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El kirchnerismo salva su supremacía en las primarias de Argentina

El partido de la actual presidenta no ha llegado en cambio a ser la agrupación más votada en los cinco distritos más poblados del país.

ANA DELICADO

Las elecciones primarias celebradas este domingo en Argentina han ratificado al kirchnerismo como la primera fuerza política en el conjunto de la nación, pese que no han llegado a ser la agrupación más votada en los cinco distritos más poblados del país.

El 76 % de los argentinos -de 30,5 millones habilitados en el padrón- participaron en estas elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) para definir qué candidatos de las distintas agrupaciones podrán presentarse en las elecciones legislativas del 27 de octubre, cuando se renovarán casi la mitad de los escaños en la Cámara de Diputados (127 de 257) y un tercio de los cargos del Senado (24 de 72).

A nivel nacional, la alianza más votada ha sido la del oficialismo, que desde 2003 se agrupa bajo la sigla Frente para la Victoria (FpV), y que es el único grupo presente en los 24 distritos del país. Según los últimos resultados oficiales, esta fuerza consiguió el 25 % de los votos emitidos a nivel nacional. Como segunda fuerza se posicionaron la Unión Cívica Radical (UCR) y sus aliados -entre los que está el socialismo-, que son el principal sector enfrentado al kirchnerismo en el Congreso.

Los que se oponen al Gobierno de la presidenta Cristina Fernández, dispersados en alianzas fragmentadas, han conseguido prevalecer en los distritos clave. La mayor expectación se generó en  la provincia de Buenos Aires, donde viven casi cuatro de cada diez electores nacionales, y en donde se renovarán en octubre 35 bancas de diputados. El Frente Renovador del ex jefe del gabinete kirchnerista y ahora opositor Sergio Massa aventajó allí a la lista del precandidato kirchnerista Martín Insaurralde, alcalde de Lomas de Zamora, uno de los municipios más importantes de la provincia de Buenos Aires.

En tercer lugar quedó Margarita Stolbitzer con el Frente Progresista Cívico y Social (FPCyS), asociado a la UCR, mientras que el gran perdedor en el mayor distrito electoral del país fue el peronista opositor Francisco de Narváez, desplazado al cuarto puesto.

En las otras cuatro jurisdicciones más pobladas del país también ganaron listas distintas a las del FpV. En Córdoba, se impuso en las urnas el peronista Juan Schiaretti, candidato del gobernador opositor José Manuel de la Sota, superando en votos a la UCR y al kirchnerismo, que quedó relegado al cuarto puesto. En Santa Fe venció el ex gobernador Hermes Binner como cabeza de lista del FPCyS, mientras que el oficialismo fue la tercera fuerza más votada.

Si se suman los sufragios que en la capital argentina recibieron las cuatro listas internas que competían en el espacio UNEN, esta fuerza supera en votos al PRO del intendente (alcalde) Mauricio Macri. La vertiente ganadora, dentro de esta corriente, fue la de Elisa Carrió como precandidata a Diputados y la de 'Pino' Solanas para la Cámara Alta.

No obstante, la lista que presentó el PRO tanto para el Senado -con Gabriela Michetti como primera de lista- como para Diputados -con el rabino Sergio Bergman- se impuso como la más votada a nivel individual. Los precandidatos kirchneristas, Daniel Filmus como senador y Juan Cabandié como diputado, quedaron terceros.

En Mendoza, ganó la lista de UCR, cuyo primer candidato a diputado es Julio Cobos, ex vicepresidente de Cristina Fernández durante su primer Gobierno. El FpV se situó en segundo lugar.

Las PASO han sacado de la carrera electoral a las fuerzas que no han conseguido superar el 1,5 % del padrón de cada distrito. Todas las provincias tenían listas de candidatos a diputados, y ocho distritos tenían, además, las propias de senadores: además de la capital argentina, Chaco, Entre Ríos, Neuquén, Río Negro, Salta, Santiago del Estero y Tierra del Fuego.

Gracias a una reforma de 2009, es la segunda vez que se celebra en Argentina la instancia electoral de las primarias, que sirven para que la ciudadanía legitime con su voto las competencias internas que surjan dentro de una determinada alianza. Pero de las 176 agrupaciones inscritas para estos comicios, sólo 42 presentaron más de una lista de candidatos en 21 de los 24 distritos del país. En las provincias de Santiago del Estero, Jujuy y La Rioja, todos los grupos políticos ofrecieron una única lista.

Ésta es, quizás, la principal crítica a estas elecciones, porque pese a la convocatoria electoral, la mayoría de los partidos no han dado la posibilidad a los votantes de incidir en su proceso de selección de candidatos.

Por eso las PASO han sido interpretadas, sobre todo, como una gran encuesta nacional sobre el panorama legislativo que se espera para octubre, y la consiguiente comodidad que tendrá el oficialismo para aprobar proyectos en el Congreso en estos dos últimos años de Cristina Fernández como presidenta.

Con estos comicios se inauguró, por otro lado, el sufragio optativo de casi 600.000 adolescentes entre 16 y 17 años. Gracias a la ley de identidad de género aprobada en 2012, unos 3.000 transexuales también pudieron votar, por primera vez, con sus nuevos documentos de identidad que reconocen el sexo y el nombre que han elegido.

Con el resultado de estas elecciones, la perspectiva es que el oficialismo consiga, para octubre, una mayoría más desahogada en la Cámara Baja. Como en los próximos comicios legislativos se someten a votación las bancas de diputados elegidas en 2009, año en el que el kirchnerismo tuvo su peor resultado legislativo, las alianzas opositoras deben renovar casi el doble de los escaños que arriesgan el kirchnerismo y sus aliados, así que es probable que estos últimos aumenten su representación.

Sucede lo contrario en el Senado, donde el oficialismo pondrá en juego más escaños que sus opositores, así que de respetarse la tendencia de las PASO, lo más probable es que el FpV vea comprometida su mayoría al perder algunas bancas.

Más forzado resulta comparar el desenlace de las PASO con las elecciones presidenciales de 2011 en las que Cristina fue reelegida con el 54 % de los votos, si bien la mandataria se posicionó en primera línea durante la campaña electoral de estos comicios, quizás para compensar la relativa proyección pública de sus candidatos. Todos los mandatarios que la precedieron, a excepción de su marido fallecido Néstor Kirchner, consiguieron su mayor respaldo electoral en las elecciones presidenciales. En las legislativas, y ahora en las primarias, suele suceder que el sufragio de apoyo a los partidos principales va en detrimento de otras alianzas menores.

La campaña electoral de estas elecciones se vio sobresaltada a mitad de semana por un accidente en la ciudad de Rosario que ocasionó una fuga de gas en un bloque de viviendas. Las agrupaciones políticas suspendieron sus actos de cierre de campaña ante la tragedia que ha causado hasta ahora 17 muertos, y cuando todavía cuatro personas continúan desaparecidas, mientras que otras diez permanecen hospitalizadas. A ello se le suma la desgracia ocurrida este sábado en un parque de atracciones también en Rosario, en la que murieron dos hermanas de 11 y 14 años.

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