron rechazadas, según Eurostat. Este año se calcula que serán unas 80.000
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La alcaldesa anunció a principios de diciembre la apertura de un segundo campo, en Ivry-sur-Seine (Valle del Marne). Será especialmente para familias, con capacidad para 400 personas y abrirá puertas en enero de 2017. Según la alcaldesa, hay 1.500 personas con perfil vulnerable en la ciudad. Jurisic no es nada optimista. Ella es bosnia refugiada en Croacia durante la guerra en el país en 1992. Explica que como el país vecino los acogió, "éramos tratados como un problema, como aquellos que nos queríamos aprovechar de los servicios sociales, como delincuentes. Esta discriminación rompió muchas vidas, mucha gente tuvo que volver a marchar y volvió a ser refugiada". Una vez terminada la guerra, el aumento del sentimiento nacionalista en Croacia hizo que ella y su familia se vieran obligadas a marchar porque eran tratados como clase de segunda. "Me reconozco a mí misma, a mis amigos y a mi familia, a mi pasado en esta situación. No puedo pasar sin hacer nada ", relata indignada.
Entramado burocrático
El año pasado Francia tuvo 50.840 demandas de asilo de las cuales el 80% fueron rechazadas, según Eurostat. Este año se calcula que serán unas 80.000 las que lleguen. Las principales nacionalidades son Sudán, Afganistán, Somalia o Eritrea. El proceso para pedir protección internacional es largo y confuso, corrobora La Cimade. "La sociedad civil y las pequeñas asociaciones son las que terminan haciendo el trabajo que debería hacer el Estado", explica Flichman de La Cimade, y añade: "el sistema ya tenía disfunciones antes de 2015".
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La aplicación de la Convención de Dublín, un problema
Una de las preocupaciones recientes entre las organizaciones y según el último informe de The Asylum Information Database (AIDA) sobre Francia, sin embargo, es la aplicación de la Convención de Dublín por el que ya se han denunciado casos como el de cuatro sudaneses a finales de noviembre. Este sistema dice que cualquier persona que entre en Europa debe pedir asilo en el primer lugar por el que pasa y, por tanto, el resto de estados tienen la potestad de devolver a cualquier persona que tenga registradas las huellas dactilares en ese país.