La foto de los líderes de Palestina y Hamás, muy simbólica, pero no mejorará la situación
Los líderes de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abás, y de Hamás, Ismael Hanniya, se han reunido durante los actos del 60 aniversario de la independencia de Argelia, pero nada va a cambiar: Abás continuará colaborando con Israel para mantenerse en el poder y seguirá desatendiendo al pueblo palestino.
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segovia,
Aunque los medios argelinos y algunos extranjeros hablan de un "hecho histórico", el encuentro entre el presidente palestino, Mahmud Abás, y el líder de Hamás en Gaza, Ismael Hanniya, no anticipa ningún cambio, ni grande ni pequeño, para la causa palestina, debidamente hundida por Israel, la mayoría de los países árabes, Estados Unidos y la Unión Europea.
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Es más, la reunión forzada por las autoridades argelinas con motivo del 60 aniversario de su independencia, tampoco tendrá la menor trascendencia en las relaciones interpalestinas por la sencilla razón de que a Abás, de 87 años, siempre le ha interesado guardar la mayor distancia posible respecto a Hamás, que amenazaría su posición si se le ocurriera convocar elecciones.
El encuentro se produjo casi seis años después del último entre los dos estadistas palestinos y se justifica por la presión del presidente de Argelia, deseoso de proyectar una imagen de autoridad y reconocimiento internacional en un momento en que la política exterior de su país está seriamente amenazada por el gran eje que Israel está montando en el norte de África y en el que Marruecos forma una eslabón especial.
La principal misión de Israel es combatir a Hamás en Cisjordania
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Pese a su avanzada edad, Abás no ha dado la menor indicación de dimitir. Ni siquiera ha comenzado a preparar la transición que lógicamente no debería demorarse mucho tiempo. Se limita a seguir el dictado de Israel y es el principal colaborador de las políticas de ocupación y desposesión que el estado judío aplica en los territorios ocupados en la guerra de 1967 con el visto bueno de la comunidad internacional.
Renunció a la resistencia contra la ocupación hace muchos años, mucho antes de sustituir a Yaser Arafat, muerto en noviembre de 2004, de manera que Israel está encantada con Abás y desea que dure todo el tiempo que sea posible, especialmente porque Abás ha creado un estado policial al servicio de Israel cuya principal misión es precisamente combatir a Hamás en Cisjordania.
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Israel no se va a disgustar con Abás porque este se reúna con el líder de Hamás. Entiende que es una servidumbre de Abás hacia Argelia, que es casi el único país del norte de África que todavía se interesa por la causa palestina, una causa que no tiene ningún futuro debido a la pasividad de EEUU y Europa, especialmente París y Berlín.
Para Hanniya, el cónclave tampoco tiene el menor significado. Los argelinos le han incluido en la agenda una reunión, pues él va encantado, se reúne con Abás y todos contentos. Hanniya sabe que Abás no puede ver a Hamás ni de lejos, pero no pierde nada charlando un rato con él. La última vez lo hicieron en 2016 en Catar y de ahí tampoco se fue a ninguna parte.
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Así que las cámaras grabaron el apretón de manos entre Abás y Hanniya en la celebración del Día de la Independencia de Argelia. Los dos habían sido invitados por el presidente Abdelmadjid Tebboune, que los recibió contento por cuestiones de imagen pero sabiendo, como ellos, que el encuentro no tendrá más trascendencia que la foto para los medios argelinos y algunos extranjeros.
Mientras Abás siempre anda ocupado haciendo lo que le dicta Israel, el trabajo de Hanniya consiste en mantener con vida la Franja de Gaza. Un dirigente israelí dijo en una ocasión que de lo que se trata es de tener Gaza a un estricto régimen, y esa es la situación a día de hoy. A diferencia de Abás, Hanniya es partidario de la resistencia pues con buen criterio ha llegado a la conclusión de que Israel no abandonará los territorios ocupados por iniciativa propia.
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La "reconciliación" interpalestina está fuera del horizonte
Que la televisión argelina calificara el encuentro de "histórico" entra dentro de lo razonable en función de las circunstancias reinantes, pero no responde a la cruda realidad de las relaciones interpalestinas. Tampoco es extraño que los medios argelinos no revelaran el contenido de las discusiones, que debió ser un contenido tan "histórico" como la misma reunión.
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En este contexto, el mismo desde que Abás accedió a la presidencia a principios de 2005, el tema de la "reconciliación" interpalestina está fuera del horizonte. Es cierto que ha habido varios intentos en esa dirección, pero ninguno ha prosperado. El pronóstico sobre la reconciliación solo cambiaría si Israel se retirara de los territorios ocupados, algo que no figura sobre la mesa de ningún dirigente hebreo del gobierno o de la oposición.
En 2007, cuando se hizo con el control de la Franja de Gaza, Hamás definió claramente su oposición a la ocupación militar israelí. En Cisjordania, en cambio, Abás ha conducido una política de "cooperación" con el sionismo en todos los ámbitos, particularmente en el de la seguridad, poniendo a la policía palestina al servicio del ejército de ocupación.
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El año pasado Abás aplazó indefinidamente las elecciones que había convocado, que hubieran sido las primeras desde la clara victoria de Hamás en 2006. Los sondeos pronosticaban otra victoria de Hamás, lo que obligó a Abás a cancelar los comicios, que nadie tiene ni la más remota idea de cuándo se celebrarán.