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Los líderes de la UE buscan recuperar el fondo anticrisis secuestrado por Hungría y Polonia

Los jefes de Estado y de Gobierno se reúnen esta tarde en una reunión telemática, donde buscarán cómo frenar el veto de Budapest y Varsovia al paquete presupuestario, que pone en una situación complicada a los países más afectados por la pandemia.

Las banderas de la Unión Europea ondean fuera de la sede de la Comisión Europea en Bruselas, Bélgica.
Las banderas de la Unión Europea ondean fuera de la sede de la Comisión Europea en Bruselas, Bélgica. Yves Herman / REUTERS

A las 18 horas arranca una nueva cumbre de jefes de Estado y de Gobierno telemática, con todas las miradas puestas en Hungría y Polonia, que tendrán que explicar a sus homólogos por qué han bloqueado el plan de recuperación y el presupuesto europeo para los próximos siete años. Esta cita, en origen, estaba prevista para que los líderes europeos debatieran sobre la situación de la pandemia, aunque el veto del paquete presupuestario y sus consecuencias van a copar gran parte de la discusión, a pesar de que no esté en la agenda.

Varsovia y Budapest no aceptan el condicionamiento de los fondos europeos al respeto del Estado de Derecho. Ante la imposibilidad de frenar esta cláusula, que requiere de mayoría cualificada, presionan a sus socios bloqueando el resto del paquete, que requiere unanimidad. Además del Marco Financiero Plurianual (MFF) para los próximos siete años, también han vetado la decisión de recursos propios, para que Bruselas pueda ir a los mercados y endeudarse para financiar el fondo de recuperación, previsto para sacar del atolladero a los países que más sufren los estragos de la pandemia. Una decisión con consecuencias poco halagüeñas para el conjunto de la UE, pero para ellos también.

En estos momentos el ambiente no es muy positivo y diferentes fuentes hablan de tensión y de poco margen de maniobra. El Parlamento Europeo, como colegislador del mecanismo de Estado de derecho, ya ha anunciado que no está dispuesto a rebajar la voluntad de la ciudadanía por el chantaje de dos países. Una opinión compartida por la práctica mayoría de las capitales. De hecho, una fuente diplomática ha comentado que es un problema generado por Varsovia y Budapest y, por tanto, tendrían que resolverlo ellos. Así, ha recordado que Polonia no es un "socio de piedra, de segunda" y ha insistido en el peso del "compañero de Viktor Orbán".

La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, ha pedido esta mañana en la comisión de Asuntos Económicos de la Eurocámara a los Veintisiete que no dilaten más el debate y pongan en marcha el fondo anticrisis lo antes posible. "Espero que sea desplegado rápidamente de forma que las necesidades de muchos Estados miembros puedan ser abordadas", ha subrayado.

La ministra de Exteriores, Arantxa González Laya, ha valorado la situación con los corresponsales españoles tras su salida del consejo de Exteriores. "Para España el Estado de Derecho es uno de los pilares fundamentales de la UE, junto con la democracia, la libertad, la igualdad", ha defendido. "Hemos apoyado todos los mecanismos para que sea una realidad, incluso nos hemos prestado a un examen por parte de Bruselas, abriendo todas nuestras fuentes de información para que, con luz y taquígrafos, se pueda examinar la situación en España", ha explicado.

"El fondo de recuperación es una necesidad imperiosa para toda la UE, también para Hungría y Polonia y eso es lo que le están diciendo los empresarios y sociedad civil", ha comentado la ministra González Laya. "Lo urgente es desencallar esta situación, que creo que parte de un malentendido de estos países, que creen que es un mecanismo que busca dirigirse contra Estados miembros específicos y no es así, porque se ha construido de manera no discriminatoria", ha concluido la titular de Exteriores.

Posibles soluciones al veto

Por ahora la presidencia alemana trabaja para alcanzar una solución a este bloqueo. Entre ellas, la posibilidad de elaborar una redacción distinta de la cláusula, en las que sendas capitales no se sientan señaladas, ya que son los dos únicos Estados miembros a los que se les ha activado el artículo 7 del Tratado de la UE. Un bloqueo que nadie espera que se resuelva con la videollamada de esta tarde.

En la misma dirección se expresaba ayer un diplomático, que defendía que "no barajamos ninguna alternativa en estos momentos". "Nadie está pensando en reabrir el acuerdo del mes de julio. Si la temperatura sube, no sé dónde acabarán los que están atizando el fuego", subrayó, sin dejar claro a qué se refería con esta última parte.

Sin embargo, son muchas las voces que urgen a buscar soluciones alternativas, ante el escenario en el que Polonia y Hungría mantengan su inmovilismo. Entre ellas está la posibilidad de establecer el grueso del fondo de recuperación, conocido como mecanismo de Recuperación y Resiliencia, como un acuerdo intergubernamental.

Y otro, seguir adelante con el MFF del periodo 2014-2020 y prolongarlo con un sistema conocido como "doceavas partes provisionales". Este mecanismo permite gastar, como máximo, una doceava parte del presupuesto del año anterior, hasta que se haya aprobado el presupuesto nuevo. Este sistema serviría solo para completar los programas ya existentes y no para el fondo anticrisis. Sin embargo, sí que permitiría desbloquear algunas partidas básicas para educación, investigación o cohesión, sobre las que Polonia y Hungría podrían salir esquilados con la aprobación formal del mecanismo de Estado de derecho.

Entre el cuerpo diplomático sí hay cierta sensación de frustración y hartazgo. "Hungría y Polonia deben decidir qué hacer con sus ciudadanos, qué hacen con sus socios, qué hacen con todos los que hemos arropado una integración tan exitosa de ambos países en la UE, al menos desde el punto de vista económico", ha comentado una fuente. Reconoce que Viktor Orbán es "un tipo muy curtido", pero advierte de que, "si ha adoptado una posición política a la espera de que la UE se divida, está muy equivocado, porque no nos vamos a dividir por esto".

Hungría no es el único país que intenta sabotear el proyecto europeo. El primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, ha comparado al bloque comunitario con la Unión Soviética y ha acusado a Bruselas de "oligarquía europea que castiga a los más débiles". Tampoco se ha quedado atrás el primer ministro esloveno, Janez Jansa, que ayer envió una carta a las instituciones europeas donde ponía en entredicho la independencia de la UE en materia de respecto del Estado de Derecho. "Cualquier mecanismo discrecional que no se base en un juicio independiente, sino que esté basado en criterios políticos, no puede denominarse Estado de derecho", ha escrito.

Un pulso que hace que crezca el enfado entre algunas capitales, que recuerdan que los países que están frustrando la recuperación de la UE son Estados miembros que siempre han sido receptores netos. Una realidad también para el fondo anticrisis, ya que a pesar de que no son de las capitales que más hayan sufrido los estragos de la pandemia.

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