El ranking que avergüenza a la humanidad: estos diez conflictos aterrorizarán a la población civil en 2024
La Franja de Gaza, Ucrania, Yemen o Sudán aparecen entre los puntos calientes del planeta en el nuevo año. Organizaciones de derechos humanos advierten sobre las graves situaciones que afrontarán las respectivas poblaciones civiles.
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bilbao, Actualizado:
El horror no sabe de celebraciones. Los brindis por el nuevo año parecen cosas de extraterrestres en aquellos puntos del planeta donde no saben a ciencia cierta si acabarán el día vivos o muertos. Allá donde llueven misiles resulta una ilusión hablar del "año que vendrá"; allá donde la muerte lo domina todo sólo queda tiempo para esperar. Para llorar a los que ya no están. Para reclamar a la comunidad internacional que haga algo antes de que sea tarde.
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Es el fuego sobre Gaza. Son las bombas que caen en Ucrania. Es el enésimo drama de Sudán. Son las amenazas que impregnan la vida diaria de Yemen, donde conviven peligrosamente con el fin. Un fin que los civiles no eligieron pero sufren mejor que nadie en este mundo.
La violencia política ha aumentado un 27% en 12 meses
Según destaca el Barcelona Centre for International Affairs (CIDOB) en su anuario, "2023 ha sido uno de los años más conflictivos en el mundo desde el fin de la Segunda Guerra mundial": de acuerdo a este informe, "en solo doce meses, la violencia política ha aumentado un 27%". Los pronósticos para 2024 no son precisamente alentadores.
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A continuación, Público ofrece un repaso de los lugares donde la gente llorará y sufrirá. No están todos los que son, pero son todos los que están.
Palestina
El mundo mira hacia la Franja de Gaza. La incursión militar de Israel tras los ataques de Hamás del pasado 7 de octubre ha elevado la tensión en esta zona y ha situado a la población civil ante una crisis humanitaria de dimensiones aún incalculables.
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"La guerra en Gaza ha marcado el final de 2023, con sus más de 17.000 víctimas mortales contabilizadas hasta el momento, las advertencias por parte de Naciones Unidas del riesgo de colapso humanitario y de genocidio de la población palestina atrapada en la Franja, así como el pulso entre el primer ministro Benjamín Netanyahu y el secretario general de la Naciones Unidas, António Guterres, para intentar lograr un alto el fuego", apunta el CIDOB.
¿Qué ocurrirá en los próximos meses? ¿Hasta dónde llegará el Gobierno de Netanyahu en su apuesta bélica? Las posibles respuestas sólo inducen a escenarios de máxima tensión y, por consiguiente, de elevado riesgo humanitario para la población civil, al tiempo que muestran el complejo papel que juegan ciertas instancias internacionales a la hora de afrontar labores de mediación y presión para poner fin a situaciones de este tipo.
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"En esta crisis continuada del orden liberal y en plena discusión sobre la validez del derecho internacional, Israel ha asestado un golpe profundo a la credibilidad de Naciones Unidas", apunta CIDOB en su estudio.
Ucrania
La guerra de Ucrania sigue en los peores pronósticos de la humanidad. La invasión lanzada por el Gobierno de Putin en febrero de 2022 se ha cronificado y amenaza con convertirse en uno de esos territorios bajo fuego permanente. O lo que es lo mismo, bajo la siempre abierta posibilidad de morir a causa de fuego militar.
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Durante 2024 habrá ciertos hitos en torno a este conflicto. Uno de ellos pasará, paradójicamente, por las urnas. "A pesar de la invasión rusa, la vigente ley marcial y las dificultades logísticas de votar en tiempos de guerra, el presidente Volodímir Zelenski mantiene abierta la posibilidad de convocar elecciones en marzo de 2024. No obstante, la mayoría de la población ucraniana considera que los comicios deberían ser aplazados hasta después del final de la guerra", señala el CIDOB.
El documento de este centro de investigación subraya que Ucrania afrontará en 2024 distintos desafíos. Aparte de la posible cita con las urnas, a nivel militar deberá "atenuar el impacto de la reducción de la ayuda financiera y armamentística de Estados Unidos y evitar un debilitamiento de la línea de combate, convertida en una guerra de resistencia". Del mismo modo, el Gobierno de Kiev se verá obligado a "intentar afianzar el proceso de adhesión a la UE y el apoyo de Bruselas".
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En ese escenario, Rusia prevé celebrar elecciones el 17 de marzo de 2024. Todo el mundo se imagina quién va a ganar. Según destaca el informe de CIDOB, "la controvertida reforma constitucional de 2020 permite a Vladimir Putin presentarse a la reelección tanto en 2024 como en 2030. Si bien hay pocas dudas sobre el resultado de estos comicios, la victoria de Putin para un tercer mandato consecutivo será un mensaje a las élites rusas aseverando su control político tras el levantamiento del Grupo Wagner en junio de 2023".
Sáhara
La guerra –muchas veces silenciada– entre el Frente Polisario y el Reino de Marruecos vuelve a formar parte del panorama de conflictos. La Conferencia Europea en Apoyo al Pueblo Saharaui (EUCOCO) celebrada hace algunas semanas en Toledo apuntó precisamente hacia las consecuencias de este enfrentamiento e instó a buscar vías hacia una resolución democrática, algo que está también en manos del Gobierno español.
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En su plan de acción para 2024, la citada conferencia estableció precisamente la necesidad de apostar por "una solución urgente al estado de guerra actual que evite la escalada militar en la región y la muerte de personas inocentes".
Para ello resulta indispensable "una acción decidida y creíble de la Organización de las Naciones Unidas y la Unión Europea sobre el Reino de Marruecos para asegurar el respeto al Derecho Internacional en el Sáhara Occidental y la aplicación de las resoluciones de la ONU que garanticen la opción de la independencia para el pueblo saharaui".
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La situación en los campamentos de refugiados de Tinduf y el estado de los presos saharauis en cárceles marroquíes configuran otros puntos de preocupación entre las organizaciones de derechos humanos y de solidaridad con la lucha del Sáhara por la autodeterminación.
Sudán
No hay dinero para paliar la hambruna en Sudán. Tampoco hay titulares ni declaraciones grandilocuentes para los muertos de este conflicto olvidado, silenciado. Ignorado. En un artículo publicado el pasado 19 de diciembre, Público describía el horror que allí se vive mientras la comunidad internacional mira para otro lado.
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El fuego cruzado entre las Fuerzas Armadas sudanesas y el grupo paramilitar rebelde Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) acumula muertos que no llevan uniforme ni empuñan armas. Tampoco eligieron la guerra los niños que mueren de hambre en un país que parece eternamente condenado al sufrimiento.
En los últimos días de 2023 ocurrió algo aterrador, si acaso hay día que en Sudán no suceda algo así. La ciudad de Wad Madani, considerada sitio de refugio para quienes buscan esquivar la muerte, se convirtió en otro territorio de enfrentamiento entre las fuerzas contendientes. Con estos datos a la vista, 2024 sólo se piensa a modo de pesadilla entre los futuros muertos.
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Siria
La suerte de Siria ha ido ligada a la actualidad informativa. O al menos eso parece. Cuando no había otra guerra que le ganara en audiencia, la población de este país ocupaba titulares y despertaba declaraciones de líderes políticos. Hoy ya casi nadie se acuerda de este Estado, centro de enfrentamientos entre grupos armados de diversa índole.
"Tras más de una década de conflicto armado, la crisis humanitaria en Siria estaba en su peor nivel desde el inicio de la guerra", advierte la Escola Cultura de Pau, un centro de investigación dependiente de la Universidad de Barcelona.
Según consta en su informe sobre conflictos, derechos humanos y construcción de paz correspondiente a 2023, 12 millones de personas afrontaban inseguridad alimentaria y se estimaba que "el 90% de la población se encontraba por debajo del umbral de pobreza".
El Gobierno de Bashar al Asad –en el poder desde hace casi 24 años tras suceder a su padre– no escatima esfuerzos a la hora de enfrentarse a grupos armados de todo tipo en un país que no logra salir de un atolladero de violencia insoportable.
En uno de sus últimos documentos sobre Siria, Amnistía Internacional subrayaba que "las partes en el conflicto seguían cometiendo impunemente abusos flagrantes contra los derechos humanos, violaciones graves del derecho internacional humanitario y crímenes de derecho internacional, incluidos crímenes de guerra".
Yemen
No se respira mejor ambiente en Yemen. Aunque ya no salga en las noticias, este empobrecido país sufre desde hace casi nueve años las graves consecuencias de los ataques encabezados por Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos para restituir en el poder al derrocado presidente Abd Rabbuh Mansur al Hadi.
Arabia Saudí y las tropas rebeldes hutíes –apoyadas por Irán– alcanzaron una frágil tregua que se ha visto alterada por fuego de artillería saudí contra migrantes etíopes. Continúa además la violencia en el sur del país, un escenario que amenaza con perpetuarse durante 2024.
"Las operaciones de la coalición se han caracterizado por ataques sistemáticos contra civiles, áreas residenciales, infraestructura y objetivos económicamente vitales cruciales para la supervivencia de las poblaciones civiles", destaca un informe reciente de la organización de derechos humanos yemení Mwatama y la entidad holandesa Pax.
Myanmar
El año que comienza tendrá también a Myanmar en su listado de infiernos. "El conflicto armado entre el Ejército de la Junta Militar y los grupos armados étnicos y las Fuerzas de Defensa Popular se intensificó, con graves consecuencias humanitarias", apunta el último informe de la Escola de Cultura de Pau. A finales de 2023 había dos millones de personas desplazadas internas.
Human Rights Watch denunció "espantosos asesinatos en masa de civiles bajo custodia"
Expertos de Naciones Unidas advirtieron en los últimos meses sobre la existencia de crímenes de guerra y contra la humanidad en Myanmar, mientras que Human Rights Watch (HRW) denunció "espantosos asesinatos en masa de civiles bajo custodia, ataques ilegales contra aldeas, escuelas, hospitales y campos de desplazados, así como crímenes sexuales, en ocasiones cometidos contra niños".
Los pronósticos son igualmente alarmantes. "Los generales de Myanmar nunca han tenido que rendir cuentas por estos abusos. Eso tiene que cambiar. De lo contrario, puede que no se ponga fin a este ciclo de brutalidad y abusos contra la población civil", señala un informe de HRW.
Etiopía
Las violaciones de derechos humanos a causa de enfrentamientos armados impregnan también el paisaje de Etiopía. Allí han constatado que tregua no siempre significa paz: pese a los acuerdos de cese de la violencia alcanzados en noviembre de 2022 entre el Gobierno federal etíope y el Frente de Liberación del Pueblo de Tigray, organizaciones de derechos humanos han advertido de que "los combates y los graves abusos contra los derechos humanos persisten" en el norte del país.
Según ha denunciado HRW, la zona occidental de Tigray "sigue siendo en gran medida inaccesible para las agencias humanitarias". En ese marco, "las autoridades y las fuerzas y milicias regionales de Amhara, conocidas como Fano, han continuado una campaña de limpieza étnica y han expulsado por la fuerza a los tigrayanos".
La zona occidental de Tigray sigue siendo inaccesible para las agencias humanitarias
"El Gobierno etíope debe permitir de inmediato el acceso de los equipos de investigación y medios de comunicación independientes a la región de Amhara ante las denuncias de violaciones graves de derechos humanos que emergen a raíz de los enfrentamientos armados constantes entre las Fuerzas de Defensa Nacional de Etiopía (ENDF) y la milicia local armada Fano", exigió por su parte Amnistía Internacional.
Burkina Faso
La inestabilidad dominará también la vida cotidiana de Burkina Faso en 2024, cuya población se encuentra bajo la bota de un gobierno militar golpista desde 2022, un mal endémico en la historia política de este país.
"Encajonados sin salida al océano entre los biomas de la estepa árida y el puro desierto en la mitad norte, y la sabana tropical en la mitad sur, la gran mayoría de los 22 millones de habitantes de Burkina Faso, además de sufrir las violencias políticas y comunitarias, están expuestos a las endémicas vulnerabilidades propias de la agricultura de subsistencia y de algunas de las más radicales variaciones climáticas del mundo, oscilantes entre la sequía extrema y las inundaciones severas", destaca un informe anterior de CIDOB.
La Escola de Cultura de Pau también sitúa a este país africano entre los territorios inmersos en conflictos, algo que se ve agravado en este caso por la dramática situación que atraviesa la región del Sahel, en la que se encuentra emplazado Burkina Faso. Según consta en su informe, se estimaba que más de 37,7 millones de personas en Burkina Faso, Malí, Níger, el extremo norte de Camerún, Chad y el noreste de Nigeria necesitarían asistencia humanitaria en 2023.
En abril pasado, la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos denunció un "horrible asesinato de civiles en Burkina Faso". Los informes señalan que hombres armados y uniformados, presuntamente miembros de las fuerzas de defensa y seguridad, acompañados de auxiliares paramilitares conocidos como Voluntarios para la Defensa de la Patria (VDP), rodearon la aldea de Karma, en la provincia septentrional de Yatenga, y dispararon al azar contra la población.
Según la información disponible, al menos 150 civiles habrían muerto y muchos otros habrían resultado heridos. "Los hombres armados también procedieron a saquear casas, tiendas y mezquitas", indicó Naciones Unidas.
Nagorno Karabaj
Tampoco hay buenas perspectivas en Nagorno Karabaj. Tras la rendición de la autoproclamada República de Artsaj ante el avance de las tropas de Azerbaiyán en septiembre pasado, ahora reina la incertidumbre sobre lo que ocurrirá en este territorio.
Más de 40.000 personas murieron a lo largo de tres décadas de conflicto
"En octubre de 2023, más de 100.500 personas –más del 80% de los 120.000 habitantes estimados de Nagorno Karabaj– huyeron a Armenia tras la toma de control del enclave por parte de Azerbaiyán", indica el informe de CIDOB. Se estima que más de 40.000 personas murieron a lo largo de las tres décadas de conflicto entre Azerbaiyán y Armenia por el control de este territorio.
Amnistía Internacional ya advirtió de que "se han documentado pruebas creíbles de violencia, incluido el asesinato de civiles por parte de las fuerzas azerbaiyanas en el pasado". Ninguno de esos casos fue debidamente investigado.
"Deben tratar con humanidad a todos los prisioneros que retengan"
"Las fuerzas azerbaiyanas, así como cualquier fuerza que opere en la región, deben respetar plenamente las leyes de la guerra y, en particular, tomar todas las medidas posibles para proteger a la población civil y las infraestructuras civiles. Deben tratar con humanidad a todos los prisioneros que retengan y garantizar su dignidad y protección efectiva frente a la tortura y otros malos tratos", reclamó la organización de derechos humanos.