El expresidente Chirac, culpable por malversación de fondos públicos
En el caso de los empleos ficticios creados en el Ayuntamiento de París a principios de los años noventa
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"Este proceso quita la razón a los demagogos que sostienen que, en nuestro país, la Justicia es dura con los débiles y complaciente con los poderosos. En la República, la Justicia es la misma para todos". La frase de Jacques Chirac, transmitida al Tribunal de París por su abogado Jean Veil el pasado 23 de septiembre, cuando comenzó el proceso en su contra por malversación de fondos, abuso de poder y tráfico de influencias, se ha cumplido.
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El Tribunal Correccional de París ha condenado este jueves al expresidente de Francia a dos años de cárcel en relación con el escándalo de contratación ficticia de 21 funcionarios entre 1990 y 1995 por parte del Ayuntamiento de la capital gala, cuando Chirac era el alcalde.
La acusación había solicitado una pena de 10 años de cárcel y 150.000 euros de multa. Aunque no pisará la cárcel, ya que como estableció el juez los dos años están "exentos de cumplimiento", la sentencia no deja de evidenciar la culpabilidad del antiguo mandatario.
La tesis de la Fiscalía era que esas personas no trabajaban realmente para el consistorio, sino para el partido que lideraba, el Reagrupamiento Por la República (RPR), como finalmente ha establecido la sentencia.
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El exjefe de Estado, aquejado de una enfermedad neurológica irreversible según un informe de sus abogados, no había participado en ninguna audiencia y tampoco presenció esta mañana la lectura del veredicto por el presidente del Tribunal Dominique Pauthe. Su hija Anh Dao Traxel, sí que estuvo en su lugar. Los abogados del expresidente trataron por todos los medios de suspender el juicio alegando que los delitos de los que se le acusaban habían prescrito ya.
Junto a él había imputadas otras nueve personas, para las que el Tribunal ha decretado penas de cárcel también condicional de dos a cuatro meses, con excepción del antiguo director del gabinete, Michel Roussin, y Pierre Boué, responsable de las instalaciones deportivas, que han sido absueltos.
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El proceso constaba de dos fascículos. Uno, que ha sido desarrollado en París, y el otro en Nanterre. Por este último, el hoy ministro de Exteriores, Alain Juppé, fue condenado en 2004 como secretario de Chirac.
Chirac, que siempre se declaró inocente, perdió su inmunidad como parlamentario una vez que abandonó la política en agosto de 2007. Si el mero hecho de sentarse en el banquillo de los acusados ya suponía una humillación pública para un hombre que ha sido la figura central en la política francesa durante cuatro décadas, la condena ha sido la constatación del oprobio.