Cargando...

Prisión permanente El Papa rechaza la cadena perpetua: "No es la solución de los problemas"

El Pontífice recibe en la el Vaticano a Policía Penitenciaria para denunciar el hacinamiento en las cárceles y advertir de que la prisión permanente es "un problema a resolver. Nunca se debe privar del derecho a empezar de nuevo", afirma.

Publicidad

El Papa Francisco la Plaza de San Pedro con miembros de la Policía Penitenciaria.- REUTERS

roma,

El Papa se ha mostrado contrario a la prisión permanente al subrayar la necesidad de que toda sociedad "garantice que el castigo no comprometa el derecho a la esperanza y que se garanticen las perspectivas de reconciliación y reintegración".

Publicidad

"La prisión perpetua no es la solución a los problemas y lo repito: no es la solución de los problemas, sino un problema a resolver. Porque si se encierra la esperanza, no hay futuro para la sociedad. Nunca se debe privar del derecho a empezar de nuevo", ha señalado el pontífice.

Click to enlarge
A fallback.

Francisco ha hecho estas consideraciones en una audiencia en la Plaza de San Pedro con miembros de la Policía Penitenciaria, así como con personal administrativo y de la justicia para menores y comunidades.

Durante su alocución, el obispo de Roma también ha arremetido contra el hacinamiento de reclusos en las cárceles, en las que se garanticen una condiciones de vida dignas o se convertirán en "depósitos de ira" en lugar de en "lugares de recuperación".

Publicidad

"Depósitos de la ira"

"Es esencial garantizar unas condiciones de vida decentes; de lo contrario, las cárceles se convertirán en depósitos de la ira en lugar de en lugares de recuperación", ha dicho a este respecto.

Ante las personas que trabajan en las prisiones ha dicho que su trabajo "es oculto, a menudo difícil e insatisfactorio, pero esencial". Para el Papa su labor diaria puede convertirse en "un apoyo a los débiles" y de esta manera convertirse "día tras día en tejedores de justicia y esperanza".y ha añadido: "Ustedes son personas que, ante una humanidad herida y a menudo devastada, reconocen, en nombre del Estado y de la sociedad, su dignidad irreprimible".

Publicidad

Por eso, les ha dicho que están llamados a ser "puentes entre la cárcel y la sociedad civil" y que a través de su servicio, "ejercitando la justa compasión" pueden superar "los miedos mutuos y la tragedia de la indiferencia".

Publicidad