Finlandia cierra parte de su frontera con Rusia para frenar la llegada de refugiados
La ministra de Interior de Finlandia afirma que Rusia ha relajado sus políticas migratorias, lo que ha aumentado el número de refugiados de terceros países que llegan a través de la frontera oriental.
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El Gobierno finlandés anunció este jueves el cierre de sus cuatro principales pasos fronterizos en la frontera con Rusia, en un contexto en el que Finlandia estaba experimentando un aumento del número de solicitantes de asilo de terceros países que llegaban a sus pasos fronterizos.
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El cierre estará vigente al menos hasta el próximo 18 de febrero y afecta a los cruces de Vaalimaa, Nuijamaa, Imatra y Niirala, situados en el tramo sureste de la frontera del país y los más transitados por su proximidad con San Petersburgo. Además, la tramitación de las solicitudes de asilo se concentrará en los pasos de Salla y Vartios, en la frontera centro y norte del país, una región poco habitada, lo que dificultará la llegada de refugiados.
“Evaluaremos constantemente el contenido y el alcance de esta decisión. Estamos dispuestos a tomar medidas adicionales rápidamente, pero también, si esta actividad y este fenómeno terminan, a eliminar las restricciones”, dijo en rueda de prensa la ministra de Interior de Finlandia, Mari Rantanen.
Las autoridades finlandesas culpan de este fenómeno a Rusia, ya que hace unos meses Moscú cambió su política fronteriza y pasó de impedir el tránsito de ciudadanos extranjeros sin visado o pasaporte a facilitar su llegada hasta la frontera común.
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“El número ha crecido significativamente en poco tiempo. Las autoridades rusas han cambiado su forma de actuar para permitir viajar a Finlandia a pesar de carecer de documentos, lo que supone una entrada ilegal”, dijo a la prensa la ministra de Interior.
Unos 200 solicitantes de asilo, sobre todo procedentes de Irak, Yemen y Somalia, habían llegado desde Rusia desde primera hora del lunes, según la ministra. Esto contrasta con un total de 91 personas llegadas durante los tres meses anteriores, según la autoridad de guardia de fronteras de Finlandia.
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Ante esto, la ministra afirmó que el Ministerio de Interior prepararía una propuesta que “podría permitir a los responsables limitar el tráfico fronterizo o el cierre de algunos pasos fronterizos”. Finlandia, miembro de la OTAN, comparte con Rusia una frontera de 1.340 kilómetros que también sirve de frontera exterior de la Unión Europea.
El Gobierno finlandés teme que la relajación de la política fronteriza rusa pueda ser el inicio de una campaña híbrida orquestada por el Kremlin para colapsar los servicios de migración del país nórdico, en respuesta a la reciente entrada de Finlandia en la OTAN.
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Tras más de un año de negociaciones, Helsinki y Washington finalizaron hace dos semanas el borrador de un acuerdo de cooperación en materia de defensa que establece hasta qué punto podrán operar en territorio finlandés las tropas estadounidenses. Días después, la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, advirtió de que esto suponía una amenaza para la seguridad de su país y que, por tanto, el Kremlin se vería obligado a tomar contramedidas, incluidas las “técnico-militares”.
“Rusia nos recuerda todos los días que Finlandia ha entrado en la OTAN. Creo que esta vez puede ser el acuerdo el que haya desencadenado esta situación”, afirmó el presidente finlandés, Sauli Niinistö, el miércoles en una rueda de prensa.