Obama, Rajoy y otros líderes europeos dan impulso político a la alianza comercial UE-EEUU
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Los presidentes de EEUU, Barack Obama, y del Gobierno, Mariano Rajoy, junto a otros líderes de la Unión Europea, firmaron este domingo una declaración conjunta para dar un impulso político a la negociación en curso del tratado comercial y de inversiones transatlántico, conocido como TTIP.
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La declaración, impulsada durante la cumbre del G-20 que concluyó este domingo en Brisbane (Australia), está también refrendada por la canciller alemana, Angela Merkel; los primeros ministros del Reino Unido, David Cameron, e Italia, Matteo Renzi, y los presidentes de Francia, François Hollande; el Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. "Los líderes de EEUU, la UE, el Reino Unido, Alemania, Francia, Italia y España, reunidos en los márgenes de la cumbre del G20, reafirmamos nuestro compromiso con unas negociaciones globales y ambiciosas, en un espíritu de beneficio mutuo, que desemboquen en un acuerdo transatlántico comercial y de inversiones de alto estándar", señalaron los mandatarios en la declaración conjunta.
Según dijeron, mantienen el mismo compromiso que cuando impulsaron la negociación de "construir sobre la sólida base de seis décadas de asociación económica para promover un crecimiento más fuerte, sostenible y equilibrado", que respalde "la creación de más empleos a ambos lados del Atlántico e incremente nuestra competitividad internacional".
"Subrayando la estratégica importancia de este acuerdo, lo vemos como una oportunidad para promover los principios y valores que, como ciudadanos de unas economías y sociedades abiertas, compartimos y estimamos", señalaron, y se refirieron especialmente a "la transparencia y los enfoques conjuntos sobre los desafíos del comercio global". Por último, los líderes elogiaron los trabajos realizados en las negociaciones a lo largo de los últimos dieciséis meses y pidieron que se lleven a cabo "todos los progresos posibles en el año próximo".
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El acuerdo, cuya negociación lleva ya siete rondas, pretende crear la mayor zona de libre comercio del mundo (supondría el 50% de la actividad económica global) y sentar un referente mundial con la armonización de la regulación europea y la estadounidense. Sin embargo, la izquierda denuncia la opacidad del tratado yque beneficia a multinacionales.
Antes de dejar su cargo por conclusión de su mandato el pasado 31 de octubre, el anterior comisario europeo de Comercio, el belga Karel de Gucht, señaló que la UE debe "repensar su estrategia" en la negociación del TTIP. De Gucht incluso temió que EEUU abandonase las negociaciones a primeros de 2015 si Europa no acuerda incluir en el texto un mecanismo de protección del inversor y la solución de controversias inversores-estados (ISDS, por sus siglas en inglés).
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El ISDS, que defienden los estadounidenses, permitiría a las empresas inversoras extranjeras litigar ante un tribunal de arbitraje internacional en caso de que se modifique la normativa legal, algo sobre lo que la UE ha abierto una consulta pública dejando la situación en suspenso.
La última ronda de negociación, que concluyó en Washington el pasado 3 de octubre, concluyó con avances técnicos aunque matizados por la cautela expresada al reconocerse que se requería de "un empuje de alto nivel" político para avanzar. La próxima ronda de trabajos se celebrará en Bruselas en enero.