Leila Khaled: “Occidente considera nuestra resistencia como un acto terrorista, cuando el terrorismo es la ocupación”
Entrevista a Leila Khaled, miembro del Frente popular para la liberación de Palestina, con motivo de su visita al Parlamento Europeo para participar en una conferencia sobre el rol de la mujer en la lucha del pueblo palestino.
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Bruselas,
En una entrevista con Leila Khaled (Haifá, 1944), las primeras preguntas las hace ella y hasta toma nota de las respuestas. Mantiene una postura firme, como si soportara en sus hombros todo el peso de una responsabilidad invisible. Una kufiyya le desborda los hombros y tiene en la mirada una mezcla de altivez y afabilidad desconcertantes. Habla en tono serio, pausado, arrastrando las palabras en una voz que es casi un susurro, y toma su tiempo para contestar cada cuestión. No vacila, como si conociera apenas de memoria las respuestas. Transmite la serenidad que aporta la experiencia y el vigor de quien se debe a una causa, la palestina, por la que lleva luchando toda una vida. El encuentro se produce en un rincón de la sede el Parlamento Europeo en Bruselas, en medio del trajín de un día cualquiera en la Eurocámara. Khaled, miembro del Frente Popular para la Liberación de Palestina, asiste a una conferencia sobre el papel de la mujer en la lucha por la liberación de Palestina, organizada por Izquierda Unida.
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En agosto de 1969, Leila Khaled secuestró un avión. La aeronave hacía la ruta que une Roma con Tel Aviv y fue desviada hacia Damasco. Lo hizo, junto a otro compañero, en nombre del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP). Nadie resultó herido, las órdenes eran no hacer daño a nadie, aunque volaron el morro del avión tras ser desalojado. Khaled, que tenía entonces 25 años, de los cuales había pasado 21 como refugiada en Líbano, se convirtió en un símbolo de la resistencia del pueblo palestino. Su imagen, la belleza racial de sus rasgos, sonriendo mientras sostenía un AK-47, la convirtió en un icono pop de la lucha armada, para algunos, una ‘Che Guevara palestina’.
“Queríamos que el mundo entendiera que no éramos solo refugiados sino que teníamos una causa política por la que luchar”
Aunque reconoce que no lo haría hoy, porque no es necesario, Khaled defiende el secuestro de aquel avión hace casi 50 años. “Nos vimos obligados a hacerlo porque entonces no teníamos forma alguna de hacer sonar la alarma”, explica, “queríamos que el mundo entendiera que no éramos solo refugiados sino que teníamos una causa política por la que luchar.”
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“Cualquier pueblo oprimido tiene derecho a rebelarse, incluso mediante la lucha armada”
Tanto Estados Unidos como la Unión Europea catalogan el Frente Popular por la Liberación de Palestina como organización terrorista. Leila Khaled no se define como tal. “Occidente considera nuestra resistencia como un acto terrorista cuando el terrorismo es la ocupación”, asevera Khaled. Insiste en que la lucha armada será necesaria mientras dure la ocupación y defiende además que, tal y como recoge la Carta Fundacional de Naciones Unidas, “cualquier pueblo oprimido tiene derecho a rebelarse, incluso mediante la lucha armada”, y por tanto, su batalla es legítima.
“Nuestra gente vive asustada porque cada día hay tiroteos, cada día hay casas que son derribadas”, explica Khaled que denuncia la política de “tirar a matar” de Israel en los territorios palestinos. “Nos enfrentamos a actos de brutalidad y terrorismo”, insiste y relata una lista de masacres cometidas por el ejército de Israel y grupos sionistas en el último siglo. Y aunque critica la posición de Occidente respecto al conflicto, asegura, empieza a haber un cambio. Fue tras la primera Intifada, explica Khaled, cuando el mundo vio por primera vez la peor cara de Israel. “Ahora hay fuerzas progresistas en Occidente, en Europa, en América incluso, que están apoyando la lucha de nuestra gente por sus derechos”, celebra.
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Sin embargo, también el contexto político de la región ha empeorado en los últimos años y esto “nos afecta negativamente”, lamenta Leila Khaled quien considera que la guerra no es solo en Siria sino contra Siria, “con la intención de resquebrajar el país”, del mismo como que ocurrió antes en Irak. Khaled critica con dureza la intervención extranjera en ambos países. En Siria, “porque se creen con derecho a decidir por el pueblo” quién debe gobernar. En Irak, porque “vinieron a instaurar la democracia”, relata con una sonrisa sarcástica. Y para la miembro del FPLP, el objetivo último era realidad “destruir la región” para “garantizar la seguridad de Israel” y fortalecer el país. Pero a Khaled, como al resto del mundo, le preocupa también el cambio en la Casa Blanca. “Trump no es solo una amenaza para los palestinos sino para todo el mundo”, asegura con contundencia.
“Es el momento de que los europeos, especialmente en la UE decidan que es el momento de cortar lazos con éste apartheid”
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La representante del Frente Popular por la Liberación de Palestina reclama a la comunidad internacional que se posicione ante el conflicto. Acusa a los Occidente de ser cómplice de los crímenes de Israel por llevar cien años ignorándolos y solo espera “que los gobiernos puedan entender más sobre la naturaleza de este conflicto y los peligros de los movimientos sionistas”. A la guerra, Khaled suma el Apartheid en el que considera viven actualmente los palestinos. Y recuerda que los gobiernos europeos tomaron medidas contra el régimen sudafricano en su día. “Es el momento de que los europeos, especialmente en la UE”, reclama, “decidan que es el momento de cortar lazos con éste apartheid” que Israel impone sobre Palestina.
Para Leila Khaled, existe un proceso, sí, “pero no es un proceso de paz”. Y la paz en Palestina pasa por “la soberanía en nuestro territorio y el retorno de los palestinos” refugiados en decenas de países alrededor del mundo. “Cualquier acuerdo que no se ocupe de estas cuestiones del conflicto no durará”, advierte Khaled y pide un mecanismo que asegure la vuelta de los refugiados palestinos a casa. “Tenemos derecho a la autodeterminación y no podemos hacer uso de ella sin estar en nuestro país”, explica la miembro del FPLP, que es refugiada desde que apenas tenía cuatro años.
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La mujer en la lucha palestina
La presencia de Leila Khaled aquel 29 de agosto de 1969 en el vuelo TWA 840 con destino Tel Aviv no fue casualidad. “Hombres y mujeres estamos juntos en la lucha”, explica. Pero fue Khaled quien tomó los mandos de la aeronave aquel día, desviándola de su destino y haciéndola sobrevolar Palestina antes de aterrizar en Damasco. Leila Khaled se convirtió así en la primera mujer en secuestrar un avión y en un símbolo de la lucha del pueblo palestino.
Hasta 1948, relata Khaled, las mujeres tuvieron como principal labor cuidar de la familia, particularmente en los campos de refugiados, y mantenerla unida. Una vez estaban instaladas, las mujeres comenzaron a jugar un papel importante en la creación de redes de apoyo a los encarcelados y a las familias de los “mártires”. “En los 50’ y 60’ había diferentes partidos árabes y las mujeres comenzaron a participar” más activamente en la vida política, explica, “aunque la imagen en occidente sea de que las mujeres son solo incubadoras”.
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“Nos temen porque somos las madres de nuestros hijos y por eso nos envían a prisión”
También en la lucha armada el rol de las féminas es importante. “En la Intifada se vio que las mujeres estaban en la primera línea del frente, defendiendo a sus hijos”, asegura Leila Khaled. “Nos temen porque somos las madres de nuestros hijos”, insiste y por eso, “nos envían a prisión”. Entre las activistas palestinas detenidas que, denuncia Khaled, son varios centenares, está Khalida Jarrar. Jarrar que ha sido detenida encarcelada en varias ocasiones por Israel y está en prisión desde julio de este año, es otra importante figura de la lucha palestina. Feminista y defensora de los derechos humanos, Jarrar también forma parte del Frente Popular de Liberación de Palestina y es miembro electo del Consejo Legislativo Palestino.
Leila Khaled toma la palabra en la conferencia sobre el rol de la mujer en la lucha del pueblo palestino en la Eurocámara. El silencio inunda una sala abarrotada por activistas y simpatizantes, y algunos eurodiputados de la izquierda europea. Un silencio que apenas se rompe con aplausos que jalean el discurso apasionado de Khaled. Al concluir su intervención, el público se pone en pie para dedicar una ovación cerrada que se alarga en el tiempo, a la que ha sido y es símbolo del empoderamiento de la mujer y la lucha del pueblo palestino.