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Japón solicita por fin la ayuda técnica francesa

La compañía Areva enviará a especialistas en radioprotección

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El Gobierno francés acogió ayer favorablemente la solicitud de ayuda formulada por los japoneses para hacer frente a la bola de nieve radiactiva en que parecen estar convirtiéndose los reactores nucleares de la planta de Fukushima.

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El ministro francés de Industria, Éric Besson, reveló que el operador japonés de la planta, la Tepco, "por primera vez ha solicitado apoyo de los industriales franceses, a saber Areva, EDF y el Comisariado de la Energía Atómica y Energías Alternativas (CEA)".

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Besson, criticado hace unos días por haber minimizado por completo el accidente japonés, dijo que la solicitud de ayuda era una "buena noticia". Un portavoz de la firma pública Areva, número uno mundial del ciclo nuclear completo, precisó que enviarán a ingenieros y especialistas en radioprotección". Por su parte, el CEA indicó que ponían a disposición de Tokio "sistemas de gestión de ayuda al análisis y expertos", cosa que implicaría un intercambio de información más fluido que lo ocurrido hasta ahora.

La firma EDF, gigante eléctrico público y operador de los 58 reactores en funcionamiento en Francia, fue más cauta: "Hoy los japoneses están mirando lo que les falta. No se sabe qué van a necesitar exactamente", dijo un portavoz, recordando que su compañía, que dispone de un poderoso centro de ingenieros especializados en desmantelamiento de centrales, había propuesto hace diez días robots equipados con circuitos eléctricos y plataformas informáticas que pueden resistir unos minutos a altas radiaciones. Entonces Tokio rechazó la ayuda.

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Areva ya envió máscaras, trajes especiales y ácido bórico de EDF en un primer envío de ayuda hace diez días. El Estado francés y EDF enviaron hace una semana grupos electrógenos, estaciones de bombeo y camiones.

La doctrina de desmantelamiento francesa es el motor del avance robótico nuclear de este país, de lejos el más avanzado en la industria atómica civil, y en materia de administraciones adaptadas al problemático sector. Las doctrinas inglesa, alemana, norteamericana (y española) de desmantelamiento dicen que se puede dejar el núcleo de un reactor cerrado tal cual, durante 40 años, para esperar un hipotético descenso de la radiactividad, antes de enterrarlo y olvidarlo.

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La doctrina francesa exige que el desmantelamiento total y la devolución del emplazamiento a la vida civil debe iniciarse de inmediato y no aplazarse. No obstante, Francia sigue sin haber conseguido desmantelar por completo ni una sola central. Los robots no resisten lo suficiente en el corazón de las mismas.

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