Miles de jóvenes toman el centro político de Londres
Trece heridos en otra protesta por la subida de tasas universitarias
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Ridiculizada y sobrepasada por la movilización estudiantil del 10 de noviembre, la policía de Londres pasó a la ofensiva y volvió a utilizar una de sus tácticas más polémicas, el kettling, que consiste en acordonar una zona en la que se han concentrado miles de personas y no dejar a nadie salir durante horas, a veces durante todo un día.
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Una vez más, miles de estudiantes se manifestaron en las calles del distrito oficial de Whitehall para protestar contra el aumento de las tasas de las matrículas universitarias. El Gobierno prevé aumentar el tope máximo que las universidades pueden cobrar hasta 10.600 euros anuales.
Los estudiantes centraron sus ataques en los liberaldemócratas, socios de los conservadores en el Gobierno de coalición. El partido del viceprimer ministro, Nick Clegg, prometió en la campaña que no toleraría que se tocaran las matrículas. Su giro de 180 grados ha contribuido a hundir la popularidad de los liberales, que antes solían recabar en las urnas el apoyo de muchos profesores y estudiantes.
Los estudiantes atacan a Clegg por incumplir su promesa electoral
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"Desde luego que siento muchísimo estar en esta situación dijo Clegg cuando le preguntaron por la promesa incumplida, pero espero que la gente se dé cuenta al examinar la propuesta de que todos los licenciados pagarán menos al mes que actualmente y que los más pobres pagarán mucho, mucho menos".
Los estudiantes no comparten tanto optimismo. A sólo dos semanas de la primera manifestación en Londres, hoy han repetido la protesta, pero esta vez más descentralizada. Decenas de miles de estudiantes abandonaron sus clases a media mañana y ocuparon centros universitarios en Liverpool, Birmingham y Londres, entre otras ciudades.
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La Unión Nacional de Estudiantes no quiso esta vez convocar una gran manifestación en Londres para impedir que se repitieran los incidentes violentos del día 10. Entonces, un millar de manifestantes penetró en el edificio que alberga la sede central del Partido Conservador, provocó grandes desperfectos y dejó en evidencia a la policía.
Sin embargo, el hecho de que el sindicato optara por no centrarse en un solo acto en Londres no impidió que miles de jóvenes, no todos estudiantes, regresaran a Whitehall, sede de las principales instituciones políticas y el lugar que más cobertura periodística siempre va a recibir.
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La policía recupera la polémica técnica 'kettling' de aislar a los manifestantes
La policía estaba mejor preparada y no permitió que los manifestantes se acercaran a la sede de los liberaldemócratas, situada en una calle fácilmente controlable por las fuerzas de seguridad.
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En otras zonas, la policía no pudo impedir que los jóvenes se concentraran en alto número. La policía informó de 13 heridos, incluidos dos agentes, y de 29 personas detenidas.
En un conflicto en el que la imagen es fundamental, los agentes desplegados cometieron un error de principiante y dejaron abandonada una furgoneta policial en una zona copada por los manifestantes. Además de romper algunas de sus ventanas, los jóvenes redecoraron el vehículo con pintadas e insultos.
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Horas después, descubrieron que la policía había recuperado la técnica del kettling, que resultó muy controvertida durante las manifestaciones del G-20. Miles de personas fueron rodeadas por un cordón policial y quedaron encerradas en la calle a temperaturas de cinco grados o menos y sin acceso a cuartos de baño o agua.
La táctica se justifica por la intención de calmar los ánimos de los manifestantes durante varias horas. En ocasiones, producen el efecto contrario y un aumento en la violencia, aunque en ese caso la policía lleva la iniciativa y lo tiene más fácil para practicar detenciones.