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¿Dónde están los menores refugiados desaparecidos?

Una burocracia fallida que bloquea a los menores lejos de sus familias

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Varios niños juegan en un campamento de refugiados cercano al pueblo griego de Idomeni. / REUTERS

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BARCELONA.- Shade Alfareas tiene su residencia como refugiado en Bremen, Alemania, y les sigue el rastro a los niños “desaparecidos” sólo a través de la prensa del país. Según la policía criminal federal (BKA), en Alemania más de 4.718 menores refugiados constan en las estadísticas policiales como desaparecidos. Para las ONG, estas desapariciones pueden estar vinculadas a la explotación laboral, las redes de prostitución infantil o la trata de personas. A finales de 2015, ACNUR ya alertaba de casos en los que los menores" habían tenido que recurrir al sexo por supervivencia” para poder pagar a los traficantes para proseguir su viaje hacia Europa, según diversos informes y testimonios recibidos por la organización.

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Otra veces, a las “desapariciones” provocadas por los desplazamientos de los refugiados, que tratan de reunirse con sus familiares en otros campos, se suma la circunstancia de que sus nombres se apuntan mal en el registro. Así, pueden llegar a figurar como “desaparecidos” en un campo, y como una nueva persona en otro.

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Una burocracia fallida que bloquea a los menores lejos de sus familias

En relación con el registro de las personas que llegan a la UE, el profesor e investigador de la Universidad de Birmingham Nando Sigona aclara a Público que “los datos sobre la entrada de las personas se recogen en cada uno de los países y posteriormente se compilan conjuntamente. La consecuencia es que una persona puede aparecer contada dos veces si se mueve de un país a otro”. En cuanto a los que “han desaparecido” del sistema, considera que esto puede deberse a distintas causas y situaciones. “En el sur de Europa, son jóvenes que quieren moverse a cualquier otro país de Europa o no estar metidos a la fuerza dentro del sistema de protección del menor que los separaría de sus familiares o amigos y que además les prohibiría trabajar o enviar dinero a casa; en el norte de Europa, los jóvenes empiezan a desaparecer más tarde, cuando rondan los dieciocho años y no ven ningún tipo de futuro válido para ellos”. Dejan de figurar en el sistema, cuando este mismo sistema los bloquea en un lugar donde es imposible organizar su supervivencia.

Desde Save the children Italia, Giovanna di Benedetto explica que a finales de 2015, en Italia había hasta 6.135 menores ilocalizables en los centros de menores en los que previamente habían sido registrados. “No solo hay problemas para registrar a la gente, sino que existen distintas razones por las cuales los menores se mueven. Eso no significa que acaben en manos del crimen organizado, pero sí que se pueden dar formas de explotación dramática”, explica.

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