La familia de Mahsa Amini, la joven iraní de 22 años que falleció bajo custodia policial tras ser detenida por llevar mal el velo, ha presentado una denuncia a los agentes implicados, según han informado los medios iraníes. Su fallecimiento ha sido el detonante de las protestas que sacuden Irán desde hace 12 días.

Los padres de Amini han denunciado a los agentes de la Policía de la moral que la detuvieron y a los uniformados que la interrogaron tras su arresto por no vestir correctamente. Saleh Nikbakht, uno de los abogados de la familia, ha sido quien ha revelado la información a la agencia iraní ISNA. La familia ha pedido a las autoridades judiciales una "investigación en profundidad" de lo que ocurrió desde el arresto de la joven kurda hasta su traslado al Hospital Kasra de Teherán, donde murió.

Amini fue detenida el martes 13 por la llamada Policía de la moral por considerar que llevaba mal puesto el velo islámico, y fue trasladada a una comisaría para asistir a "una hora de reeducación". Falleció el viernes 16 en el hospital, donde llegó en coma tras sufrir un ataque al corazón, que las autoridades han atribuido a problemas de salud.  La Policía calificó como "desafortunada" su muerte negando cualquier responsabilidad en lo ocurrido, algo rechazado por la familia.

El presidente de Irán, Ebrahim Raisí, prometió entonces una investigación "urgente y precisa" para aclarar lo sucedido y poco después el Parlamento del país anunció que realizaría sus propias indagaciones. Pero esas promesas no convencieron a las miles de personas que se echaron a las calles. 

Aún así, Raisí, reiteró este miércoles que la "triste" muerte de Mahsa Amini será investigada hasta el final y calificó las protestas que han sacudido el país los últimos 12 días como "inaceptables". "Este trágico incidente ha entristecido a todos", dijo el ultraconservador mandatario en una entrevista con un periodista de la televisión estatal IRIB, que había sido anunciada como un discurso.

"Reitero que la trágica muerte de Mahsa Amini será investigada hasta el final", aseguró el presidente de Irán. 

Las protestas se han repetido durante 12 noches, aunque en las últimas jornadas han perdido fuerza en medio de la represión policial, las restricciones en Internet y el más del millar de detenciones de activistas y periodistas, incluyendo también 41 muertes durante dichas movilizaciones según las cifras de la televisión estatal iraní. Según la ONG Iran Human Rights, con base en Oslo, las muertes se elevan a 76.

La Policía, junto con las basijis (milicias paramilitares leales al régimen iraní), ha reprimido las protestas, con el uso de porras, gases lacrimógenos, cañones de agua, y según la ONU, munición real. Entre los arrestados se encuentra la activista Faezeh Hashemí Rafsanyaní por "incitar" las movilizaciones. Hashemí es hija del fallecido expresidente Akbar Hashemí Rafsanyaní, figura clave de la Revolución Islámica de 1979.