Marruecos impulsará una ley contra la violencia de género
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Marrakech ha acogido a más de 5.000 personas en el 2º Forum Mundial de Derechos Humanos de casi un centenar de países entre ONGs, expertos, representantes de Gobiernos y de la ONU que han debatido sobre los avances y retrocesos de estos derechos fundamentales en toda su magnitud.
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Doce foros sobre la mujer, 13 de formación y 15 culturales sirvieron para analizar pormenorizadamente el grado de compromiso y de respeto a los derechos humanos en los cinco continentes.
Fuentes oficiales cifran en unos 12 millones de euros el coste de la organización de este gran evento celebrado en las afueras de la ciudad imperial marroquí más sureña, ubicado en un marco efímero de grandes carpas blancas -una de ellas dedicada a la memoria de Abraham Serfaty, el preso político más emblemático bajo el régimen de Hasan II- destacando la macrojaima del plenario con capacidad para varios miles de asistentes.
El Reino Alauí ha puesto especial empeño en que la organización fuese un éxito ya que era una ocasión única para mostrar el mundo los avances del país en cuando a progreso democrático.
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La principal asociación de DDHH encabeza las protestas
Sin embargo, no todo es oro lo que reluce ya que varias asociaciones marroquíes derechos humanos como la más importante con 14.000 afiliados, la AMDH, decidieron boicotear el Forum para protestar por los numerosos incumplimientos que se siguen produciendo en este materia tan sensible en su país.
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Asociaciones de derechos humanos marroquíes denuncian la vigencia de la pena de muerte y torturas
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Horas antes de la inauguración oficial unos 300 manifestantes protestaron por la celebración del magno encuentro y durante los días posteriores fue numerosa, variada y visible la presencia de grupos y personas en el recinto desplegando pancartas y fotos de familiares encarcelados, sin que fuesen disueltos o expulsados.
El rey Mohamed VI tuvo presencia virtual en el acto de apertura con un discurso leído por el ministro de Justicia Mustafá Ramid, que supuso una importante declaración de intenciones sobre los derechos humanos con vistas al mundo, pero también a la galería interna marroquí.
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El monarca reivindicó el protagonismo de África en el concierto de los derechos humanos puso especial énfasis en el objetivo de "la igualdad y al paridad" entre hombres y mujeres, derechos contemplados en la nueva constitución de 2011 y anunció que el Gobierno está elaborando una ley sobre la lucha contra la violencia hacia las mujeres. De hecho, el ministro islamista moderado Ramid confirmó la creación próxima de una "autoridad para la paridad y la lucha contra todas las formas de discriminación".
El ministro Ramid confirmó la creación de una "autoridad para la paridad y la lucha contra todas las formas de discriminación"
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Pese a la previsión, al final no acudieron a Marrakech ni el secretario general de Naciones Unidas Ban Ki Moon, ni el exjuez español Baltasar Garzón -éste por problemas de salud-, por lo que el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero se convirtió en la voz española con más protagonismo en el foro internacional.
Zapatero: consejo de religiones en la ONU contra el fanatismo
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Tanto en la ceremonia oficial de apertura, como en una conferencia de prensa posterior, Zapatero expuso sus ideas con valentía considerando el marco de celebración del evento en un país de población mayoritariamente musulmana, donde la tradición patriarcal y las actitudes machistas están muy enraizadas. El exmandatario español hizo especial énfasis en los derechos de las mujeres y de los homosexuales, dicho esto en un país donde aún el Código Penal prohíbe expresamente la homosexualidad.
Pero además Zapatero demandó la creación de un Consejo de Religiones de todo el mundo en la ONU dentro del paraguas de la Alianza de Civilizaciones para evitar el fanatismo y deseó como prioridad para la Agenda 2015 que suponga una movilización mundial por los objetivos de cooperación sobre la base de la igualdad entre hombres y mujeres. "La igualdad produce efectos positivos en el desarrollo global, es mejor y más rápido", dijo el ex presidente español.
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La presencia de Zapatero era importante para la organización marroquí ya que la Ley Orgánica española contra la Violencia de Género, que acaba de cumplir diez años de vigencia, es una de las más avanzadas del mundo y da cobertura al debate que se inicia a este respecto al cercano país de la orilla sur del Estrecho, donde asociaciones feministas estiman que la mitad de las mujeres han sufrido violencia doméstica, sin que llegue al 3 por ciento el porcentaje de las que la han denunciado ante la policía. Además, tanto el Consejo Nacional de Derechos Humanos -CNDH, organizador del foro- como el movimiento feminista consideran que el actual Gobierno mayoritariamente compuesto por islamistas moderados y presidido por Abdelilah Benkirán pone freno a los necesarios avances en el terreno de la igualdad de sexos.
Además del tortuoso camino hacia la igualdad, las asociaciones de derechos humanos marroquíes denuncian la persistencia de otros graves incumplimientos como la vigencia de la pena de muerte, la tortura, la existencia de más de 300 presos políticos y de opinión en las cárceles, la represión en las manifestaciones, la falta de independencia judicial, etc. Un catálogo al que hay que unir la reciente condena a dos años de prisión de la conocida activista marroquí Wafa Charaf por denuncia falsa tras haber sido apaleada por desconocidos tras una protesta en Tánger o las decenas de prohibiciones gubernativas en los últimos meses a actividades de asociaciones pro derechos humanos, que han afectado incluso a un campamento juvenil de verano promovido por Amnistía Internacional.
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Ratificaciones de tratados internacionales in extremis
Marruecos es el único país árabe que se ha transformado desde una transición pacífica interna, en el contexto de los cambios y convulsiones producidos en el contexto de la denominada primavera árabe desde comienzos de la presente década.
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El Movimiento 20 de Febrero de 2011 fue en Marruecos lo más parecido a la oleada de protestas del tipo primavera árabe, pero su impulso fue rápidamente canalizado tan sólo un mes después por la propia corona con la propuesta del rey Mohamed VI de un debate constitucional que desembocaría a finales de ese mismo año con la aprobación de una nueva Carta Magna que aproxima bastante el marco institucional de la democracia marroquí a los estándares occidentales.
Otra cosa es que el desarrollo de sus principios modernizadores -cesión de poder por parte del monarca, descentralización política territorial, reconocimientos de culturas y lenguas vernáculas, igualdad de género, etc.- se esté realizando al ritmo que demanda la sociedad.
La propia celebración del Forum de Marrakech ha supuesto un acicate para acelerar determinados cambios, como la suscripción de tratados internacionales sobre derechos humanos en diferentes ámbitos que de otro modo probablemente se habrían retrasado.
Desde el organización, el propio presidente del CNDH Dris Yazami admitía la premura con que tan sólo tres días antes de la inauguración, el Gobierno alauí había hecho efectivo su compromiso de entregar a la ONU los instrumentos de ratificación del tratado internacional contra la tortura.
Justicia transicional en Marruecos, pero no en España
Entre los pequeños grupos de manifestantes que más se hacían notar recorriendo el foro internacional de Marrakech predominaban los damnificados que protestaban con sus pancartas denunciando el olvido oficial en el proceso de justicia transicional promovido por el nuevo rey contra los abusos producidos durante el reinado de su padre Hasan II, los tristemente célebres 'años de plomo' saldados con cientos de muertos y miles de encarcelados y torturados.
Hombres mayores de cincuenta años hablaban por miles de represaliados más a quienes no ha sido reconocida aún su condición de víctima y que no se resignan a verse discriminados en la compensación por su pasada persecución y su injusto sufrimiento en forma de vivienda, empleo y dinero.
Según denuncian, sólo se han beneficiado de estos reconocimientos e indemnizaciones unos 9.000 víctimas de un total de 25.000 que han presentado sus correspondientes reclamaciones ante la Instancia Equidad y Reconciliación (IER) creada en 2004, especie de comisión de la verdad oficial como las que en una treintena de países del todo el mundo se han constituido en las últimas décadas para solventar los procesos de transición entre dictadura y/o guerra civil a democracia.
Desde el CNDH se insiste en que aún no ha concluido el reconocimiento a las víctimas de la represión del padre del actual rey Mohamed VI, pero en Marrekech se mostraban algunos dramas humanos extremos.
A este respecto, no está de más recordar que España está en pañales en esta materia, ya que aún no se ha impulsado desde el Estado un proceso de justicia transicional ni se ha constituido una Comisión de la Verdad sobre los crímenes de lesa humanidad del franquismo como recomiendan los diferentes organismos relacionados con los derechos humanos de las Naciones Unidas.
El Forum Mundial de Derechos Humanos de Marrakech ha servido para analizar y para comparar, para mostrar y para interiorizar. En el caso marroquí se ha evidenciado la división social existente entre quienes quieren promover los avances bajo el amparo oficial e institucional y quienes consideran que los objetivos de profundizar en la democracia y en las libertades se pueden lograr más rápidamente con el impulso asociativo independiente.
Expertos marroquíes de diferentes tendencias consultados, eso sí, coinciden en que queda mucho por hacer. Unos consideran que los avances han sido escasos y otros los magnifican. Pero nadie cuestiona que el Marruecos actual bajo el reinado de Mohamed VI es bastante distinto al de Hasan II. Eso salta ala vista.
Sirva el resultado del reciente informe elaborado por The Arab Reform Iniciative y The Palestinian Center for Policy and Survey Research que, en espera de la evolución de la 'primavera árabe' en Túnez, tras la reciente constitución del primer parlamento democrático de su historia, de momento Marruecos sigue siendo el primer país árabe en el índice de avance hacia la democracia en el mundo árabe.