La Argentina bifronte, nacida tras el aumento de las retenciones a las exportaciones de soja hace 76 días, volvió a enfrentarse ayer, en el festejo del 198º aniversario de la Revolución de Mayo, fecha de nacimiento del país. Gobierno y asociaciones rurales se apropiaron de los símbolos patrios para imponer su relato de esta prolongada guerra gaucha y desempatar el pulso de legitimidad desde una demostración de fuerza.

El primer mensaje en ambos actos fue la afluencia de personas. Pero la asistencia, masiva en ambos casos, no sirve para desempatar un conflicto que, tal como está planteado, no cuestiona en ninguno de los lados el modelo de producción agropecuaria. El nombre de la guerra se llama nada más y nada menos que 955 millones de euros.

A diferencia de otras ocasiones, ayer fue la presidenta Cristina Fernández quien, frente al monumento de Martín Miguel de Güemes, el general de la guerra gaucha, habló en tono conciliador.

Bajo la consigna la patria somos todos, señaló que el único requisito para construir el gran acuerdo del bicentenario es querer a la Argentina y saber que antes que los intereses sectoriales están los intereses de un país. Fue su única referencia directa al conflicto rural.

De esta forma, la presidenta evitó recoger el guante arrojado minutos antes desde Rosario, ciudad emblema de la protesta rural, donde las cuatro asociaciones agrícolas se plantaron frente al monumento a la bandera y se despacharon duramente contra el Gobierno.

Los Kirchner son un obstáculo para el desarrollo de Argentina, clamó el presidente de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi. Criticó que las retenciones son una transferencia a la chequera del Gobierno y llamó a estar listos para volver a las asambleas y los piquetes el martes. Hay que ganar o ganar, no hay otro camino, dijo.

En este escenario, donde las partes plantean un juego de suma cero, el Gobierno retomará hoy la negociación con las cuatro entidades.

Éstas, durante el último mes, decidieron modificar su mecanismo de protesta. Entendiendo que el desabastecimiento al que llevaron al país deslegitima su protesta, decidieron retener sus granos, una medida que cortó durante el último mes el ingreso de divisas en el país.

Para sintetizar con ironía a estas dos argentinas, el diario Crítica de la Argentina tituló Feliz 12,5 de mayo para todos, una muestra de que la división no admite espacios para grises. O se está con unos o con otros.

Tres estudios publicados el viernes dan cuenta de la caída en la imagen de la presidenta Cristina Fernández. Las consultoras Poliarquía, Management & Fit y Graciela Römer y Asociados coincidieron en que su imagen positiva ronda los 26 puntos, en un franco retroceso respecto al inicio de su gestión. La caída de 30 puntos está motivada por el conflicto con el agro y la creciente inflación.

A ese relato -'encuestas truchas', dijo el ex presidente, Néstor Kirchner-, le llegó otra lectura. El sábado se publicaron sondeos de la consultora Equis, que da una imagen positiva de Cristina de 60,4%; Carlos Germano y Asociados, de 59%; para el CEOP, de 56,9%; y para OSPM, 46%.