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Macron elige a Gabriel Attal como primer ministro, el más joven en la historia de Francia

 Attal, de 34 años, hasta ahora ministro de Educación, está considerado uno de los más fieles colaboradores del presidente, es exmilitante socialista, y es el miembro más popular del actual Gobierno.

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Gabriel Attal, en una imagen de archivo. — Geoffroy Van Der Hasselt / AFP / dpa / Europa Press

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El actual ministro de Educación de Francia, Gabriel Attal, fue nombrado este martes por el presidente Emmanuel Macron para sustituir a Elisabeth Borne al frente del Ejecutivo, lo que le convierte en el primer ministro más joven en la historia del país. Según Le Monde, destrona a Laurent Fabius, quien en 1984 fue designado a los 37 años por François Mitterrand.

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A sus 34 años, Attal, considerado uno de los más fieles colaboradores del presidente, exmilitante socialista, es el más popular miembro del actual Gobierno y tendrá la labor de relanzar su acción, tras la adopción en el último año y medio de medidas impopulares como la reforma de las pensiones y la ley de inmigración, recoge Efe.

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Attal es el primero también en el puesto que no oculta la homosexualidad. El 5 de noviembre de 2023 habló en Septiembre a las Ocho de TF1, contando haberle dicho a su padre: "Papá, me enamoré de un chico", según recoge Le Monde. Su pareja es Stéphane Séjourné, asesor del presidente y uno de los favoritos para encabezar el cartel de su partido para las europeas de junio.

Attal había sido nombrado en julio de 2023 como ministro de Educación Nacional para tratar de tranquilizar a un sector dañado y en crisis y parecía imprescindible su trabajo allí, pero Macron lo ha elegido con la idea de revitalizar a un gobierno de algún modo atascado

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La popularidad de Attal es lo que quiere aprovechar el presidente Macron que año y medio después de su reelección no logra despegar en los sondeos, enfangado en disposiciones que paralizaron el país durante meses.

Cine

Attal tendrá de este modo que extremar sus dotes políticas e interpretativas, estas últimas adquiridas en una familia que hizo fortuna en el séptimo arte, para relanzar un mandato sin un rumbo claro.

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A veces se le ha reprochado su procedencia de una familia acomodada del medio cinematográfico. Su padre, Yves, de origen judío tunecino y fallecido en 2015 tras un fulminante cáncer, fue productor en Francia de, entre otros, Pedro Almodóvar. Su madre, Marie de Couriss, descendiente de una familia cristiana ortodoxa griega de la ciudad ucraniana de Odesa, también trabajó en una productora de cine.

El propio Gabriel, nacido en Clamart y criado en barrios nobles de la capital, hizo sus pinitos en el celuloide al presentarse a varios castings en su etapa de estudiante, incluso para algún papel protagonista, aunque no fue elegido por su falta de experiencia, lo que no le impidió que se ganara algo de dinero con roles secundarios, lo que le permitió comprarse su primera motocicleta.

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Habilidad

Descrito como brillante y atento por sus colaboradores, Attal ha sorprendido por su habilidad para sacar partido de las responsabilidades que le han otorgado, pese a que a su juventud muchos pensaban que se estrellaría en el intento.

En los últimos seis y medio, Attal había ocupado cuatro puestos diferentes en el gabinete antes de ser elegido para dirigirlo.

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Licenciado en Ciencias Políticas, militante socialista entre 2006 y 2016, bregado en gabinetes ministeriales en Ejecutivos de François Hollande, Attal se subió en la primera hora al carro de Macron cuando este se lanzó a la conquista del Elíseo en 2016 y en la campaña electoral de 2017 fue su portavoz.

Diputado en las legislativas de 2017, ese año entró en el Ejecutivo como secretario de Estado de Educación y Juventud, con 29 años, una edad a la que nadie antes había entrado en un Gobierno.

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Esas responsabilidades pronto se le quedaron pequeñas y tres años más tarde dio el salto a la portavocía del Gobierno, donde se convirtió en un rostro familiar de los franceses.

Su aspecto algo frágil fue cobrando estatura y peso político y con solo 33 años se hizo cargo del estratégico Ministerio de Hacienda, que apenas ocupó catorce meses antes de afrontar el reto de Educación, donde su lucha contra el acoso escolar, que él mismo confesó haber sufrido, apuntaló su popularidad en apenas medio año.

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El aterrizaje al frente del Ejecutivo será una nueva prueba de fuego para este político originario del ala más moderada del Partido Socialista, descrito como pragmático, que enseguida enlazó con la sensibilidad reformista de Macron y que ahora busca relanzarla.

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