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Irak pide a EEUU que bombardee a los yihadistas

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El ministro iraquí de Asuntos Exteriores, Hoshiyar Zebari, anunció este miércoles que Bagdad ha pedido a Washington que efectúe ataques aéreos contra los insurgentes suníes, que en los últimos días han tomado distintas zonas del norte de Irak.

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En una rueda de prensa en el marco de una reunión de la Organización de Cooperación Islámica (OCI) en la ciudad saudí de Yeda, Zebari dijo que "Irak solicitó formalmente ayuda a Washington, basándose en el acuerdo de seguridad, para que dirija ataques aéreos contra las organizaciones terroristas".

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Sobre la situación actual en el terreno, el titular de Exteriores aseguró que "las fuerzas iraquíes han podido recuperarse del golpe y repeler los ataques". Después de que el Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIS, por sus siglas en inglés) y otros grupos insurgentes suníes tomaran el pasado día 10 la segunda ciudad del país, Mosul, se han sucedido los combates contra las fuerzas gubernamentales y los milicianos chiíes en zonas cada vez más cerca de Bagdad.

"Bagdad es demasiado para ellos", dijo Zebari, al tiempo que admitió que "la solución militar por sí sola no es suficiente" y que "son necesarias soluciones políticas radicales". La máxima autoridad chií en Irak, el ayatolá Ali al Sistani, se ha unido a los llamamientos del Gobierno para que los iraquíes tomen las armas, lo que ha llevado al reclutamiento de miles de voluntarios y desatado las alertas sobre un posible conflicto sectario en el país.

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En tanto, el jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, el general Martin Dempsey, ha achacado la crisis iraquí a la actitud del Gobierno del primer ministro Nuri al Maliki (chií), que ha perdido el control de amplias zonas frente a las milicias extremistas suníes. Dempsey ha declarado en una audiencia en el Senado que hay poco que Estados Unidos pueda hacer "para compensar el grado en el que el Gobierno de Irak ha fallado a su gente".

Por otro lado, los milicianos chiíes iraquíes que están combatiendo en Siria han comenzado a regresar a su país para frenar el avance relámpago de los yihadistas suníes en Irak, un éxodo que podría afectar el equilibrio de poderes en la guerra siria. El movimiento demuestra lo interrelacionados que se han vuelto los dos conflictos, ya que los combatientes chiíes y suníes pasan de uno a otro y se turnan en los campos de batalla para cambiar la situación.

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El presidente sirio, Bachar Al Asad, ha dependido en buena medida de las milicias chíies respaldadas por Irán y procedentes de Irak y Líbano para cambiar el curso del conflicto frente a los rebeldes, predominantemente suníes. Una de esas milicias, Asaib Ahl al Haq, un grupo iraquí con apoyo iraní que combatió a las tropas estadounidenses durante la invasión entre 2003 y 2011, ha confirmado este miércoles que está retirando a algunos de sus combatientes fuera de Siria.

El portavoz Ahmed al Kinani ha dicho que el grupo está respondiendo al llamamiento hecho por el principal clérigo chií del país para proteger a Irak de los milicianos suníes del ISIS. "Asaib Ahl al Haq se ha retirado de Siria y ha regresado a Irak ya que ambas son obligaciones religiosas de defender nuestros ligares sagrados. Ahora están combatiendo al ISIS junto con nuestras fuerzas de seguridad", ha precisado.

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Las estimaciones del número de combatientes chíies en Siria están en varios miles. Los residentes de Jaramana, un suburbio de Damasco con una gran presencia de tropas gubernamentales respaldadas por milicias extranjeras, ha podido comprobar que en los últimos días hay una menor presencia de combatientes iraquíes. "Les diferenciamos fácilmente por sus acentos. También se les puede escuchar en las calles cuando conducen sus coches con música iraquí atronadora, ha relatado un residente de Jaramana. "Es muy pronto para decirlo, pero parece que sus cifras han caído en los últimos días", ha añadido.

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