La izquierda arrasa y Le Pen pierde su silla
Los socialistas obtienen una mayoría aplastante y Los Verdes logran grupo propio por primera vez. UMP se derrumba y el Frente Nacional vuelve a la Asamblea pese a la derrota de su líder. El grupo parlamentario del Frente de Izquierda peligra
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Es difícil imaginar los ceros que podría añadir el presidente François Hollande al gigantesco cheque en blanco que le han otorgado los franceses en las elecciones legislativas que se celebraron ayer. El Partido socialista (PS) ha obtenido 314 escaños sobre 577 posibles, una mayoría absoluta que le permitirá aplicar sin amarres (ni excusas) de ningún tipo el programa con el que ha ilusionado a los franceses y esperanzado a la Europa de la segunda velocidad, subyugada por la crisis y el régimen de austeridad de la canciller alemana, Angela Merkel. Estas elecciones cierran un círculo de poder para el PS y Hollande desconocido para la izquierda francesa durante toda la V República: controlará el Elíseo, la Asamblea Nacional, el Senado y Matignon (sede del primer ministro), por no hablar del 90% de las regiones y gran parte de las alcaldías más importantes del país.
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La segunda ronda de las legislativas ha sido prácticamente perfecta para Hollande. A excepción de Ségolène Royal, el PS no ha cosechado ninguna derrota dolorosa en los enfrentamientos directos en las circunscripciones. De hecho, los 25 ministros que eran candidatos han resultado elegidos, un alivio para el presidente francés porque el propio primer ministro, Jean-Marc Ayrault, había condicionado la continuidad de sus lugartenientes en el Ejecutivo a esta circunstancia.
Los 25 ministros que eran candidatos han resultado elegidos No sólo ese póquer de poder logrado -por encima del que tuvo su referente histórico, François Mitterrand- ha dejado satisfecho a Hollande. El PS ha arrebatado más de un centenar de escaños a Unión por un Movimiento Popular (UMP) en comparación con 2007, cuando los socialistas obtuvieron 204 diputados: el mordisco asestado a los conservadores, que se quedan con 229 escaños (320 en 2007), es considerable.
La formación del expresidente Nicolás Sarkozy se enfrenta ahora a la difícil tarea de recomponer un partido derrotado en todos sus frentes y huérfano del liderazgo omnipresente de su antiguo jefe. El resultado obtenido cae lejos del suelo que el partido consideraba aceptable. Los conservadores quedan en una posición muy delicada, ya que el descalabro es significativo y "severo", en palabras del exprimer ministro François Fillón, quien compareció cariacontecido para explicar la debacle. Se abre ahora un duro periodo en las filas de UMP, un partido forjado al calor del poder y que tendrá que gestionar ahora la tiritera de estar en la oposición, un frigorífico que se presume muy estrecho. El riesgo de que su guiño a la extrema derecha divida más a su electorado y la lucha de poder que se puede desatar en los intestinos del partido es la comidilla de todas las tertulias de observadores en Francia. De momento, Jean-François Copé, Alain Juppé y el propio Fillon se miran de reojo para posicionarse en la carrera por la presidencia del partido.
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La formación que lidera Jean-Luc Mélenchon busca coaliciones con partidos de ultramar Además del PS, la jornada dejó otros vencedores. Uno sería la abstención, si fuera un partido: ya que ascendió al 44%. Y el otro es la coalición de Los Verdes, que viven un momento histórico al ser la primera vez que un grupo ecologista consigue obtener grupo parlamentario en la Asamblea. Sus 17 diputados les avalan; aunque pierden parte de su capacidad de influencia, pues el PS no los necesitará para controlar la cámara.
Peor le ha ido al Frente de Izquierdas. Los 10 escaños obtenidos (frente a los 19 reunidos en 2007 por sus integrantes) dejan en entredicho la posibilidad de formar grupo propio. La formación que lidera Jean-Luc Mélenchon trata de maniobrar buscando coaliciones con partidos de los territorios de ultramar, y ya se ha apresurado a pedir que se baje el suelo mínimo para obtener ese grupo parlamentario, fijado en 15 diputados.
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Otra formación que sale con una sensación agridulce es la extrema derecha del Frente Nacional (engalanada ahora con el dulce nombre de Agrupación Azul Marine), que consigue una representación de tan sólo tres escaños, volviendo a una Asamblea que no pisaba desde 1986. Finalmente habrá un miembro del clan Le Pen sentado en la cámara, pero no es su líder, Marine Le Pen, sino su sobrina Marion Maréchal Le Pen, quien a sus 22 años se convierte en la diputada más joven de la historia de la V República.
Pese a su entrada en la Asamblea, Marine Le Pen se queda sin su silla de diputada. La heredera del padre fundador, Jean-Marie Le Pen, se ha dejado un jirón de apenas 120 votos en su enfrentamiento con el candidato socialista, Philippe Kemel, en Hénin-Beaumont (al norte). Una contrariada Le Pen ya ha anunciado que no acepta su derrota y que pedirá un recuento.
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El poder del Frente Nacional en la Asamblea será prácticamente nulo, pero su presencia tiene una gran carga simbólica en estos tiempos en que la derecha francesa busca un nuevo liderazgo.
Ségolène Royal y otros derrotados
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La actual primera dama de Francia, Valérie Trierweiler, puede que sea una de las personas más felices de Francia en este día. A la satisfacción por los resultados del PS, suma la clarividencia de su polémico tuit en el que apoyaba al rival de la baronesa socialista Ségolène Royal (expareja de Hollande): la excandidata presidencial perdió en su duelo en La Rochelle con el disidente socialista Olivier Falorni.
Otro gran derrotado fue el partido centrista MoDem, que se queda con dos parlamentarios y pierde la representación de su líder François Bayrou, fuera de la Asamblea después de 25 años.