El futuro de Siria se juega ahora en la crisis de Alepo
La independencia de Washington
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JERUSALÉN – Estados Unidos y Rusia están tratando de poner fin a la guerra entre el gobierno y los rebeldes sirios en la ciudad de Alepo, al norte del país, que está viviendo los momentos más violentos desde que el 27 de febrero las dos superpotencias impusieron a sus aliados un precario alto el fuego.
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Kerry ha declarado este lunes que las negociaciones con Rusia y Arabia Saudí “se acercan a un punto de entendimiento” aunque es necesario seguir trabajando. La realidad, sin embargo, es que los intereses saudíes y americanos son distintos y que Washington no desea enemistarse aún más con Riad, de ahí que las negociaciones más difíciles no sean entre Kerry y Moscú, sino entre Kerry y el ministro de Exteriores saudí, Adel Jubair.
Saudíes, cataríes y turcos siguen proveyendo armas a discreción a las distintas milicias yihadistas de Siria que también reciben armas y logística de Estados Unidos
El interés humanitario de Arabia Saudí queda en entredicho si se tiene en cuenta que su ejército y los de sus aliados suníes han causado en los últimos meses la muerte de millares de civiles en Yemen y Riad no ha mostrado el menor interés por la cuestión humanitaria en aquel país ya que allí no conviene a sus intereses regionales.
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El gran desafío para Kerry no es Moscú, sino Arabia Saudí, y es de Arabia Saudí de quien depende que en las próximas horas se extienda el alto el fuego del 27 de febrero
Da la impresión de que Estados Unidos no quiere darse cuenta de lo que puede significar una victoria de los yihadistas para el conjunto de Siria, ya que en Washington prefieren mirar para otro lado sin afrontar nunca este problema. Las consecuencias de una victoria de los yihadistas podrían ser catastróficas para el país.
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La independencia de Washington
Los saudíes hace ya tiempo que han dejado de ser un títere en manos de Estados Unidos en lo tocante a los conflictos de Oriente Próximo y son ellos mismos quienes dictan la política a seguir en función de sus intereses particulares y no en función de los intereses de Washington.