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Perú elige entre el neoliberalismo y la nueva izquierda latinoamericana

Keiko Fujimori y Ollanta Humala representan los dos polos opuestos de las políticas para hacer frente a la crisis

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Cerca de 18 millones de peruanos acuden hoy a las urnas para elegir al futuro presidente del país. Pero, más que a una persona, los electores deben elegir entre dos modelos socioeconómicos en las antípodas el uno del otro. A lo largo de la campaña, Keiko Fujimori se reivindicó como la candidata de la continuidad del modelo neoliberal, pero con la inspiración del fujimorismo. Por su parte, Ollanta Humala promete un cambio social con especial énfasis en una política de redistribución de la riqueza, lo que implica el fin de los privilegios de la oligarquía y de los dueños de las concesiones mineras.

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"Con la hija del Chino [apodo con el que es conocido Alberto Fujimori en Perú], no habrá grandes sorpresas si llega al poder", asegura el politólogo Claudio García. La candidata de Fuerza 2011 conserva el respaldo de los que permitieron a su padre gobernar entre 1990 y 2000. Entre ellos, destacan sectores muy poderosos: el empresariado, los medios de comunicación, las Fuerzas Armadas, las corrientes más conservadoras de la Iglesia Católica y los Evangélicos y gran parte del establishment político.

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"En caso de victoria, aplicará un modelo ya conocido por los peruanos: mano dura con el crimen y la disidencia, soluciones clientelistas para la pobreza y sobornos a cambio de políticas económicas que benefician a los más ricos", critica el politólogo. Su rival, el candidato socialista, plantea un nuevo modelo de desarrollo basado en un crecimiento equitativo. Entre sus ambiciosos proyectos sociales, destaca la intención de aumentar el salario mínimo y las pensiones y universalizar la Seguridad Social.

Otro de los desafíos de Ollanta es el del reparto de la riqueza

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Otro de los desafíos de Ollanta es el del reparto de la riqueza. El boom económico de los últimos años, con un crecimiento medio del PIB del 6%, ha reducido sustancialmente la pobreza: un tercio de la población peruana es pobre, mientras que, hace una década, este porcentaje era de un 50%. Sin embargo, el crecimiento económico ha ido acompañado de un aumento de la desigualdad. La riqueza generada se ha concentrado en la ciudad de Lima y en la costa.

En cambio, en el sur, la sierra central y la selva amazónica, la pobreza sigue muy extendida. La extracción de valiosos minerales naturales del Amazonas no ha revertido en sus habitantes indígenas y, lo que es peor, está destrozando el medio en el que han vivido desde hace generaciones.

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"El conflicto en Puno entre los campesinos indígenas y las compañías mineras, que provocó una huelga general el mes pasado, podría crecer si gana Keiko y, sobre todo, si incorpora a su Gobierno al excandidato Pedro Kuczynski, partidario de dejar las concesiones en manos de extranjeros", asegura Josefa Rojas, profesora de Ciencias Políticas en la Universidad La Católica de Lima.

Fujimori se reivindicó como la candidata de la continuidad del modelo neoliberal

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Una presidencia de Ollanta podría cambiar las reglas del juego en la minería, la principal fuente de crecimiento del país. El candidato de Gana Perú reiteró durante la campaña electoral que no piensa nacionalizar las minas, pero sí que está a favor de una redistribución de los beneficios para que lleguen a "todo el mundo".

"El gran riesgo con Humala no es su transformación en [Hugo] Chávez; más bien es que no llegue a realizar los profundos cambios sociales necesarios para solucionar los problemas estructurales de Perú", augura Josefa Rojas.

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