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"Lo peor para Irak llegará tras la derrota del ISIS"

Luqman Suleiman, activista yazidí: “Preferimos que las chicas esclavizadas por Daesh abandonen a sus niños en el Estado Islámico”

Campo de desplazados yazidí en el norte de irak.- FERRAN BARRER

FERRAN BARRER

IRAK.- No son cristianos, judíos ni musulmanes. Estos últimos los denominan peyorativamente "adoradores del diablo". Nadie ha sido más perseguido por el Daesh que los miembros de esta minoría religiosa. Quinientos de sus seiscientos mil fieles fueron desplazados por la guerra. Miles de sus mujeres y sus niños han sido secuestradas y convertidas en esclavas sexuales. Algunas de sus poblaciones más importantes fueron completamente destruidas al inicio del conflicto, especialmente en la zona de Sinyar.

Tal y como en agosto de 2014 con los cristianos caldeo-asirios de Karakosh, los peshmergas de Barzani los abandonaron a su suerte sin proteger siquiera su retirada, cuando los islamistas avanzaron sobre los Llanos de Nínive, tras apoderarse de Mosul sin gastar cuatro balas. Si los yazidíes lograron resistir y acantonarse en las montañas fue gracias a la ayuda militar de los anarquistas kurdos del YPG y de sus “primos” turcos del PKK. Estos últimos poseen en la actualidad varias bases militares en las zonas de Sinyar, desde donde pretenden extender su influencia con el apoyo de la población local. Los oficiales de Barzani aducen que carecían de las armas necesarias para hacer frente a la ofensiva de Daesh, un argumento cuando menos cuestionable, considerando que los testigos oculares de los hechos insisten en que los yihadistas tomaron vastas zonas de Nïnive con varias docenas de hombres y unos pocos pick-up.

Los supervivientes del genocidio yazidí se niegan, de momento, a regresar a algunas de las áreas reconquistadas al Estado Islámico debido, entre otras cosas, al miedo cerval a los yihadistas y a que carecen de los medios necesarios para empezar de nuevo desde cero. Familias de entre quince y veinte miembros malviven hacinadas en los campos de desplazados construidos por Naciones Unidas con la ayuda de organizaciones no gubernamentales de Occidente. Varios miles de hombres se entrenan, entre tanto, para tomar parte en la ofensiva contra el ISIS. Algunos pretenden combatir bajo bandera propia, e integrados en las Fuerzas Armadas del Kurdistán. Otros están siendo adiestrados por los confederalistas kurdos que impidieron la masacre de su pueblo.

El activista yazidí Luqman Suleiman, en el centro, junto a dos jóvenes asirios - foto ferran barber - lalesh, kurdistán irakí.- FERRAN BARBER

El activista yazidí Luqman Suleiman, en el centro, junto a dos jóvenes asirios - lalesh, kurdistán irakí.- FERRAN BARBER

Hoy hemos quedado citados con un popular activista yazidí -Luqman Suleiman- en uno de los pocos lugares donde sus hermanos disfrutan de la paz necesaria para vivir sin sobresaltos. Se trata de Lalesh, el, digamos, “Vaticano” de este credo; el templo más emblemático y conocido de esta religión panteista que hunde sus raíces en el zoroastrianismo. El también llamado Lalişa Nûranî se encuentra en el distrito de Shejan, en la provincia de Dahok (norte de Irak). Suleiman es maestro de primaria y un destacado defensor de los derechos de un pueblo de quien casi nadie sabía nada hasta la irrupción de Estado Islámico en la escena geopolítica de Oriente Medio. La persecución sistemática de los yazidíes dio comienzo, según dice, desde la misma aparición y popularización del Islam en Mesopotamia. Ellos, a su juicio, son, al igual que los asirios, los habitantes originarios del Creciente Fértil.

Todas las aspiraciones políticas de su pueblo de contar, por ejemplo, con una zona administrativa propia en los Llanos de Nïnive les obligaría, necesariamente, a luchar de la mano con los miembros de otras minorías como los cristianos caldeo-asirios.
Luqman Suleiman. Eso no es ningún problema porque mantenemos unas excelentes relaciones con los miembros de otras minorías, y muy especialmente, con los caldeo-asirios. Tal es así que incluso nos sentimos cerca de las creencias de los cristianos. Déjeme que le diga algo. Cuando un yazidí reza, lo primero que hace es pedir que todo el mundo disfrute de una vida buena y digna, “y el último yo”. Es hermoso, ¿no le parece? El último, yo. Creo que cualquier cristiano entendería bien ese modo de pensar y de entender la religión.

Familia de desplazados yazidíes, en el interior de una chabola, en el Kurdistán iraquí.- Ferran Barber

Familia de desplazados yazidíes, en el interior de una chabola, en el Kurdistán iraquí.- Ferran Barber

Hay quien se refiere a ustedes como “kurdos” debido, entre otras cosas, a que hablan su lengua.

¿Kurdos? En absoluto. Se nos ha intentado arabizar, turquificar, kurdificar... Pero eso son patrañas. Nuestra religión tiene alrededor de siete mil años, y está conectada a los sumerios, los acadios y los babilonios. Ni somos kurdos ni somos árabes. Nosotros estábamos ya aquí mucho antes de que ellos llegaran. De hecho, somos arios y, como podrá ver, la mayor parte de los nuestros tiene apariencia europea. Muchos de nosotros pasarían por españoles, franceses o suecos. Naturalmente, lo de Sinyar no es nuevo para nosotros. Hemos sufridos muchas masacres, muchos genocidios y muchos intentos de asimilación cultural. Se nos ha intentado exterminar y, en cierto modo, han estado a punto de lograrlo. No pocos de los kurdos musulmanes que ahora nos miran con desprecio poseen, claramente, raíces yazidíes.

Dice usted que a punto han estado de conseguir borrarlos del mapa. Naciones Unidas habla textualmente de “genocidio”...

LY es lo que es. En el mundo hay en torno a un millón de yazidíes. Alrededor de 600.000 sobreviven aquí, en Irak. El resto se encuentran repartidos por países como Alemania o Suecia. También hay unos pocos en Francia, Bélgica, Armenia o incluso España. ¿Sabe? Los yazidíes son el pueblo más pobre de Irak. Y después de lo ocurrido, todavía más. Quinientos de los 600.000 fieles de nuestra religión han tenido que abandonar sus hogares por culpa de la guerra. La gente dice que trabajó durante cien años para perderlo todo en una hora. Tan sólo en Sinyar el conflicto desplazó a 400.000 personas. Y el verdadero problema vendrá después de Daesh. ¿Cómo pretenden que vivamos en las aldeas próximas a la gente que mató a nuestros padres o esclavizó a nuestras hermanas o nuestras hijas? ¿Cómo pretenden que perdonemos algo así?

Me temo que no olvidarán nunca.

LS. ¿Olvidar? Ni en un millón de años. ¿Cómo vamos a olvidar lo que le han hecho a nuestro pueblo? ¿Cómo vamos a olvidar que esas ratas mantuvieran relaciones sexuales con niñas de ocho o nueve años? ¿Cómo vamos a olvidar que más de tres mil chicas fueran secuestradas y repetidamente violadas por esas alimañas? ¿Cómo vamos a olvidar que capturaran a nuestros niños para lavarles el cerebro y utilizarlos, en el futuro, como suicidas? Como sabe usted bien, como todos sabemos gracias a los testimonios de las chicas yazidíes que han logrado escapar de ese infierno, están creando asesinos y se sirven de nuestras mujeres para plantar sus semillas envenenadas. Tan sólo en Alemania hay 1.300 chicas que han logrado huir de las atrocidades. El Gobierno de ese país las está ayudando como puede, pero las experiencias han sido tan abominables que jamás serán las mismas. Nadie será el mismo ya, después de saber lo que ha sucedido. Todos tenemos amigas o hijas o familiares que han pasado por experiencias similares. ¿Olvidar? Jamás.

Fieles yazidíes en el templo de Lalesh, kurdistán iraquí.- FERRAN BARBER

Fieles yazidíes en el templo de Lalesh, kurdistán iraquí.- FERRAN BARBER

En sus palabras se adivina la profundidad del trauma colectivo que han sufrido... Supongo que les odian, por decirlo abiertamente.

No es que les odiemos en este momento; es que, repito, les odiaremos durante los próximos mil años, durante el próximo millón de años. No son personas. Entiéndanlo ya. Son animales. Peor que animales. La filosofía y el modo de entender el mundo de muchos musulmanes es moralmente más reprobable que la conducta de las fieras que nos muestra el Discovery o el National Geographic. Y no es nada nuevo. Ha sido así desde la misma aparición del Islam, durante los últimos 1.400 años.

Los musulmanes suelen decir de ustedes que son “adoradores del diablo”. Semanas después de que se conociera la suerte que habían corrido muchos de los suyos a manos del Daesh, algunos imanes salafíes del Kurdistán alentaron a la gente a salir a la calle a protestar en contra de su pueblo. Sucedió en Dahok, sin ir más lejos.

Muchos de esos musulmanes se lavan las manos y el rostro antes de orar, pero no su corazón. Su corazón está sucio porque, aunque de forma soterrada, comparten muchos de los puntos de vista del ISIS. No hablo de los yihadis que combaten en Raqqa o en Mosul. Hablo de muchos de los musulmanes piadosos que viven todavía junto a nosotros, aquí, en el Kurdistán. La corrección política impide a los europeos llamar a las cosas por su nombre o incluso decir de una vez por todas que no hay muchas diferencias entre los wahabíes tolerados por Occidente y los nazis. El sueño del Islam sigue siendo reconstruir el califato. No se puede ser un buen musulmán y ser escrupulosamente respetuoso con los derechos humanos y los valores de igualdad que muchos hemos hecho nuestros. Es hora de que ustedes, los europeos, entiendan esta idea. Los occidentales no comprenden Oriente Medio y menos aún, el significado profundo del Islam como ideología política.

En todo caso, digamos que el problema no está tanto en el Islam como en las interpretaciones que algunos musulmanes hacen del mismo.

Se equivocan. El problema está en las mezquitas. Si hay mezquitas, hay problemas. En el Kurdistán y en Barcelona. Esto no es islamofobia sino una descripción ajustada a los hechos. El Corán habla abiertamente de que sólo son dignos de respeto los fieles de las tres religiones del Libro: judíos, cristianos y, naturalmente, los propios musulmanes. No me estoy inventando nada. Usted mismo fue testigo de la manifestación que mencionaba, la de Dahok, y de cómo los allí presentes gritaban de nosotros que somos “gente sucia” y “adoradores del diablo”. No podemos dedicarnos al comercio porque nuestra comida está contaminada. Y esto está sucediendo a día de hoy, aquí, en el Kurdistán; no hablo del Estado Islámico o de Arabia Saudí, donde, dicho sea de paso, han sido vendidas como esclavas sexuales algunas de nuestras niñas. ¿Es denunciar abiertamente lo que digo ser islamófobo? Muchos kurdos de origen musulmán comparten nuestra aversión a esas visiones ignorantes de la vida que tratan de extender muchos mulás desde sus mezquitas.

Bien es verdad que existen interpretaciones mucho más moderadas del Islam.

Es difícil seguir los preceptos de Alá al pie de la letra y ser al mismo tiempo un buen ciudadano. Mire, esto es como un cáncer. Unas pocas células cancerosas terminan por contaminarlo todo. Un par de simpatizantes de Daesh en Dahok; un solo mulá cercano al wahabismo, termina por extender su influencia sobre mucha gente. Y le recuerdo que los tres partidos islamistas con representación parlamentaria en el Kurdistán hunden sus raíces en el salafismo. Dos de ellos eran incluso abiertamente yihadistas. Tienen dieciesiete represesentantes. Es decir, no hablamos de unos pocos, sino de muchos miles de simpatizantes. Imagine la influencia que poseen en la vida social y hasta qué punto hacen nuestra vida difícil.

¿Me está usted diciendo, entonces, que ni siquiera se sienten seguros en el Kurdistán?

No hay un lugar más seguro para nosotros en Oriente Medio que el Kurdistán. Necesitamos a Barzani y Talabani. Es cierto que han tenido que hacer algunas concesiones e incluir algunos fragmentos de la Sharia en la Constitución, pero yo diría que esto ha sido para contener a los sectores islamistas de la sociedad. Escuche bien lo que voy a decirle: “Si Barzani y Talabani se van, yo me voy a Alemania al día siguiente porque, automáticamente, se instauraría el caos en esta zona y nosotros, los yazidíes, seríamos las primeras víctimas”. ISIS está en la sangre, en los genes, de muchos musulmanes que ahora permanecen en silencio. De modo que si se dieran las circunstancias oportunas, vendrían a por nosotros, a por nuestras mujeres, a por nuestras casas, nuestros coches, nuestros negocios... en el nombre de la religión o de su ambición personal. Los yazidíes ya no rezamos a Dios, sino a Barzani, a Merkel y a Obama.

A Donald Trump, querrá decir, dado que el grueso de los miembros de las minorías orientales apoyan abiertamente a los republicanos y reprochan a Obama la supuesta laxitud de sus políticas internacionales. Por alguna razón, le culpan de lo sucedido en Mosul, de la irrupción del Daesh...

LS. Vamos a necesitar de mucha ayuda, venga de donde venga. De España, de Alemania, de Estados Unidos... Pero sí, es cierto, yo, personalmente, apoyo a Donald Trump y como yo, la mayoría de los cristianos y de los yazidíes... Creemos que necesitamos a un hombre fuerte. Hillary no es buena para nosotros y Obama nos abandonó...

Panorámica del templo yazidí de Lalesh, en el Kurdistán iraquí.- FERRAN BARBER

Panorámica del templo yazidí de Lalesh, en el Kurdistán iraquí.- FERRAN BARBER

Lo que me llama poderosamente la atención es que simpaticen con el líder del mismo partido que agitó el avispero iraquí y que, en cierta manera, es el principal culpable de los conflictos que han devastado Oriente Medio. Y todavía nos sorprende más a algunos que apoyen al mismo líder kurdo que los abandonó a su suerte en agosto de 2014. He hablado con algunos responsables militares de las Fuerzas Armadas del Kurdistán y ellos aducen que no pudieron defenderlos porque carecían del armamento preciso...

¿El armamento preciso? No, eso es rigurosamente falso. Simplemente, dieron la orden de retirada porque no les interesábamos lo más mínimo. Pasó lo mismo con los cristianos de Karakosh y de sus aledaños. Primero, los peshmegas los desarmaron, y después, los abandonaron a su suerte. Ignoro en qué quedará finalmente, pero Barzani ha anunciado su deseo de investigar los hechos y juzgar y castigar a los responsables militares de los 11.000 peshergas que defendían Sinyar. Nos abandonaron en medio de la noche y, de ese modo, sellaron nuestra suerte. Abandonaron a mujeres y niños, y los dejaron a merced de los verdugos yihadistas.

No sabemos qué pasó exactamente, pero el genocidio se hubiera podido evitar si estos mandos kurdos hubieran cumplido con sus obligaciones. Si la tragedia no fue mucho mayor fue gracias a los milicianos del PKK. ¿Entiende usted ahora el porqué muchos de los nuestros simpatizan con los confederalistas kurdos?

Hace ahora algunos meses, Barzani reconquistó un tramo de autovía con la ayuda de otras fuerzas entre las que se contaban los guerrilleros anarquistas. Se dice que el Gobierno regional kurdo intentó evitar hasta el último momento que las YPG y el PKK formaran parte de la ofensiva porque pretendían acaparar los laureles de la victoria. Lo intentaron, pero no lograron conseguir que muchos de los suyos se unieran a los milicianos.

Como le he dicho, tampoco olvidaremos nunca la ayuda que nos prestaron.

De hecho, la zona que controlan los anarquistas kurdos en el norte de Siria, en la llamada “Rojava”, es uno de los pocos territorios donde se garantiza plenamente la libertad de culto, y donde no se establecen diferencias entre los ciudadanos de las distintas religiones.

Sí, es posible. El ochenta por ciento de Sinyar ha sido destruido. Cualquier ayuda va a ser bien recibida, venga del PKK o de cualquiera. De lo contrario, ¿qué pretenden que hagamos? ¿Vivir en campos de refugiados y desplazados durante los próximos cien años

El retorno de algunas de las chicas yazidíes secuestradas por el Daesh y posteriormente vendidas como esclavas sexuales está causando graves conflictos en su comunidad.

No, no es cierto. Las chicas están siendo recibidas con los brazos abiertos, con todo el cariño del que somos capaces. El problema, en realidad, tiene que ver con los niños nacidos de las violaciones, con los hijos de los yihadistas...

De hecho, los niños están siendo sistemáticamente rechazados por su comunidad, por las familias de las chicas...

Sí, es un gran problema.

¿Están volviendo con los niños?

Algunas los han dejado allá. Otras, sin embargo, si han traído a los chiquillos.

¿Qué está pasando con estos niños?

Como le digo, son un gran problema.

¿Pero cuál es su opinión personal a este respecto? ¿Deberían ser abandonados por las madres?

Mire, algunas mujeres han tenido uno o incluso dos niños fruto de sus relaciones forzadas con los asesinos. Lo que les estamos pidiendo es que regresen sin ellos, que los dejen en el Estado Islámico. Y esa es, en mi opinión, la mejor solución para evitar conflictos y rechazos. Es incluso convenientes para los propios chicos. Algunas han ignorado nuestras recomendaciones. Al fin y al cabo, son sus hijos. En todo caso, varios cientos de muchachas que sí vinieron con sus bebés están viviendo ahora en Alemania.

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