El ex general Luciano Menéndez, de 82 años, abandonará la comodidad de su arresto domiciliario para pasar el resto de sus días en una prisión común por cometer crímenes contra la humanidad, que incluyen secuestros, torturas y asesinatos, perpetrados en una cárcel ilegal durante la dictadura en Argentina.

Esta es la cuarta sentencia que lo condena a la pena de cadena perpetua, en esta ocasión dictaminada ayer por el Tribunal Federal Oral de Tucumán, provincia en la que estuvo ubicado el centro de detención clandestino en el que tuvieron lugar los crímenes.

Hasta ayer, Menéndez cumplía las penas impuestas en régimen de arresto domiciliario. A partir de ahora, será recluido en una penitenciaría común, tal y como reclamaban diversos organismos humanitarios.

La lectura de la sentencia fue aclamada por los familiares de las víctimas presentes en la sala, en la que también se encontraba el acusado.

Menéndez fue trasladado días atrás a Tucumán desde Córdoba, donde cumple condena y es juzgado además en otro proceso junto a, entre otros, el dictador Jorge Videla, cabeza de la Junta de Comandantes que usurpó el poder en 1976 y primer presidente de la dictadura.

En su alegato, Menéndez aseguró que detrás de estos juicios 'están los mismos guerrilleros de entonces ocupando ahora cargos en el Gobierno' y sostuvo que la actuación de los militares golpistas buscaba resguardar la democracia de una 'agresión marxista-leninista'.

Este ex general es un símbolo de la represión vivida en el país suramericano durante la dictadura, que se prolongó desde 1976 hasta 1983. Durante este periodo, cerca de 30.000 argentinos desaparecieron tras ser detenidos por las fuerzas de seguridad y el ejército.

Actualmente, hay 656 ex militares, policías y civiles procesados por jueces de distintos distritos de Argentina acusados de crímenes de lesa humanidad, según la Fiscalía de Estado.