Berlín
Actualizado:La canciller alemana, Angela Merkel, y el líder socialdemócrata, Martin Schulz, cerraron este vienes in extremis tras más de 24 horas de negociaciones un preacuerdo para avanzar hacia una nueva gran coalición que evite unas nuevas elecciones.
El documento consensuado es un primer paso para un gobierno estable, más de tres meses y medio después de los comicios, pero el Partido Socialdemócrata (SPD) debe aún darle el visto bueno en un congreso extraordinario, el 21 de enero, y el pacto final deberá someterse al voto de sus militantes, donde persisten las dudas a una nueva alianza con Merkel.
Tras permanecer encerrados desde el jueves por la mañana en la sede del SPD en Berlín, Merkel, Schulz y el líder de los conservadores bávaros, Horst Seehofer, comparecieron este viernes ante los medios para presentar un acuerdo que, subrayaron, garantiza la gobernabilidad del país.
Schulz, que tras los malos resultados electorales rechazó reeditar la gran coalición y se vio forzado al diálogo al fracasar las negociaciones de Merkel con liberales y verdes, habló hoy de resultados "excelentes", algo que necesita para convencer a sus camaradas.
La canciller, quien aspira a ser investida para su cuarto mandato, consideró por su parte que el documento, de 29 folios, es "sólido y serio" y se basa en la idea de "dar y recibir" para crear las condiciones que permitan que "dentro de diez y de quince años se siga viviendo bien en Alemania".
Seehofer, cuya formación insistía en dar un giro derechista a la política migratoria, destacó asimismo el "excelente resultado obtenido" y el "equilibrio" en la política social.
No habrá subida de impuestos para las rentas más altas, como pedía el SPD, pero se garantiza la estabilidad de las pensiones durante la legislatura, se mejoran las prestaciones mínimas para quienes hayan cotizado menos y se reducen cargas a los trabajadores.
En el preacuerdo se prevé que la llegada de refugiados no supere los 220.000 al año y se restringe la reagrupación familiar a 1.000 personas al mes, dos aspectos que llevan el sello de la CSU.
Con un margen de gasto para la legislatura de 1,392 billones, se señalan como áreas prioritarias de inversión la educación, la familia y las infraestructuras, con 1,5 millones de viviendas construidas con apoyo público, más efectivos policiales y mejores condiciones en la atención a los dependientes, entre otras promesas.
Tanto Merkel como Schulz admitieron que en la negociación hubo "momentos turbulentos", pero aseguraron que nunca se estuvo "al borde del fracaso" porque compartían el "objetivo común" y la voluntad de alcanzar un acuerdo.
El líder socialdemócrata recalcó el acento puesto en la política europea, primer capítulo del documento consensuado, y la apuesta por trabajar con Francia para fortalecer la UE.
Los dos bloques se muestran dispuestos a aumentar la contribución de Alemania al presupuesto comunitario y a reformar la eurozona para que se puedan enfrentar mejor crisis futuras, aunque como única medida concreta plantean convertir el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) en un fondo monetario con control parlamentario.
"En términos de contenido estoy muy contento con lo que el CSU (los conservadores bávaros), CDU y SPD han acordado como parte de la política común para el futuro. Es una contribución significativa, positiva y que mira al futuro sobre el debate de la política europea", manifestó desde Bulgaria el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.
El acuerdo, sin embargo, no es suficiente para las juventudes socialdemócratas, que aseguraron que seguirán defendiendo el "no" a la gran coalición porque no se han recogido las principales reivindicaciones del partido y "huele mucho" a la alianza de la última legislatura, tras las que se hundió el SPD.
"Todo este acuerdo de gran coalición suena a más de lo mismo", coincidió la copresidenta de Los Verdes Katrin Göring-Eckardt, que participó en las primeras negociaciones que lideró Merkel para intentar formar gobierno.
Fue el Partido Liberal (FDP) el que dio por fracasadas aquellas conversaciones y hoy su líder, Christian Lindner, advirtió de que el preacuerdo "no (es) lo suficientemente bueno para el futuro" de Alemania.
En opinión del presidente de la Cámara Alemana de Comercio e Industria, Eric Schwitzer, manda una "señal equivocada" al aumentar la regulación, la burocracia y las cargas de los empleadores.
Tras capitanear las negociaciones desde el pasado domingo, Merkel, Schulz y Seehofer defendieron sin embargo su pacto como una muestra de responsabilidad con los votantes, muchos de los cuales les dieron la espalda en las últimas elecciones, y también con Europa.
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