Luc Montagnier, el virólogo francés ganador del premio Nobel de Medicina en 2008 tras haber conseguido aislar por primera vez el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), ha muerto a los 89 años de edad, según anunciaron los medios franceses. 

A pesar del reconocimiento conseguido, en los últimos años se enfrentó a la comunidad científica por sus opiniones contra las vacunas, el coronavirus y en defensa de la homeopatía.

En 1974 se convirtió en jefe de la Unidad Oncológica Viral del Instituto Pasteur de París. Allí logró aislar numerosos retrovirus humanos de pacientes con infecciones sexuales. Hasta que en 1983 lograron aislar uno de ellos, nombrado inicialmente como VAL (virus asociado a linfoadenopatía), que después se identificó como virus causante del sida y se denominó VIH.

Tras una larga controversia con el estadounidense Robert Gallo sobre la autoría del descubrimiento, el enfrentamiento se zanjó con la atribución del descubrimiento a ambos investigadores.

Tras ganar el premio Nobel y el Príncipe de Asturias, entre otros, su brillante carrera se vio empañada por muchas opiniones opuestas a la comunidad científica. Algunas de ellas fueron desde su apoyo a la homeopatía a las críticas a las vacunas, en especial a la de la covid-19.

Hace una década trasladó sus trabajos a China, donde centró sus investigaciones en la homeopatía. Entre algunas de sus afirmaciones, sostuvo que los africanos tendrían menos problemas con el sida si tuvieran una alimentación más equilibrada o propuso curar al papa Juan Pablo II, enfermo de párkinson, con papaya fermentada.

En noviembre de 2017, su postura contraria a la vacunación de niños suscitó la denuncia de 106 académicos de medicina. También apuntó contra las vacunas del coronavirus, a las que en una entrevista calificó de "enorme" e "inaceptable" error "científico y médico" la vacunación masiva porque, adujo, es la que "ha creado las variantes".

El virólogo también señaló que el virus del SARS-CoV-2 era de fabricación humana obra de un laboratorio de Wuhan (China) y apuntó a una fuga accidental mientras se investigaba una vacuna contra el VIH.

Su muerte se produjo en el Hospital estadounidense de Neuilly-sur-Seine, al lado de París, apuntó el diario Libération.