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GE recurre a sus ingenieros jubilados frente a la crisis

El gigante de EEUU fabricó cinco de los seis reactores de la central japonesa

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General Electric, el gigante estadounidense que diseñó cinco de los seis reactores nucleares de la central de Fukushima, ha establecido un centro de crisis cerca de su cuartel general en Wilmington (Carolina del Norte) para ayudar a sus homólogos japoneses y sobre todo proteger su reputación.

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Dada la antigüedad de los reactores en cuestión, diseñados en los años 60 y puestos en marcha en los 70, ha tenido incluso que recurrir a la ayuda técnica de sus ingenieros jubilados más familiarizados con los viejos planos.

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"Muchos de nuestros pensionistas más veteranos conocen este tipo de diseños"

"Muchos de nuestros pensionistas y empleados más veteranos conocen este tipo de diseños", explicó a The Wall Street Journal, James Klapproth, el ingeniero jefe de GE que coordina las operaciones en Japón. "Nuestra meta es entender qué pasa. Es difícil, porque muchos datos llegan en momentos contradictorios".

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GE tiene también un equipo de más de 70 expertos en Japón que trabaja, a través de Hitachi, el socio de sus operaciones nucleares en el país asiático, con la Tokyo Electric Power Company (TEPCO) que opera Fukushima. El gigante estadounidense siempre ha estado muy involucrado en los temas de la central: en el momento de la catástrofe tenía a un equipo de 44 personas vigilando el cierre del reactor número 4.

El mayor grupo industrial de EEUU ha montado una intensa campaña de relaciones públicas. "Inmediatamente después del terremoto y el tsunami, el presidente ejecutivo Jeff Immelt anunció que la compañía mandaría cinco millones de dólares en metálico, equipos y servicios de emergencia a Japón", aseguró un comunicado oficial que fue ampliamente distribuido a la prensa.

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En 1976 dimitieron tres ingenieros de GE en protesta por fallos en la estructura

Desde la catástrofe, GE ha mandado más de un millón de dólares a la Cruz Roja, otro millón a la región de Miyagi, una de las más afectadas, y otro millón en equipos médicos a la agencia japonesa que gestiona los esfuerzos de rescate.

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El terremoto ha sacado los viejos esqueletos del armario. El diseño de los cinco reactores en cuestión, el llamado Mark 1, que se pusieron en funcionamiento entre 1971 y 1978, ya fue criticado en su momento. En 1972 algunos responsables de la Comisión para la Energía Atómica estadounidense, recomendaron interrumpir la fabricación de reactores nucleares Mark 1. En su momento se pensó que semejante decisión pondría en peligro todo el programa nuclear, y nada se hizo.

En 1976, tres ingenieros de GE dimitieron en protesta por lo que consideraban fallos en la estructura de contención para poder resistir una fuerte presión si un accidente interrumpía el sistema de refrigeración. En Estados Unidos, 23 reactores en 16 centrales siguen usando este modelo.

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El desastre de Fukushima no va a afectar directamente los negocios de GE, muy diversificados. La energía nuclear sólo le reporta unos mil millones de dólares, el 0,7% de los ingresos totales de la compañía (150.000 millones).

Pero los fallos del pasado y la polémica entorno al uso de la energía nuclear que ha generado el fallo de Fukushima podrían complicar seriamente sus planes de futuro, sobre todo en países como India, cuyo Gobierno tiene previsto gastar 175.000 millones de dólares en energía nuclear de aquí a 2030.

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