Aumentan las presiones para mover a los refugiados del puerto de El Pireo a las afueras de Atenas
Discriminación hacia afganos y yemenís
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ATENAS.- La imagen de turistas subiendo y bajando de los gigantescos barcos que recorren las islas Cícladas contrastaba este lunes, en el puerto ateniense de El Pireo, con la de cientos de refugiados subiendo a destartalados autobuses que les conducían a un asentamiento en las afueras de la ciudad. El campo de Skaramangas, de 1.600 plazas, ha sido el destino final de quienes, este lunes, decidían marcharse del puerto de Atenas, el lugar donde han llegado a malvivir más de 5.000 personas de Siria, Irán, Irak, Afganistán o Eritrea en tiendas de campaña desde el pasado febrero.
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De manera paulatina, las autoridades griegas han ido desalojando a las personas acampadas en los distintos muelles. La marcha de los 800 refugiados en la puerta E3, la más cercana a zonas comerciales, se produjo el pasado viernes, jornada en la que, además, tuvo lugar una manifestación de neonazis en las cercanías.
“Ya no esperamos nada, ni aquí ni en ningún campo"
En la E2, la mayor parte de las 1.300 personas allí asentadas hacían sus maletas para subirse a los autobuses con destino Skaramangas. Es el caso de Hamed Arian, afgano de 24 años. “¿Qué tal está ese campo?”, preguntaba, evidenciando la escasez de información que llega a los interesados. Junto a su mujer, su hija y el grupo de afganos con los que ha convivido este tiempo se apresuraba a desmontar la tienda y recoger sus escasas pertenencias. Una fila desorganizada esperaba a los autobuses, y el caos y el nerviosismo se apoderaban de los refugiados a la hora de subirse a estos vehículos.
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Discriminación hacia afganos y yemenís
Un folleto informativo de 32 páginas repartido este fin de semana trataba de convencer a los refugiados sobre su traslado voluntario a los campos, asegurándoles que el registro para el realojo, un proceso complicado que se realiza a través de la aplicación Skype, se efectúa desde estos asentamientos organizados por el Gobierno heleno. Sin embargo, afganos y yemenís no pueden acceder a este trámite previo a la petición de asilo. “Mi vida en Kabul corría peligro. Es una gran discriminación”, denuncia Hamed. “No volveré a Afganistán de manera voluntaria”, remacha.
Hamed: “No volveré
a Afganistán de
forma voluntaria"
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En estos panfletos también se les indicaba que las fronteras con Europa "permanecerán cerradas" más tiempo, y que El Pireo no es un campo formal donde puedan vivir.
Campo custodiado por militares
El campo organizado de Skaramangas se encuentra en una zona industrial, cerca de los astilleros, a unos 40 minutos en autobús desde la zona de pasajeros del puerto de El Pireo, más otros 20 a pie. Desde la entrada -no se permite el acceso libre a la prensa-, se atisban los módulos prefabricados que ya acogen a 500 personas.