Enfrentamientos en Jerusalén en el 'día de la ira'
La inauguración de una sinagoga ayer en la ciudad santa ha desatado la respuesta de los palestinos
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La situación en Oriente Medio sigue tensándose a los pocos días de la visita del vicepresidente de EEUU, Joe Biden. La inauguración ayer de una sinagoga en la ciudad vieja de Jerusalén encendió los ánimos de Hamás, que llamó a protagonizar hoy un 'día de ira'.
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Más de medio centenar de personas han resultado heridas en los enfrentamientos que se han producido con grupos de palestinos lanzando piedras contra las Fuerzas de Seguridad israelíes y quemando neumáticos.
La Policía se empleó con fuerza y dispersó a los manifestantes con gases lacrimógenos, balas recauchutadas y granadas de estruendo. El despliegue es espectacular, con 3.000 agentes en Jerusalén Este y las ciudades vecinas.
Por el momento sólo hay noticias de tres soldados israelíes heridos, pero los medios israelíes hablan de multitud de detenidos. Asimismo, los accesos a la ciudad han sido cortados. Shmuel Ben-Ruby, jefe de Policía de Jerusalén, informó además del arresto de un activista de extrema derecha que quiso entrar a un templo musulmán.
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La Liga Árabe avisa del "comienzo de otra intifada"
Los enfrentamientos comenzaron ayer por la tarde en algunos puntos de paso como Kalandia o en la universidad Bir Zeit, informa Eugenio García Gascón.
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En tanto, la Liga Árabe ha advertido de que el aumento de la tensión y la violencia en Jerusalén Este podría derivar en una nueva "intifada" (rebelión). "Los enfrentamientos que protagonizan policías israelíes y ciudadanos palestinos en Jerusalén Este reflejan la ira del pueblo palestino y avisan el comienzo de otra intifada", subrayó el secretario general adjunto de la organización panárabe para Asuntos Palestinos, Mohamed Sabih. Asimismo, vaticinó que el descontento que tiene lugar en Jerusalén Este se extenderá a otras zonas de los territorios palestinos ocupados y a otros países árabes.
La efervescencia en las calles de Jerusalén ya se había traducido en las últimas semanas en frecuentes choques por varias decisiones israelíes de construir en zonas palestinas de la ciudad. La nueva espiral de violencia coincidió con el agravamiento de la crisis diplomática entre Israel y EEUU, que ha obligado a aplazar indefinidamente las negociaciones indirectas que israelíes y palestinos habían acordado celebrar con mediación norteamericana.
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EEUU retrasa la visita del enviado especial para Oriente Medio
De hecho, la comunicación entre EEUU e Israel sigue paralizada. Hoy, la Casa Blanca ha decidido aplazar la visita de su enviado especial para Oriente Medio, George Mitchell. La medida no tiene otro objetivo que forzar a las autoridades israelíes a paralizar la ampliación de los asentamientos en Jerusalén. Por la noche, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, aseguró en la inauguración de la sinagoga que seguiría construyendo en esa parte de la ciudad.
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La semana pasada, Biden visitó a las autoridades israelíes y palestinas para dar un impulso al proceso de paz. Pero el viaje tuvo el efecto contrario después de que el Gobierno israelí anunciara la expansión de una de sus colonias en Jerusalén Este.
EEUU calificó el anuncio de "insulto" y los palestinos amenazaron con romper el diálogo. Ayer, el embajador de Israel en EEUU dijo que las relaciones entre ambos países estaban en su peor punto en 35 años.
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La secretaria de Estado, Hillary Clinton, ha avisado a Israel de que "debe demostrar su compromiso" con el proceso de paz en Oriente Medio, dijo tras una reunión con su colega irlandés, Micheal Martin.
El viernes, Clinton telefoneó a Netanyahu para recriminarle la decisión de construir 1.600 viviendas en un barrio judío en una zona del norte de Jerusalén ocupada por Israel en 1967.
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Clinton exigió a Netanyahu suspender toda construcción en el territorio ocupado de Jerusalén mientras duren las negociaciones, incluir en ellas los problemas básicos del conflicto y liberar a presos como un gesto hacia el presidente palestino, Mahmud Abás.