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La OTAN fortalece su músculo en el Este y espera a Zelenski en la cumbre de Madrid

Los 30 ministros de la Alianza se reúnen este miércoles y jueves en Bruselas con el doble objetivo de modernizar el equipamiento bélico del Ejército ucraniano y de fortalecerse a nivel interno.

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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; el Rey Felipe VI y el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, a su salida del Teatro Real después de participar en la conmemoración del 40º Aniversario del ingreso de España en la OTAN a 30 de mayo de 2022, en Madrid. — Eduardo Parra / Europa Press

BRUSELAS, Actualizado:

"Armas, armas y más armas". Esta era la carta de los Reyes de Ucrania en su última visita a los cuarteles generales de la OTAN. Su ministro de Defensa, Oleksi Reznikov, participa este miércoles en la cumbre ministerial que los 30 aliados celebran en Bruselas con las mismas demandas. Y lo hace con la decepción de que sus socios occidentales solo le han suministrado el 10% del material bélico reclamado por Kiev.

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Desde la Alianza, la estrategia superados los 100 días de guerra es continuar armando al Ejército ucraniano para que resista el embate ruso y para que llegue en la posición más fuerte posible a unas negociaciones de paz que no dan visos de activarse por el momento. La prioridad es ahora la calidad del material: pesado y de largo alcance, y no tanto la urgencia contemplada durante los primeros compases de la guerra.

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Pero en el foro de defensa insisten en un matiz: "La OTAN no envía ni coordina el reparto de armas a Ucrania. Son los aliados. No hemos querido 'otanizar' el conflicto", aseguran fuentes de la Alianza. Sin embargo, en Moscú no tienen la misma sensación. Este mismo miércoles, el ministro de Defensa ruso ha asegurado que sus tropas han destruido un depósito de armamento enviado por la OTAN a Ucrania.

Durante las próximas dos jornadas, los 30 países que conforman el foro de Defensa estudiarán qué material necesita Ucrania, cuál es el entrenamiento que los soldados del país necesitan para utilizarlo y cómo hacerlo llegar. Pero el grueso del debate –y también de la próxima gran cumbre de líderes en Madrid– es fortalecer este organismo bajo la consigna de "defensa y disuasión". Es decir, aprovechar el momentum de miedo e incertidumbre que está haciendo a la opinión pública más proclive a aceptar la militarización de fronteras.

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Más presencia y gasto militar

"Pensábamos que Europa había entrado en un proceso irreversible de paz y está claro que no", señala una fuente europea. Una de las consecuencias más directas e inmediatas que deja el regreso del conflicto bélico al Viejo Continente es el mayor rearme en Europa de las últimas décadas. Los batallones de combate en el Este se han duplicado pasando de cuatro a ocho.

Ya hay más de 40.000 soldados bajo el mando directo de la OTAN

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En paralelo, lo ha hecho la presencia de efectivos y equipamiento en el Báltico y en el Mar Muerto. Y ya hay más de 40.000 soldados bajo el mando directo de la OTAN. Además, se baraja que por primera vez desde la Guerra Fría se preparan a fuerzas especializadas latentes que estén entrenadas para un despliegue rápido. Un paso que Alemania ya ha anunciado en Lituania. El objetivo triple objetivo es "más presencia, más recurso y más preparación". En definitiva, más OTAN.

La guerra también ha supuesto un revulsivo para el aumento de las partidas de seguridad y defensa. Desde 2014, año de la anexión rusa de Crimea, el gasto militar no ha hecho más que aumentar en la mayoría de países occidentales. Una coyuntura que se está replicando en el contexto actual. Sin embargo, los españoles se encuentran entre los ciudadanos que menos apoyan este aumento: un 51% cree que su país no debería aumentar las partidas destinadas a defensa, frente a un 21% de los polacos, según el último estudio del European Council of Foreign Affairs.

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Otra de las víctimas colaterales de la guerra es el Acta Fundacional firmada por Rusia y la OTAN en 1997 para establecer una "paz duradera e integradora". La Alianza afirma que este acuerdo saltó por los aires el día que comenzó la guerra y ya se plantea establecer batallones de forma permanente en el Este. Algo vetado por el acuerdo que en los cuarteles generales han reformulado como "persistentes" y cuyo objetivo es contar con más efectivos y medios, como armas preposicionadas, para reaccionar con rapidez ante eventuales amenazas.

Posible presencia física de Zelenski en Madrid

La cita ministerial de Defensa celebrada esta semana es el preludio de la cumbre de la OTAN que se celebrará el próximo 28 y 29 de junio en Madrid. Un encuentro que Jens  Stoltenberg ha definido hoy mismo como un "momento crucial para la seguridad europea".

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Está previsto que en esta doble jornada, que concentrará la atención mediática de medio mundo, los 30 aliados acuerden un macro paquete de ayuda a Ucrania que tiene por objetivo modernizar sus Fuerzas Armadas y equipamientos militares procedentes de la era soviética. Pero sobre todo, la Alianza sentará las prioridades estratégicas de cara a la nueva década y ante un entorno de seguridad vecinal crecientemente inestable.

Una realidad ya está clara: la guerra en Rusia ha reavivado a una OTAN que hace años estaba en "muerte cerebral" y ahora cuenta con más presencia que nunca antes desde la Guerra Fría. Desde el 24 de febrero, día que marcó el inicio de la invasión rusa, Estados Unidos ha aumentado en torno a un 30% sus tropas en el Viejo Continente.

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la guerra en Rusia ha reavivado a una OTAN que hace años estaba en "muerte cerebral"

Por su parte, España aterriza con la ambición de arañar en el documento a debatir –conocido en la jerga como concepto estratégico- unas referencias al compromiso de los aliados en el flanco sur. Se prevé que el texto recoja algunos de estos anhelos, pero se prevén ambiguos y sin mucha concreción.

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El gran invitado estrella es el presidente ucraniano Volodimir Zelenski. El secretario general de la OTAN ha confirmado en rueda de prensa que está invitado para participar de forma presencial. "Es más que bienvenido en persona, pero si no puede hacerlo intervendrá por videoconferencia. Estamos deseando escucharle. Los aliados siguen muy comprometidos con su apoyo y solidaridad a Ucrania, no solo con palabras sino con hechos", ha asegurado Stoltenberg.

Sería la primera vez que Zelenski abandone el país en los más de 100 días de una guerra que se va cronificando en el Donbás. La sensación general es que sería un paso arriesgado en términos de seguridad, pero que supondría un valor incalculable en términos simbólicos y de fortaleza para Kiev. "No soy muy optimista en que pueda acudir de forma presencial. Lo decidirá en las 24 horas previas en función de una situación (de seguridad imposible de predecir), asegura una fuente aliada.

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