Un día después de una de las mayores masacres perpetradas en suelo egipcio, las protestas volvieron este jueves a las calles de El Cairo y de otras ciudades del país, a pesar de que el Ministerio del Interior advirtió de que utilizará fuego real para hacer frente a cualquier ataque.
Egipto despidió hoy a los muertos de la masacre tras el violento desalojo de las acampadas que mantenían los opositores al golpe militar en la capital, mientras siguen los incidentes que las autoridades han prometido combatir con mano dura. Entre lágrimas y rezos, miles de seguidores del depuesto presidente Mohamed Mursi se congregaron en la mezquita de Al Imán, en el este de El Cairo, para despedir a sus fallecidos.
Decenas de cadáveres envueltos en sábanas blancas estaban hacinados en ese y otros templos del país, según confirmaron a Efe fuentes de los Hermanos Musulmanes, grupo en el que militaba Mursi hasta acceder a la Presidencia en junio de 2012. En la cairota plaza de Rabea al Adauiya, el principal bastión islamista donde estaban las tiendas de campaña arrasadas, la mezquita también fue objeto de las llamas y presentaba un aspecto desolador entre los escombros que las excavadoras se afanaban por retirar.
En paralelo, se ofició el funeral oficial por los 43 policías muertos ayer en los disturbios, en una ceremonia a la que acudió, entre otros, el ministro egipcio de Interior, Mohamed Ibrahim. Al menos 638 personas murieron y casi 4.000 resultaron heridas tras la operación policial lanzada la víspera para desmantelar las acampadas de los islamistas, según las últimas cifras del Ministerio de Sanidad.
La situación está lejos de tranquilizarse, después de que hoy se sucedieran nuevos actos violentos en distintas partes del país, a pesar del estado de emergencia durante un mes y el toque de queda por la noche decretados por las autoridades. Cuatro personas fallecieron en choques entre partidarios y opositores de Mursi en la ciudad mediterránea de Alejandría, mientras que hubo once policías muertos en ataques armados en la localidad de Al Arish, en la inestable península del Sinaí (este).
Decenas de personas resultaron heridos por perdigones en enfrentamientos similares en la localidad de Kafr al Dauar, en la provincia de Beheira (delta del río Nilo), entre otros sucesos. En la capital, tres agentes murieron en un ataque contra una comisaría en el barrio de Heluan, en el sur, y la sede de la Gobernación de Guiza -cerca de las Pirámides- fue incendiada.
Ante esta situación, que ha suscitado la preocupación de la comunidad internacional, el Ministerio de Interior dio instrucciones a sus fuerzas para que usen munición real frente a cualquier ataque contra las instituciones del Estado. El ministerio dijo haber tomado esa decisión 'por los ataques terroristas de los Hermanos Musulmanes contra instituciones y la policía, sus intentos de apoderarse de armas y el corte de caminos para sembrar el caos'.
Por su parte, el Consejo de Ministros destacó que las medidas de excepción impuestas se aplicarán según evolucione la situación de seguridad. Así, en la ciudad turística de Sharm el Sheij, en la costa del mar Rojo, las autoridades egipcias levantaron el toque de queda impuesto ayer en 14 de las 27 provincias del país.
El Ejecutivo reiteró que está decidido a cumplir el plan de transición trazado después del golpe militar del pasado 3 de julio y que estipula la celebración de elecciones presidenciales y parlamentarias, y la reforma constitucional.
Entre tanto, el presidente interino, Adli Mansur, aceptó la dimisión del vicepresidente de Relaciones Exteriores, Mohamed el Baradei, que presentó su renuncia en protesta por el derramamiento de sangre. El primer ministro, Hazem al Beblaui, condenó los últimos ataques contra varias iglesias y telefoneó al patriarca de la iglesia ortodoxa copta, Teodoro II, para mostrarle su solidaridad. Precisamente hoy, la televisión estatal informó de que supuestos miembros de los Hermanos Musulmanes irrumpieron en una iglesia en Fayum, al sur de El Cairo, y le prendieron fuego.
Ante la ola de violencia desatada, el grupo Tamarrud (Rebelión), instigador de las protestas previas al golpe de estado, solicitó a los egipcios formar comités populares para proteger las calles y los templos religiosos de disturbios. En el plano judicial, un juez interrogó a Mursi en el lugar desconocido en que el se encuentra retenido desde su derrocamiento, y ordenó renovar por otros quince días la prisión preventiva que pesa sobre él y el dirigente de los Hermanos Saad Katatni. El mandatario depuesto está acusado de colaborar con el movimiento islamista palestino Hamás para perpetrar 'acciones enemigas contra el país' y del asesinato y secuestro de policías y reos durante el asalto a una cárcel.
Los Hermanos Musulmanes han llamado a sus seguidores a unirse a los funerales que se celebrarán esta tarde en honor de algunos de los fallecidos la víspera en la mezquita de Al Imán, en el barrio cairota de Ciudad Naser, donde se hacinan decenas de cadáveres.
El portavoz de la cofradía, Gehad Hadad, ha instado a través de su cuenta personal de Twitter a acudir a dicha mezquita para el rezo musulmán del 'Asr' con el fin de honrar a los 'mártires' del miércoles, cuando murieron al menos 525 personas, según la última cifra del Ministerio de Sanidad, un número que se incrementa hasta los 4.500, según los propios islamistas.
La mezquita de Al Imán, cercana a la plaza de Rabea al Adauiya, donde se encontraba la principal acampada de los islamistas desmantelada ayer, se ha convertido en una morgue improvisada. Miles de simpatizantes de los Hermanos Musulmanes están concentrados en esta mezquita y sus alrededores, rezando y llorando a sus muertos entre gritos de 'Alá es el más grande'. Los cuerpos, envueltos en sábanas blancas, se intentan conservar de forma precaria con bloques de hielo, así como refrescando el ambiente con ventiladores.
Está previsto que a lo largo de la jornada los islamistas salgan en marchas para condenar el violento desalojo policial de sus acampadas. La Alianza para la Defensa de la Legitimidad, que incluye a los Hermanos Musulmanes, insistió ayer en que su resistencia es pacífica e hizo un nuevo llamamiento a continuar con las vigilias y protestas en todo el país. Pero según informa Efe, en Alejandríaya se han producido los primeros choques entre manifestantes y policías.
Y en El Cairo, grupos de personas han asaltado e incendiado la sede de la Gobernación de Guiza, una de las tres provincias que abarca la capital. Los funcionarios han sido evacuados del edificio gubernamental, ubicado en la avenida de Al Ahram, que conduce a las famosas Pirámides de Guiza, mientras los bomberos intentaban apagar el incendio. La agencia estatal de noticias Mena ha señalado que algunos de los asaltantes fueron detenidos tras lanzar cócteles molotov contra la sede. Y el ministerio egipcio de Antigüedades ha precisado que este edificio tiene valor histórico y arquitectónico, por lo que invertirá en su restauración.
Según el Ejecutivo, los Hermanos Musulmanes cuenta con un 'plan criminal para demoler los pilares del Estado' Tras el inicio del desalojo de ayer de las dos acampadas de El Cairo, la violencia se extendió por todo el país, con enfrentamientos entre islamistas y fuerzas de seguridad, y ataques a comisarías, edificios gubernamentales e iglesias. Las autoridades han decretado el estado de emergencia durante un mes y el toque de queda por tiempo indefinido de 19.00 a 06.00 horas GMT (17.00-04.00 GMT) por los disturbios.
El anuncio se produce horas después de que un grupo de manifestantes islamistas prendiesen fuego a un edificio público en El Cairo, en el marco de una violencia que, desde el miércoles, se ha cobrado la vida de más de medio millar de personas.
En otro comunicado, el Gobierno interino ha subrayado que hará frente a todos los 'actos terroristas' que cometan los Hermanos Musulmanes. Según el Ejecutivo, este grupo islamista cuenta con un 'plan criminal para demoler los pilares del Estado'. Las autoridades se han mostrado dispuestas a iniciar un 'proceso político inclusivo', aunque han advertido de que no entablarán ningún tipo de diálogo con individuos o grupos vinculados a actos de violencia.
Miembros de los Hermanos Musulmanes irrumpieron hoy en una iglesia en Fayum, al sur de El Cairo, y le prendieron fuego, según la televisión egipcia.
La cadena no dio más detalles sobre este suceso, que ocurrió después de que ayer siete templos cristianos, la mayoría en el sur del país, fueran asaltados durante los disturbios. Los Hermanos Musulmanes y las autoridades se han acusado mutuamente de esos ataques, ya que mientras que los primeros aseguran que fueron 'baltaguiya' (matones), enviados por el Ministerio del Interior, el Gobierno achaca la responsabilidad a los islamistas.
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