Putin descarta interferencias en Ucrania y critica a los intermediarios de la UE
La Unión Europea y Rusia muestran su división sobre la Asociación Oriental que el bloque europeo promueve para estrechar relaciones con Ucrania y otras repúblicas exsoviéticas
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La Unión Europea y Rusia mostraron este martes su división sobre la Asociación Oriental que el bloque europeo promueve para estrechar relaciones con Ucrania y otras repúblicas exsoviéticas, pero anunciaron la creación de un grupo de trabajo para abordar las "diferentes interpretaciones y malentendidos".
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El jefe de Estado ruso, Vladímir Putin, discutió con los presidentes del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, las relaciones políticas y económicas entre las dos potencias en la trigésimo segunda cumbre que celebran, pero también asuntos de interés regional como la crisis en Ucrania.
El acuerdo comercial que el presidente ucraniano, Víktor Yanukóvich, rechazó firmar en noviembre con la UE ha estado en el origen de las protestas que desde noviembre vienen pidiendo en Ucrania más democracia y acercamiento a la Unión, y ha cobrado también protagonismo en una cumbre que Barroso tildó de "tan útil como necesaria".
Van Rompuy anunció que la UE y Rusia van a poner en marcha un grupo de expertos que analice las "diferentes interpretaciones y malentendidos" que pueden tener sobre la Asociación Oriental impulsada por el bloque europeo en 2009 para estrechar su relación con Ucrania, Armenia, Georgia, Bielorrusia, Moldavia y Azerbaiyán. "He dejado claro que la Asociación Oriental no afecta a los vínculos económicos, comerciales, sociales, humanos y culturales de Rusia con muchos de nuestros vecinos comunes", indicó en la rueda de prensa al término de la reunión Van Rompuy, quien aseguró que esos lazos "no estarán en peligro sino al contrario, serán estimulados por un desarrollo económico dinámico y exitoso" de esos países.
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Igualmente, aseguró que cualquier acuerdo comercial entre la UE y esos países "es completamente compatible con los acuerdos comerciales existentes" entre Rusia y esos países, y que pueden "interactuar constructvamente con la Unión Aduanera (liderada por Rusia) mientras se apliquen las normas de la Organización Mundial del Comercio y se garantice la libertad de decisión".
Putin, que especificó que mantuvo una "abierta y franca" discusión con los representantes europeos, hizo hincapié en que "es en nuestro interés" que los vecinos comunes de Rusia y la UE sean "prósperos" y estén "desarrollados". "Estos países han intentado activamente cooperar con la UE y también preservar sus lazos históricos con Rusia, y nosotros ciertamente deberíamos ayudarlos en esas aspiraciones", comentó, a la vez que garantizó que Rusia "siempre ha respetado los derechos soberanos" de todos los Estados.
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Sobre el acuerdo comercial que Ucrania no llegó a firmar con la UE, afirmó que "la preocupación aquí no es la decisión soberana de Ucrania, sino el impacto económico del acuerdo". "Cualquier decisión en términos de costes-beneficios para cualquier país la debería hacer la nación en cuestión a través de procedimientos democráticos", concluyó. Kiev, en lugar de rubricar el acuerdo con los europeos, optó por aceptar de Moscú un préstamo sin condiciones de 15.000 millones de dólares y una rebaja en los precios del gas importado de Rusia, un acuerdo energético que Putin aseguró que no revisará ni siquiera si el Gobierno ucraniano cambia de signo. "No importa qué autoridades estén en el poder, sino qué política económica van a perseguir", apuntó.
Putin dio otro ejemplo de las diferencias que separan a Moscú y la UE sobre la situación en Ucrania al manifestar que Rusia no va a "interferir" en ese país, que en su opinión "no necesita intermediarios". "Estoy seguro que el pueblo ucraniano lo va a resolver por sí mismo, y Rusia no va a interferir", dijo Putin minutos después de que Van Rompuy recordara que la jefa de la diplomacia comunitaria, Catherine Ashton, viajará esta noche a Kiev para continuar con los esfuerzos mediadores de la UE encaminados a "evitar la escalada" de violencia y contribuir a "restaurar la estabilidad política".
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"Hay asuntos en los que tenemos que acordar que no estamos de acuerdo", afirmó Barroso, quien citó por ejemplo las discusiones por las tasas por sobrevolar Siberia. La cumbre también estuvo centrada en hacer un balance de las negociaciones para un nuevo acuerdo de asociación UE-Rusia, que las partes esperan relanzar para su próxima cumbre, que tendrá lugar en la ciudad rusa de Sochi en junio.
También firmaron una declaración conjunta para cooperar más contra el terrorismo, abordaron asuntos internacionales como la situación en Siria y la negociación sobre el programa nuclear iraní, y trataron el tema de los derechos humanos, según confirmó Putin. Antes de que el presidente ruso llegara a la sede del Consejo de la UE dos activistas del movimiento feminista Femen protestaron con el torso desnudo ante este edificio contra Putin, al que llamaron "asesino", y para reclamar la "libertad de los presos políticos" en Rusia.