Elecciones francesas Francia elige entre el liberalismo de Macron y el patriotismo xenófobo de Le Pen
El líder centrista es el gran favorito para reemplazar al socialista François Hollande en el Elíseo. Sus posibilidades de victoria se han visto reforzadas después de la polémica actuación de Le Pen en el último debate televisivo.
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PARÍS, Actualizado:
Dos Francias antagónicas que se retroalimentan. El neoliberalismo y el europeísmo de Emmanuel Macron contra el patriotismo y la xenofobia de Marine Le Pen. Son estas dos Francias las que se confrontarán este domingo 7 de mayo en las urnas. Dos ideas contrapuestas de la República francesa que se vislumbraron en el bronco debate televisivo del pasado miércoles. Este sirvió para reforzar la condición de favorito del centrista Macron para reemplazar al socialista François Hollande en el Eliseo.
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Según los últimos sondeos, que acertaron los resultados de la primera vuelta, el candidato de En Marche! (En Marcha!) obtendrá un 61,5% de los votos y se impondrá con claridad a la líder del ultraderechista Frente Nacional (39,5%). Los veinte puntos que los separan se han mantenido prácticamente intactos desde que la noche del 23 abril concedían el 62% de los sufragios al dirigente centrista y el 38% a la ultranacionalista. La victoria de Macron parece cantada (salvo una sorpresa mayúscula). Pero esta no se producirá por una adhesión mayoritaria a los valores liberales y business friendly de su candidatura, sino por el rechazo que genera el Frente Nacional entre la mayoría de los franceses.
"Ella no ha cambiado". "Marine Le Pen: la estrategia de la mentira". Así titularon respectivamente este viernes los diarios Libération y Le Monde sus portadas en referencia a la actitud agresiva de Le Pen durante el debate televisivo. Lejos de Macron en los sondeos, la líder ultranacionalista veía en la noche de este miércoles la última oportunidad para remontar. Y decidió atacar a Macron de forma caricaturesca. "Hollande júnior", "el niño querido del sistema y las élites" o "la frialdad del banquero de negocios". Son algunas de las perlas que Le Pen lanzó a su rival para tacharlo como "el candidato del establishment" ante la representante del "pueblo”.
La campaña hiperactiva de Le Pen
"Le Pen apostó por desacreditar a Macron, pero esto hizo que recuperara la radicalidad del Frente Nacional de la época de Jean-Marie Le Pen [el padre]", explica la politóloga y profesora Christèle Marchand-Lagier, experta en esta formación política. Después de haber intentado distanciarse del pasado vinculado al neofascismo de su formación, Le Pen recuperó en el debate con Macron la peor cara de la extrema derecha: el odio al rival político y una ciefdrta falta de preparación ante cuestiones complejas como puede ser la salida de Francia de la zona euro.
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El polémico debate fue la guinda del pastel de la hiperactiva campaña que ha llevado a cabo Le Pen desde la noche del 23 de abril. El día siguiente anunció por sorpresa que abandonaba de forma temporal la presidencia de su partido para desprenderse del estigma de las siglas del Frente Nacional.
El 26 de abril Le Pen visitó por sorpresa la fábrica de secadoras de Whirlpool en Amiens, amenazada por un proceso de deslocalización en Polonia, al mismo tiempo que Macron se reunía con los representantes sindicales en la cámara de comercio de esta localidad del norte de Francia. Así Le Pen pretendía seducir al electorado del izquierdista Jean-Luc Mélenchon (19,58% de los votos) y posicionarse como la defensora del proteccionismo social ante el libre comercio reivindicado por Macron.
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La líder frentista firmó pocos días después un acuerdo electoral con el dirigente conservador y soberanista Nicolas Dupont-Aignan (4,70% de los votos). "Se trata de la primera alianza política que el Frente Nacional hace con otro partido", reconoce Marchand-Lagier.
Esta profesora de Ciencias políticas en la Universidad de Aviñón ve la alianza con Dupont-Aignan como un paso más en la normalización de esta fuerza de extrema derecha, aunque considera que así "el Frente Nacional entra en completa contradicción con el discurso radical e izquierdista utilizado durante las últimas semanas".
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"Le Pen ha hecho durante las dos últimas semanas una campaña desafortunada. Ha querido transmitir al mismo tiempo un mensaje radical y moderado", asegura un analista político
"Le Pen ha hecho durante las dos últimas semanas una campaña desafortunada, en la que ha intentado hacer una mezcla extraña. Ha querido transmitir al mismo tiempo un mensaje radical y moderado", asegura el analista político Christophe Bouillaud, profesor en Sciences Po Grenoble.
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Una campaña hiperactiva, pero contradictoria y sucia. El miércoles páginas webs y cuentas de Twitter vinculadas a la fachoesfera hicieron circular una información no verificada y probablemente falsa sobre una supuesta cuenta corriente de Macron en las Islas Bahamas.
Para atraer a los votantes del conservador François Fillon (20,01%), la dirigente ultranacionalista ha moderado su propuesta sobre la salida de Francia del euro. Aboga ahora por la creación de una nueva moneda común europea, que podría servir para las transferencias internacionales de la banca y las grandes empresas. De esta forma, el Frente Nacional ha matizado una medida central en su programa, pero que rechazan la mayoría de los franceses y una parte significativa de sus electores. "Buena parte de las personas de clase media y los jubilados con ahorros no votarán a Le Pen por el miedo a la salida del euro", explica Bouillaud.
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Macron, el gran favorito por descarte
Macron será seguramente elegido presidente este domingo, "pero lo hará porque se enfrenta a un partido que da miedo, se proclamará vencedor por descarte", afirma Bouillaud. El 46% de los electores que apostaron por él durante la primera vuelta ya lo hizo moviéndose por la lógica del voto útil. Es decir, para evitar una segunda vuelta entre la derecha y la extrema derecha, como sucedió en 2002, cuando se enfrentaron el conservador Jacques Chirac y Jean-Marie Le Pen.
Pese a su probable victoria, el líder de En Marche! deberá hacer frente "al escepticismo de una parte de los electores de la derecha republicana y la izquierda radical", asegura Bouillaud.
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Casi la mitad de los electores reconoce que no le gusta la personalidad de Macron, según un sondeo de Cevipof, publicado este miércoles. El 29% de los franceses desea que no gane ni Macron ni Le Pen, según este mismo estudio. Y el 67% prefiere que su país no se abra aún más a la globalización como reivindica el candidato centrista. El neoliberalismo militante del exministro de Economía no convence a la mayoría de los franceses.
"Una parte importante del electorado de Mélenchon es hostil a la idea de votar por Macron", reconoce Bouillaud. Los simpatizantes de la izquierda radical reprochan al dirigente centrista el haber sido el inspirador de las medidas económicas más polémicas del mandato de Hollande, como la reforma laboral o la reducción en 40.000 millones de euros de los impuestos a las medianas y grandes empresas. Por este motivo, el líder de la Francia Insumisa (FI) ha preferido no pedir el voto para Macron, aunque ha defendido que "ningún voto debe ser para Le Pen". Una posición compartida por los sindicatos contestatarios, como la CGT o Force Ouvrière.
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La izquierda coquetea con la abstención
De hecho, dos tercios de los militantes de la FI votarán en blanco o se abstendrán, según la consulta online hecha por este movimiento, publicada el 2 de mayo. Sólo el 34% de los insumisos apostará por Macron. A pesar de la ambigua posición de los militantes melenchonistas, criticada con obstinación por la prensa francesa, "habrá un traspaso muy minoritario de votos de la izquierda radical a la extrema derecha" explica Fédérico Vacas, director adjunto del departamento de política de Ipsos.
"Sólo el 10% de los electores de Mélenchon dice que apostará por Le Pen, el 50% lo hará por Macron y el 40% restante se abstendrá o votará en blanco"
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"Sólo el 10% de los electores de Mélenchon dice que apostará por Le Pen, el 50% lo hará por Macron y el 40% restante se abstendrá o votará en blanco", asegura Vacas. En cambio, el principal caladero de votos del que se beneficiará el Frente Nacional provendrá probablemente de la derecha republicana. "El 28% de los electores de Fillon se decantará por Le Pen, el 46% por Macron y el 26% se abstendrá", afirma Vacas.
Al contrario de lo que sucedió en las elecciones presidenciales de 2002, o en las regionales de 2015, la amenaza de la llegada al poder del Frente Nacional no parece movilizar al electorado francés. Según los estudios de Ipsos, la abstención se incrementará respecto a la primera vuelta, que fue del 22%, y se situará en torno al 26%. "Desde los años sesenta no se producía un descenso de la participación entre la primera y la segunda vuelta", reconoce Vacas. Una muestra más de que buena parte de los franceses prefiere no elegir entre el neoliberalismo de Macron y el patriotismo xenófobo de Le Pen.