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La guerra civil divide en dos la capital de Yemen

Al menos 32 personas mueren en una nueva jornada de represión

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El conflicto armado que sacude Yemen desde hace más de 40 años, por tensiones tribales y políticas, ha dividido en dos campos de batalla la capital del país, Saná. Las revueltas populares contra el régimen de Alí Abdalá Saleh han logrado conquistar una amplia zona de la ciudad, mientras el resto de la urbe permanece bajo control de los partidarios del presidente.

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Los intentos de los opositores de ampliar la zona bajo su control han reavivado la represión de las fuerzas del régimen. Al menos 28 personas murieron ayer en Saná, y otras cuatro en Taiz, a manos del Ejército. Las tropas de la división del general Ali Mohsen, quien desertó hace unos meses y apoya a los insurgentes, libraron duros combates durante más de una hora con los soldados del régimen.

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Fieles y opositores al régimen de Saleh se reparten el control de Saná

La aviación de Saleh bombardeó, además, la zona opositora, según denunció un portavoz de la división de Mohsen. Pese a la sangrienta represión, los rebeldes lograron ampliar ayer en cerca de un kilómetro la extensión del área bajo su control. Las tropas del general depositaron sacos de arena en los límites del nuevo perímetro, que se sitúa a escasos 500 metros de la oficina de Ahmed Ali Saleh, el hijo del presidente que dirige las tropas leales al régimen.

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Desde que los opositores alzaron hace ocho meses un campamento en la llamada Plaza del Cambio, que se ha ido ampliando, Saná está dividida en dos. Tanto los insurgentes como los leales al régimen han fortificado sus áreas, vigiladas por patrullas armadas, e instalado puntos de control en los aledaños.

Las revueltas contra un régimen dictatorial que comenzó hace 33 años han costado la vida de 400 personas, entre opositores y policías.

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El rey saudí, Abdalá, recibe al dictador yemení y apoya su retorno al poder

Saleh, que está desde junio en Arabia Saudí recuperándose de las heridas que sufrió en un ataque contra su palacio, se ha negado a ceder el poder. El presidente se reunió ayer con el rey Abdalá de Arabia Saudí, a quien agradeció haberlo acogido. El monarca pidió que "vuelva la estabilidad" a Yemen. El encuentro puede interpretarse como un inminente retorno de Saleh a su país. Por otra parte, el enviado de la ONU, Jamal bin Omar, llegó ayer a Saná y apostó por "presionar" a las autoridades para acordar "esta semana" una transición pactada.

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