Miles de personas desafían al Gobierno sirio y gritan "libertad"
Los asistentes a los funerales de los manifestantes muertos en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad le echan la culpa al Gobierno
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El principal hospital de la ciudad siria de Deraa, en el sur del país, ha recibido los cadáveres de al menos 37 manifestantes que murieron en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, dijo el jueves un funcionario del centro médico. Las fuerzas de seguridad abrieron fuego contra cientos de jóvenes en la entrada norte de Deraa el miércoles por la tarde, según testigos, en una dramática escalada tras casi una semana de protestas en las que murieron al menos 44 civiles desde el viernes.
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Unas 20.000 personas marchaban el jueves a los funerales de nueve de los muertos, cantando eslóganes de libertad y negando las declaraciones oficiales de que personas infiltradas y "bandas armadas" estaban detrás de las muertes y la violencia en Deraa. "Los traidores no matan a su propia gente (...) Dios, Siria, Libertad. La sangre de los mártires no se derrama en vano", cantaban en un cementerio ubicado en el sur de Deraa.
Mientras soldados sirios con AK-47 recorrían las calles de la ciudad, vecinos vaciaban comercios de bienes básicos y decían que temían que el Gobierno del presidente Bashar al-Assad intentara aplastar la revuelta a la fuerza. Assad, un aliado cercano de Irán y un jugador clave en el vecino Líbano y partidario de grupos militantes que se oponen a Israel, rechazó los crecientes pedidos de reforma en Siria, un país de 20 millones de personas gobernado por el Partido Baath desde un golpe militar en 1963.
Un comunicado del Gobierno dijo que "partes del exterior" estaban difundiendo mentiras sobre la situación en Deraa, que está cerca de la frontera con Jordania. Y culpó a "bandas armadas" de la violencia. Algunas personas recordaban una masacre ocurrida en 1982 en Hama, cuando el padre de Assad, Hafez el-Assad, envió tropas a la conservadora ciudad para aplastar al brazo armado de los Hermanos Musulmanes, causando miles de muertos. Grupos defensores de los derechos humanos dijeron que al menos 20.000 personas murieron.
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"Si el resto de Siria no se levanta el viernes, estaremos enfrentando una aniquilación", dijo un residente, refiriéndose a las plegarias del viernes, el único momento en que los ciudadanos tienen permitido reunirse sin autorización del Gobierno. Assad, que enfrenta crecientes críticas de Occidente por el baño de sangre en Deraa, "no está en contra de ningún ciudadano sirio", dijo el vicepresidente sirio Farouk al-Shara, según fue citado esta semana.
Las protestas en Deraa, una ciudad mayormente suní, han esbozado eslóganes contra la alianza del Gobierno con el Irán chií, rompiendo un tabú sobre criticar la política exterior siria, pero también han instado a la unión del país. Deraa, en la frontera jordana, ha sido un tradicional bastión del Partido Baaz, pero en los últimos días se ha convertido en un foco de protestas sin precedentes contra el presidente Assad.