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El Gobierno francés trata de frenar la polémica con un jefe de seguridad de Macron

El guardaespaldas se hizo pasar por un policía antidisturbios y agredió a un manifestante.

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Fotografía de archivo que muestra al presidente francés, Emmanuel Macron, junto a su colaborador Alexandre Benalla. - EFE

PARÍS,

El Gobierno francés trató este jueves de limitar el escándalo a torno a uno de los responsables de la seguridad del presidente de la República, Emmanuel Macron, que golpeó a un manifestante y se hizo pasar por policía en las protestas del 1 de Mayo.

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El primer ministro, Edouard Philippe, que calificó de "chocante" el comportamiento violento de ese cargo, Alexandre Benalla, aseguró que están "determinados" a que la investigación preliminar abierta esta mañana por la Fiscalía de París permita que se aclare todo.

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Philippe reaccionó a los reproches de la oposición en la sesión de control al Gobierno en el Senado, sobre todo porque el Elíseo no comunicó a la justicia los hechos en los que estuvo implicado Benalla, de los que tenía conocimiento antes de que se hicieran públicos con un vídeo colgado por Le Monde. "El asunto está ahora en manos de la justicia, como tiene que ser", afirmó el primer ministro, que añadió que quiere que esa investigación vaya hasta el fondo, y que sacarán "todas las conclusiones".


Paralelamente a la acción de la Justicia, una comisión de investigación formada en la Asamblea francesa intentará esclarecer lo sucedido cuando se constituya en los próximos días. La encargada de investigar este hecho será la comisión de Leyes Constitucionales de la Asamblea, confirmó el presidente del organismo, François de Rugy. Asimismo, el ministro del Interior, Gérard Collomb, será interrogado en el Senado a comienzos de la próxima semana sobre el caso.

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Previamente, el primer ministro Philippe había defendido la decisión de la Presidencia, que se limitó a sancionar a Benalla con una suspensión de empleo y sueldo de quince días, antes de ser cesado como responsable de la seguridad de los viajes de Macron. Repitió que en la acción policial del 1 de mayo, ese colaborador de Macron estaba sólo como "invitado" de las fuerzas del orden y "en ningún caso en una misión que se le había confiado".

Collomb señaló que tanto Benalla como Vincent Crase, un responsable de la seguridad del partido del presidente que había trabajado puntualmente para el Elíseo, habían sido "autorizados" para asistir a la manifestación del 1 de mayo como "observadores" pero "no tenían ninguna legitimidad para intervenir". Collomb condenó "sin ambigüedad un acto inadmisible" que "perjudica" la acción de los antidisturbios, y por eso dijo que ha encargado una investigación interna a la Policía Nacional. Además de que Benalla llevaba un brazalete y un casco de policía sin serlo, el resto de los agentes le dejaron golpear a un manifestante sin reaccionar.

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El líder de la izquierda, Jean-Luc Mélenchon, reclamó al presidente que dé explicaciones para decir si tuvo algo que ver con la presencia de Benalla en ese incidente o si no estaba al corriente, y en ese caso pedir excusas y condenar lo sucedido. En cualquier caso, Mélenchon subrayó que "la autoridad del Estado se ha comprometido tanto y tan fuerte que la sanción tiene que ser ejemplar". Fueron militantes de su partido, La Francia Insumisa, los que grabaron el vídeo del escándalo y los que lo pusieron en línea el 1 de mayo, aunque entonces lo presentaron como un caso de violencia policial porque no reconocieron a Benalla.

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