El PRI ya vislumbra el final de su travesía del desierto
Los sondeos predicen que recuperará la mayoría relativa en la Cámara Baja
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El Partido Revolucionario Institucional (PRI), la formación política que acaparó el poder en México durante 71 años, empieza a vislumbrar el fin de la travesía del desierto, que empezó cuando perdió las elecciones presidenciales de el año 2000.
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Según los resultados de las diversas encuestas encargadas por los medios de comunicación mexicanos divulgadas la semana pasada el PRI será el partido más votado en las elecciones legislativas y municipales de ayer, seguido por el gobernante Partido de Acción Nacional (PAN), situado a la derecha, y a mucha distancia por el izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD)
Esta posible victoria, por la que el PRI podría casi duplicar los 106 escaños con los que cuenta ahora, permitiría a este partido, ahora relegado al tercer puesto entre las formaciones políticas mexicanas, recuperar una mayoría relativa en la Cámara Baja del país. Un triunfo que podría preparar su vuelta al poder si lograra vencer las elecciones presidenciales previstas para 2012.
Aunque en el presidencialista sistema mexicano la cuota de poder del Parlamento es inferior a la que puede tener la misma institución en países como España donde el presidente no es elegido directamente sino que sale de las filas del partido más votado en las legislativas, el Gobierno del presidente Felipe Calderón y su partido, el derechista PAN, podría encontrar ahora muchos más escollos a la hora de sacar adelante sus proyectos en la Cámara de Diputados. Los sondeos calculan que el PAN sólo obtendrá entre 185 y 190 escaños.
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Además del desencanto de la población y del desgaste del Gobierno del PAN, las razones de esta remontada del PRI se encuentran en que este partido ha mantenido la antigua estructura de control social de sindicatos y organizaciones campesinas que le hicieron ser un Estado dentro del Estado.
El otro aspecto que podría beneficiar al PRI es la fuerte caída de la izquierda mexicana, tanto del PRD como de la que se mueve en torno a la figura de Andrés Manuel López Obrador, ex presidente del PRD a punto de romper con su partido, tras haber apoyado públicamente a otras formaciones políticas.
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El PRI se aprovecha de que no existe nadie que represente una esperanza de construir un sistema democrática postpriísta. Opción que sí existió en 2000, cuando Vicente Fox consiguió el apoyo de buena parte de los ciudadanos. En 2006, fue López Obrador quien logró hacer creíble la posibilidad de que el centroizquierda venciera las presidenciales. Ahora, en 2009, los mexicanos se encuentran sin alternativas.