La gran participación en las elecciones afganas muestra el fracaso de los talibanes
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Una participación mayor de lo previsto en las elecciones presidenciales afganas y el fracaso de los talibanes en su intento por hacer descarrilar la votación han planteado dudas sobre la capacidad de los insurgentes de volver a sumergir el país en el caos ahora que las tropas extranjeras se disponen a marcharse.
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Los talibanes afirmaron que habían protagonizado más de 1.000 ataques y matado a decenas de personas durante las elecciones del sábado, que habían calificado de una farsa para el pueblo afgano respaldado por Estados Unidos, pero los responsables de seguridad dijeron que era una enorme exageración.
Hubo decenas de pequeñas bombas junto a los caminos y ataques contra centros de votación, policías y votantes durante el día. Pero el nivel global de violencia fue mucho más bajo respecto a las amenazas de los talibanes. Pese a los peligros que afrontaban en los centros de votación, casi un 60% de los 12 millones de personas con derecho a voto acudieron a las urnas, una medida de la determinación para tener una voz en el primer traspaso de poder democrático del país, mientras el presidente Hamid Karzai se prepara para dimitir tras 12 años en el poder.
Una bomba junto a un camino causó la muerte de dos funcionarios electorales
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"Así es como la gente vota para decir muerte a los talibán", dijo un afgano en Twitter, colgando una foto de sus amigos mostrado un dedo manchado de tinta - en señal de que habían votado - en un gesto desafiante.
Había una sensación palpable en Kabul, la capital, el domingo de que quizá tenían al alcance una mayor estabilidad tras 13 años de luchas desde que el régimen talibán, islamistas de línea dura, fue derrocado a finales de 2001. La insurgencia se ha cobrado la vida de al menos 16.000 civiles afganos y miles de miembros de las fuerzas de seguridad.
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"Era mi sueño hecho realidad", dijo Shukria Barakzai, parlamentario afgano. "Fue un fantástico golpe en la cara del enemigo de Afganistán, un gran puñetazo en la cara de los que creen que Afganistán no está preparado para la democracia".
Y aún así podría ser el inicio de un periodo largo y potencialmente peligroso para Afganistán ya que llevará semanas si no meses recontar los votos y declarar un ganador en un país con una infraestructura muy básica y un terreno accidentado.
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Aunque los talibanes no consiguieran perpetrar ataques de grandes dimensiones el día de los comicios, algunos temen que los insurgentes estén preparándose para interrumpir el recuento que arrancó el sábado por la noche.
En el primer ataque de estas características desde que los colegios electorales cerraron, una bomba junto a un camino causó la muerte de dos funcionarios electorales afganos y un policía, y destruyó decenas de papeletas el domingo, dijo la policía y un responsable electoral.