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Napolitano vuelve a tomar el control de Italia tras el golpe de Berlusconi

El presidente de la República ordena a Letta buscar aliados en el Parlamento para poder mantener el Gobierno. Necesitaría el apoyo de 20 senadores. 'Il Cavaliere' condenado quiere que se convoquen elecciones cuanto antes, pero su

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El presidente de la República italiana, Giorgio Napolitano, convocó de urgencia este domingo al primer ministro, Enrico Letta, después de que ayer los cinco ministros del Gobierno de coalición pertenecientes al partido de Silvio Berlusconi presentaran su dimisión. El anciano jefe del Estado quiere conseguir a toda costa que el Ejecutivo aguante y no tener que convocar elecciones por lo que ha solicitado a Letta que trate de buscar nuevas alianzas en el Parlamento. Il Cavaliere, sin embargo, tiene prisa por ir corriendo a las urnas y para ello se lleva preparando casi desde que entrara en la coalición con el Partido Democrático.

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La última condena a cuatro años de cárcel por fraude fiscal ha acelerado el proceso y en las últimas semanas el que fuera primer ministro ha multiplicado sus apariciones televisivas con su discurso victimista de siempre y ha anunciado la refundación de Forza Italia, el partido que le llevó al poder en 1994.

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La tarea de Napolitano, que se ha ganado el apodo de rey por hacer y deshacer en Italia como le parece, está casi condenada al fracaso. El PD tiene mayoría en el Congreso pero en el Senado no junta los votos suficientes como para aguantar las embestidas de la derecha. Esto, unido a que el Movimiento 5 Estrellas de Beppe Grillo, que había predicho que esto sucedería, está a favor de las urnas también y se niega de nuevo a pactar con Letta, pone las cosas complicadas.

Aunque una cosa es lo que piense Grillo y otra lo que pueda suceder de verdad, ya que desde hace meses el PD se ha acercado mucho a los parlamentarios grillini y un buen número de ellos no vería con malos ojos pactar y entrar en el Gobierno.

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"Estamos en una fase un poco crítica. Intentaré ver si hay posibilidades para que se prosiga la legislatura. Analizaré otras crisis similares precedentes a partir de la del segundo Gobierno Prodi", dijo Napolitano antes de la reunión con Letta. Esa crisis, que llevó al exdirigente socialdemócrata a tener que dimitir en 2008, fue también teledirigida por Berlusconi gracias a que el entonces llamado Olivo no tenía suficientes votos en el Senado. Il Cavaliere entonces compró a unos cuantos senadores progresistas y aquello bastó. Ese, curiosemente, es otro de los procedimientos judiciales que tiene abiertos el magnate de las telecomunicaciones.

A la dimisión de Prodi le siguió el intento de Franco Marini para formar un Gobierno, pero como no pudo reunir a una mayoría parlamentaria suficiente, Napolitano, que ya era presidente entonces, disolvió las cámaras y convocó elecciones. Berlusconi ganaría después con mayoría absoluta.

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Berlusconi ordenó dimitir ayer a los suyos después de semanas de tensiones con Letta a raíz de su condena a cuatro años por el caso Mediaset. Dicha sentencia obliga al Senado a votar su expulsión ─se producirá el día 4 y será favorable a que deje el escaño con toda seguridad─ y además le inhabilita para poder presentarse a unas elecciones en el futuro. Il Cavaliere ha presionado hasta la saciedad para que Napolitano le amnistiara, pero el presidente no pasó por el aro.

El pasado lunes comenzaron a sonar los tambores de guerra y la enésima amenaza de dejar el Ejecutivo llevó a Letta a convocar una moción de confianza en ambas cámaras. Asimismo decidió que se frenaban las acciones de Gobierno hasta el voto y decretó un aumento del IVA del 21% al 22%. Y esto último ha sido precisamente la excusa que ha empleado Berlusconi para retirar sus ministros.

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Como buenos acólitos, Angelino Alfano, Nunzia De Girolamo, Beatrice Lorenzin, Maurizio Lupi y Gaetano Quagliariello obedecieron a su jefe, aunque esta mañana no estaban muy contentos. Algunos medios hablan de que las divisiones dentro del Pueblo de la Libertad de Berlusconi son evidentes y que no es una locura pensar que se pueda producir una escisión y que varios, los más moderados, decidan montar un grupo parlamentario propio que siguiera sosteniendo a Letta. El origen de todo el asunto está en que se han empezado a cansar de que Il Cavaliere y su círculo de halcones decidan todo saltándose las estructuras del partido.

Quagliarello ha dejado claro hoy que él no piensa entrar a formar parte de una nueva Forza Italia si cuenta con la presencia de personas "cuyo discurso está más cercano a la extrema derecha". "Espero que Forza Italia tenga una expresión muy diferente a la que ayer salió de Arcore [la mansión de Berlusconi] y lo digo también por el propio Berlusconi", añadió.

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La decisión de tumbar al Gobierno la tomó ayer Berlusconi rodeado de unos pocos y no estaba presente ni siquiera el secretario general de su partido, Alfano, que a la par era ministro de Interior.  Lupi cree también que esto es intolerable. "Alfano debe entrar en juego. Así no se hacen las cosas. Forza Italia no puede ser un movimiento extremista en mano de extremistas. Queremos estar con Berlusconi, con su historia y con sus ideas pero no con sus malos consejeros", advirtió el exministro de Transportes.

 Vista la situación, ¿por qué no volver a las elecciones? Napolitano está repitiendo el mismo guión de noviembre de 2011 cuando la prima de riesgo obligó a Berlusconi a dimitir. El presidente siente el aliento de Bruselas y Alemania en la nuca y un nuevo periodo de inestabilidad volverá a disparar los intereses de la deuda, que en las dos últimas semanas han llegado a colocarse por encima de los españoles.

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El PD obtuvo una mayoría suficiente en el Congreso en las elecciones de febrero, pero en el Senado necesitaría otros 20 escaños para poder seguir adelante. La cifra no es muy elevada pero los críticos de la derecha berlusconiana afrontan unos días decisivos.

El dilema está en abandonar definitivamente a Il Cavaliere para conservar su honor o serle fieles, como siempre, y acabar inmolándose políticamente para que Berlusconi siga vivo.

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