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Los líderes de la UE tratan de disuadir a Trump de iniciar una nueva guerra comercial

Muchos mandatarios europeos tratan de evitar un conflicto comercial con llamamientos públicos a estrechar los lazos de dos "aliados" que han de enfrentar un competidor "común" que es China.

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La Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, tras una cumbre informal del Consejo Europeo, en Budapest, a 8 de noviembre de 2024. — Zoltan Mathe / EFE

Budapest,

La vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca ha resucitado en la Unión Europea el miedo a una nueva guerra comercial con Estados Unidos, una posibilidad que los líderes europeos tratan de evitar con llamadas a estrechar los lazos de dos "aliados" que enfrentan un competidor "común" que es China.

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Cuando los resultados ya daban por segura la victoria de Trump, muchos mandatarios europeos lanzaron felicitaciones en las redes sociales en las que llamaban a estrechar los lazos de ambas partes y este mensaje fue repetido en múltiples ocasiones en los dos días de cumbre en Budapest.

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"Somos aliados y sería absurdo que unos aliados se impongan aranceles entre ellos. Nuestro competidor común es China", dijo el primer ministro de Bélgica, Alexander De Croo, apoyado después por el canciller austriaco, Karl Nehammer, para quien la prioridad es evitar una guerra comercial que, dijo, no beneficiaría a nadie.

"Tenemos que trabajar juntos, somos aliados y amigos estrechos. Preferiría no competir entre nosotros. En este mundo de tanta inseguridad tenemos que estar juntos", defendió la danesa Mette Frederiksen.

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Con todo, el italiano Mario Draghi dio por seguro que Trump adoptará medidas para impulsar la industria tecnológica y para proteger los sectores "tradicionales" estadounidenses, en detrimento de sus competidores europeos, y dijo que las prioridades de su informe para mejorar la competitividad europea son "aún más urgentes" tras las elecciones estadounidenses.

Nuevos aranceles

El temor a una reedición de la disputa comercial que ya dominó las relaciones entre ambas partes en el primer mandato de Trump se sustenta en su promesa de campaña de imponer aranceles de entre el 10% y el 20%.

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El objetivo del próximo inquilino de la Casa Blanca sería atacar el superávit comercial de 155.800 millones de euros que el bloque tiene con Estados Unidos, en el que los grandes impulsores son las exportaciones alemanas (157.732 millones), italianas (67.266 millones) e irlandesas (51.621 millones), los países que más exportaron a EE. UU. en 2023, según la oficina estadística europea, Eurostat.

Las ventas europeas hacia el socio norteamericano implican sobre todo a los sectores farmacéutico y automovilístico, pero las dos áreas también cuentan con importantes intercambios en el ámbito agrícola.

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Estados Unidos es el segundo destino de las exportaciones europeas en 2023, representando un 12% de las mismas (27.200 millones de euros), aunque estas se redujeron en 1.800 millones (6%) en comparación con el año previo, sobre todo por la caída del 27% la venta de bebidas espirituosas y licores, según el último informe publicado por la Comisión Europea.

Además, es el cuarto país de origen de las importaciones agrícolas a los Veintisiete, de las que supone un 7% (11.700 millones), un 4% menos que el año anterior por el descenso en la llegada de frutas, cereales y productos no comestibles.

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Unos nuevos obstáculos al comercio, además, se unirían a disputas que se mantienen abiertas, como la que afecta a las ayudas públicas de ambas partes a Boeing y Airbus o los gravámenes a importaciones de aceituna negra española.

Aunque sí acordaron suspender los gravámenes, continúa abierta la disputa por los aranceles al acero y aluminio europeos que Trump impuso en su primer mandato –y que Bruselas respondió con penalizaciones a productos estadounidenses– a pesar de las negociaciones con la administración de Joe Biden.

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