Obama y Medvédev firman un nuevo acuerdo sobre armas nucleares
El tratado compromete a ambos países a "reducir sus cabezas nucleares a una cifra de 1500-1675, y sus vectores a una cifra de 500 a 1.100"
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El presidente de EEUU, Barack Obama, y su colega ruso, Dmitri Medvédev, han firmado hoy un acuerdo para lograr un nuevo tratado sobre reducción de armamento nuclear antes de fin de año, durante la visita del presidente estadounidense a Moscú.
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En un comunicado, la Casa Blanca ha indicado que el acuerdo de entendimiento compromete a EEUU y Rusia a "reducir sus cabezas nucleares estratégicas a una cifra de 1500-1675, y sus vectores a una cifra de 500 a 1.100".
El actual tratado START para la reducción de armamento nuclear, firmado en 1991 y que expira en diciembre, establece el máximo de cabezas nucleares permitidas en 2.200 y el número de vectores en 1.600. El nuevo acuerdo, indica el comunicado, "incluirá medidas efectivas de verificación" y "mejorará la seguridad tanto de EEUU como de Rusia".
Los equipos negociadores han mantenido diversas reuniones desde abril, cuando Medvédev y Obama anunciaron su intención de lograr el acuerdo de reducción de armamento nuclear en una reunión en Londres, y tratarán de cerrar lo antes posible el nuevo tratado para su firma y ratificación. En abril, los dos presidentes habían expresado su voluntad de que el tratado estuviera listo en diciembre, cuando expira el START.
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Los dos mandatarios han suscrito además otros siete acuerdos, entre ellos uno por el cual Rusia permitirá el paso por su territorio de suministros para las tropas estadounidenses en Afganistán.
También acordaron trabajar en la cooperación contra la proliferación nuclear y en la creación de una comisión bilateral que se encargará de coordinar las medidas de ambos países en ámbitos como la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico o la energía y el medioambiente.
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Obama llegó este lunes a Moscú acompañado de su mujer Michelle para mantener una serie de reuniones con los líderes de Rusia con dos objetivos definidos: por una parte, Obama busca un compromiso firme entre los dos países para la reducción de cabezas nucleares; por otra, el presidente norteamericano espera firmar una reconciliación total con Rusia que de escenario a una nueva era de relaciones entre Moscú y Washington y cierre viejas heridas. Entre los temas a tratar también están el escudo antimisiles que EEUU quiere instalar en Polonia , objeto de recelos por parte de Rusia y las relaciones con Irán.
Obama, que viajó acompañado de su esposa y sus hijas Sasha y Malia, llegó a Moscú a mediodía. El viernes pasado, el presidente de EEUU expresó su confianza en llegar a un acuerdo con Moscú sobre el armamento nuclear y, sobre todo, dejar atrás la política de la Guerra Fría. Obama dijo entenderse bien co el presidente Medvédev pero criticó el recelo de su primer ministro, Vladimir Putin, en las relaciones con Estados Unidos. "Putin tiene un pie anclado en el pasado y otro mirando al futuro", dijo. Por eso, EEUU confía en que esta visita siente las bases de una nueva era en el entendimiento entre ambos países.
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A su llegada a Moscú, Medvédev, se mostró positivo por este encuentro. "Nuestros países afrontan diversos problemas que ahora nosotros resolvemos de manera conjunta: se trata de problemas económicos, problemas de seguridad mundial y problemas de limitación de armas estratégicas ofensivas", dijo.
El jefe del Kremlin añadió que en esta agenda Rusia y Estados Unidos tienen "todas las posibilidades de adoptar decisiones importantes y necesarias". Calificó la primera visita de Obama a Moscú de "importante acontecimiento en la historia de las relaciones ruso-estadounidense", y añadió que confía "en que como resultado de nuestro trabajo de hoy y de mañana, de nuestra comunicación bilateral plena, cerraremos una serie de páginas complejas en la historia de las relaciones ruso-estadounidenses y abriremos unas nuevas páginas", dijo el presidente ruso.
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Obama, por su parte, dijo que entre Estados Unidos y Rusia hay más cosas que los acercan que las que los separan, y añadió: "Si empeñamos esfuerzos y trabajamos duro en los próximos días, creo que lograremos buenos resultados y progreso".
Obama y Medvedev inician sus reuniones en Moscú. Reuters
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Obama tiene previsto reunirse también en un desayuno de trabajo mañana con el primer ministro Vladímir Putin, que mantiene aún buena parte del poder en Moscú tras abandonar la presidencia el año pasado.
El presidente estadounidense, que también verá a Mijail Gorbachov, el líder que presidió el desmantelamiento de la Unión Soviética, participará el martes en un foro con empresarios rusos. El evento clave del martes, sin embargo, será su discurso ante la Nueva Escuela de Economía en Moscú, donde hablará acerca de las relaciones ruso-estadounidenses.
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La Casa Blanca ha indicado que éste será el tercero en una serie de cuatro discursos en los que Obama definirá su visión de la política exterior.
Los dos primeros tuvieron lugar en Praga en abril, donde presentó una propuesta para un mundo futuro sin armas nucleares, y en El Cairo en junio, donde ofreció un nuevo comienzo en las relaciones con el mundo musulmán.
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El cuarto discurso de la serie tendrá lugar en Ghana, donde Obama concluirá este fin de semana una gira que también le llevará a Italia a partir del miércoles para participar en la cumbre del G8 en L'Aquila.
El presidente estadounidense, Barack Obama, rechazó asumir la culpa por la crisis financiera y llamó a buscar no a los culpables de la misma, sino vías para salir de esta difícil situación, según publica hoy en una entrevista el bisemanario opositor Nóvaya Gazeta.
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Obama respondió negativamente a la pregunta de si está de acuerdo con la opinión de algunos políticos rusos y europeos, que consideran que el principal culpable de las dificultades económicas que viven sus países es Estados Unidos. "No. Vivimos una grave crisis económica que afecta a la vida de mucha gente en todo el mundo. Esta crisis es resultado de haber abordado en estos últimos años las cuestiones financieras de forma irresponsable, tanto en Estados Unidos como en Europa y en otros países", subrayó.
Al mismo tiempo, Obama se mostró orgulloso de los esfuerzos emprendidos por su país "para liderar las reformas de los sistemas de regulación y control y poner las bases de una nueva era de una política económica responsable que garantice la estabilidad económica y el crecimiento estable tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo".