Moscú
Representante de la formación opositora Yabloko, que desde 2003 está fuera del Parlamento ruso, Marina Litvinovich se presenta a las elecciones legislativas del 19 de septiembre por el distrito norte de Moscú, con la intención de contribuir a un cambio estructural del Estado ruso desde la Duma. Lleva desde 1999 en la órbita de la política, en los ámbitos local y regional, y ha colaborado con rostros conocidos de la oposición como Boris Nemtsov (asesinado en 2015 en pleno centro de Moscú) o Ksenia Sobchak; así como con otros que han pasado más desapercibidos, entre ellos, Yulia Galiamina, una política independiente que fue inhabilitada a finales de 2020. Es la primera vez que Livinovich se presenta a unas elecciones nacionales.
Con un historial de defensa de los derechos de los presos, trabajó en la Comisión de Monitoreo Público de Moscú hasta hace sólo unos meses, cuando la cesaron, según ella, por su "actividad y principios". Por este motivo conoce bien el sistema penitenciario ruso, heredado en buena parte de la Unión Soviética. El opositor Aleksey Navalny se encuentra en una de esas prisiones. En el centro en el que se encuentra, el bloguero tiene restringido el derecho a recibir cartas y se le obliga, junto a otros reos, a ver ocho horas diarias la televisión estatal.
En los meses previos a estas elecciones parlamentarias, las autoridades apretaron a la oposición y también a los medios independientes con medidas más estrictas, como la ley del 'agente extranjero'. A medios como Meduza, Dozhd o Proyekt, se les ha colocado la etiqueta de ‘agente extranjero’, un término usado durante la Guerra Fría con connotaciones negativas. En el caso de Proyekt, terminó cerrando, y los que se mantienen a flote denuncian que han perdido muchos anunciantes. Esta presión ha afectado a la propia Litvinovich, ya que blogueros cercanos al Kremlin la denunciaron, bajo la acusación de "convocatoria pública para actividades terroristas o justificación pública del terrorismo".
Otros recursos para minar a la oposición son los llamados "clones". Aparecieron en las elecciones locales de San Petersburgo: tres hombres llamados Boris Vishnevsky surgieron en las listas de candidatos. Estos hechos han ocurrido en Rusia, pero también en otros países que en su día pertenecieron a la órbita soviética, como Ucrania, donde no sólo se repiten nombres sino que se descubren personajes con apariencia física parecida a la de opositores. Ahora, Marina Litvinovich espera llegar a la Duma, aunque las previsiones para la oposición no son muy buenas, teniendo en cuenta los cismas internos y la acumulación de presiones que recibe. De todo ello, la candidata habla con Público.
¿Cuáles son los mayores problemas en Rusia?
Está claro que lo que se ha construido en Rusia es un Estado mafioso en el que la propiedad y el poder son uno solo, y han crecido juntos. Y este Estado es ineficaz y corrupto; y represivo, evidentemente.
¿Qué problemas han tenido durante la campaña electoral?
En mis encuentros con los votantes aparecía la policía y trataba de prohibir las reuniones. Los diarios y la publicidad electoral de mi formación se retiran de los buzones, se arrancan carteles, esto significa que no se nos permite hacer campaña. Aunque el problema principal es que no se presentan todos los candidatos que participaron en las elecciones de hace un año (las regionales de 2020), ya que fueron enviados a prisión, están en el exilio o inhabilitados, es decir, fueron eliminados con anticipación. Yo anuncié que iba a participar en el proceso electoral en abril pasado y no han tenido tiempo para frustrar mi iniciativa.
¿Usted ha tenido problemas con 'clones'?
No, pero tengo a una saboteadora. Una mujer de mi barrio se viste como yo, dice lo mismo que yo, me sabotea, es decir, me copia. Su tarea es hacer que pierda votos y no pueda ganar.
¿Qué quisiera debatir en la Duma si gana las elecciones?
Nuestro país necesita cambios serios, los problemas deben resolverse más allá de la Duma, todo el Estado debe reconstruirse: es ineficaz, la población no está protegida, no hay desarrollo económico. Necesitamos reconstruir todo: el gobierno, cambiar al presidente, los tribunales, la policía, el sistema penitenciario, la sanidad, la educación. No hay un solo sector en el que no sea necesario un cambio.
¿Con qué partidos ve más posible aliarse en el Parlamento?
Depende. En aspectos diversos podemos llegar a acuerdos con el Partido Comunista de la Federación Rusa (PCFR); con el Partido Liberal-Democrático (PLD), de Vladimir Zhirinovski; o con Rusia Justa (RJ). En temas sociales, será más sencillo acercar posiciones con los comunistas. En lo político lo veo más difícil, todos estarán en contra [risas]. Pero creo que para cambiar cosas del sistema penitenciario podemos encontrar el apoyo del PCFR, de Rusia Justa y del PLD. También podremos entendernos respecto a las reformas del sistema educativo, pero en lo relacionado con el sistema en sí, será más complicado.
¿Occidente es un amigo, un aliado o un enemigo de Rusia?
Para mí, en lo personal, es un aliado, porque creo que lo más importante es la paz, no la guerra. Pero en nuestro país todo Occidente, especialmente Estados Unidos y Europa, son percibidos como enemigos. Las autoridades y el propio presidente [Vladimir Putin], presentan a Occidente como el enemigo. Aunque no lo creo, se puede temer que las acciones de Putin puedan conducir a la guerra; él ya ha demostrado que está listo para hacer sacrificios y organizar guerras. No me gusta su retórica tan agresiva, creo que es muy peligroso.
¿Qué responde a quienes acusan a la oposición de recibir dinero del extranjero?
Ahora cualquier donación desde el extranjero es imposible, es decir, ni un solo rublo del extranjero financia la política o el activismo porque es prácticamente imposible. Eso es así porque las autoridades han bloqueado todo, las subvenciones. Todo, todo, todo, todo está cerrado. Así que para financiar la campaña solo obtuvimos dinero del pueblo ruso, mediante pagos de 300 rublos, 500 rublos, 100 rublos. Esto es duro porque hay que trabajar mucho para recaudar vía crowdfunding. Nuestras autoridades dicen que todo lo extranjero es malo, los políticos extranjeros son malos, los países, los valores, las leyes, todo en definitiva. No hay nada bueno ni en Europa ni en Estados Unidos, en ninguna parte [risas]. Esto se llama 'fortaleza sitiada', cuando crees que a tu alrededor solo hay enemigos. Y no es el caso.
Ha sido una activista por los derechos humanos en la cárceles de Rusia, ¿qué debería cambiar en el sistema penitenciario?
Marina Litvinovich asegura que se sigue torturando en las prisiones rusas
Lo más preocupante es la tortura. Se sigue torturando en las prisiones rusas, se falsifican casos penales, hay mucha gente inocente a la que se encarcela. Además el sistema penitenciario sigue siendo soviético, es decir, conserva todos los problemas de las prisiones soviéticas, hay muchas reglas que se mantienen desde entonces. Las normas son tan inhumanas que atentan contra la salud y la vida de las personas; y eso debe cambiar.
El ejemplo más conocido es el caso Navalny
Sí, él está en una colonia penal terrible, actualmente él está viendo como funciona y sabrá muy bien que hay que cambiar en las cárceles. Las instituciones penitenciarias son un tema interesante en estos momentos en Rusia, dicen que la prisión está en la cabeza, y pensar mientras estás en la cárcel es un problema.
Durante la campaña se ha referido a la actuación del Gobierno en Beslán (toma de rehenes en una escuela que acabó con más de 300 muertos, entre ellos, 186 menores, en 2004) y al hundimiento del submarino Kursk (murieron 118 militares en 2001).
Llevo desde 2005 investigando el atentado de Beslán y ayudando a los familiares de las víctimas, y encontramos que no todo fue como cuenta la versión oficial. Descubrimos que el asalto fue llevado a cabo por nuestros oficiales de inteligencia. No fueron los terroristas los que volaron la escuela, fueron nuestros oficiales de inteligencia. Esta es simplemente la verdad y nuestro gobierno no la quiere reconocer. Y solo se reconocerá después de la salida de Putin y del cambio de poder. Porque, por supuesto, no quieren admitir que ellos mismos mataron a sus propios hijos.
¿Qué perspectivas tiene el feminismo en Rusia?
El feminismo en Rusia se está desarrollando, es típico de las jóvenes, de las nuevas generaciones, porque para las personas mayores de 40, de 50 años, es completamente incomprensible, piensan de una forma conservadora. En el marco de las tradiciones, el marido es lo más importante. Ahora solo lo tiene presente una generación, pero en 10 años será la mainstream (tendencia mayoritaria). Ahora es una lucha entre lo nuevo y lo viejo.
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