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Elecciones en Colombia El Pacto Histórico ganó en las urnas, pero también aprendió a encontrar votos "perdidos" en el arcaico sistema electoral colombiano

La coalición progresista es la principal bancada tras las elecciones en Colombia, un puesto que antes tenía el 'uribismo'.

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La Policía custodia un centro de votación en Toribio durante las elecciones presidenciales y al Congreso de Colombia. — Edwin Rodriguez Pipicano / Reuters

Bogotá (Colombia),

En una semana, el Pacto Histórico ganó tres curules más al Senado y ajustó 19 senadores (17.6%). Fue la opción más votada en las primarias, y también la más votada en ambas cámaras del Congreso.

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Tamaño triunfo hace honor al nombre de esta coalición de izquierdas y progresistas, pero va de la mano de otro éxito inédito: haber descubierto hasta las 9 de la noche del 18 de marzo 545.902 votos que fueron omitidos en los resultados preliminares dados a conocer la noche de las elecciones, el 13 de marzo.

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Ese día se eligió Congreso y el candidato presidencial de tres coaliciones: el Pacto Histórico, los verdes (centro) y la derecha. La Registraduría Nacional, encargada de organizar las elecciones, publicó los resultados preliminares en pocas horas, pero los datos que valen son los de la etapa siguiente, los escrutinios, que han tenido lugar toda la semana. En ellos se revisan las mesas sobre las que hay dudas o quejas que interponen, en un primer eslabón, los testigos electorales que acreditan los partidos y que son los únicos que pueden vigilar el primer conteo de votos en cada mesa.

Resultó que en 28.466 mesas, la cuarta parte del total, no se reportaba ni un solo voto por el Pacto Histórico, un dato improbable. También levantaron sospecha las mesas donde la diferencia de votos por Senado y por Cámara para el Pacto Histórico superaba el 10%. Entre las irregularidades estaba la existencia de 800 mesas de votación que no figuraban en el listado oficial, no se sabe por qué. Y, además, el viernes 18 al anochecer cerca del 40% de la votación del exterior no había pasado por el escrutinio.

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Al respecto, la Misión de Observación Electoral de la Unión Europea (MOE-UE) manifestó que "la discrepancia entre los resultados del preconteo para el Senado y los que arroja esta primera etapa del escrutinio, ha sido inusualmente grande".

El arcaico sistema electoral colombiano

El Pacto Histórico decidió no entrar en peleas y trató de evitar hablar de fraude, aunque sí se mantuvo en estado de alerta y convocó a la movilización en redes sociales. "Seamos cuidadosos con el lenguaje. Aquí decimos que se trata de un error de transmisión. Un error no es fraude. Vamos a tener un lenguaje prudente en esta semana para poder establecer que se trata de un error de transmisión…": palabras más, palabras menos, estas fueron las instrucciones que escuchó Público la noche del miércoles 16, en una reunión virtual de uno de los coordinadores de la campaña electoral del Pacto Histórico con mil testigos electorales de todo el país, el aforo máximo que permite la plataforma Zoom.

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A pesar de que en 2014 se aprobó por ley la introducción del voto electrónico, este todavía no se ha implementado

El instructor subrayó: "Estamos hablando de una movilización política de carácter cerrado" y añadió: "No estamos hablando de mítines, de bloqueos ni de marchas. Todo eso, out". También se trataba de que el registrador nacional, Alexander Vega, entendiera que el sistema electoral necesita ajustes y que él debe hacerlos antes de la elección presidencial del 29 de mayo, advirtió.

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A pesar de que en 2014 se aprobó por ley la introducción del voto electrónico, este todavía no se ha implementado. El arcaico sistema electoral colombiano recurre al teléfono y, en ocasiones, al fax para la transmisión y recepción de datos. Apenas se cierra la votación, a las 4 de la tarde, casi 17.000 personas dictan o digitan los resultados de cada una de las 112.012 mesas electorales. Lo dice la propia autoridad electoral, la Registraduría,en su página web: "Es posible que en la llamada una persona dicte un dato, por ejemplo tres, y al otro lado de la línea se entienda otro, por ejemplo trece". A pesar de los intentos, no ha habido forma de conseguir que el Congreso apruebe una reforma electoral seria.

Los más de 28.000 casos así, llamados errores de transmisión, fueron atribuidos en efecto al diseño "extremadamente complejo y muy propenso a que se produzcan errores", como lo describió la MOE-UE, de las actas de resultados, un formulario que deben llenar a mano los jurados, en tres copias, en cada mesa de votación.

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Así las cosas, el Pacto Histórico logró desplegar, por primera vez en la izquierda, a poco más de 52.000 testigos electorales (la cifra más conservadora, pues algunos dirigentes hablaron de más 100.000) para vigilar las mesas de votación y presenciar el "preconteo". Luego, cientos de abogados trabajaron esta semana en jornadas de, al menos, 12 horas diarias para hacer ver a jueces y magistrados, evidencias en mano, las irregularidades detectadas mesa por mesa.

Gustavo Petro celebra en Bogotá la victoria del Pacto Histórico en las elecciones de Colombia. — Luisa Gonzalez / Reuters

"Como ya sabíamos cómo es que nos roban los votos, fue mucho más fácil", dijo a Público telefónicamente la senadora reelecta por el Pacto Histórico Aida Avella, presidenta de la Unión Patriótica. "Por eso descubrimos los votos faltantes", añadió. Pero falta por encontrar miles de "errores" más. Al terminar la jornada del viernes todavía faltaba, por ejemplo, escrutar el 40% de las 1.251 mesas del exterior.

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"La gente está indignada, incluso gente que no es del Pacto y que no votó me ha dicho que eso no se hace y ahora va a votar. Este es un nuevo momento" político que hay que saber leer, indicó Avella. Ella está "absolutamente convencida" de que el Pacto Histórico, con su candidato Gustavo Petro, ganará en primera vuelta en mayo.

Aunque aún falta mucho por analizar y demostrar, mediante la georreferenciación del voto y la edad de los votantes, algunos señalan el efecto que pudo haber tenido en el comportamiento electoral el estallido social de 2021, convocado por las centrales obreras pero protagonizado por jóvenes urbanos de estratos medios y bajos sin trabajo y sin derecho al estudio. También hubo huelgas en 2019 y 2020 y todas fueron reprimidas brutalmente por el gobierno de Iván Duque, del sector del ultraderechista expresidente Álvaro Uribe.

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En este video de 21 minutos de Palabras Mayores, un programa de YouTube del cirujano colombiano residente en España Pablo Bohórquez, dos expertos y una activista concluyeron el viernes que es necesario pedir el conteo total del 100% de la votación, una decisión que depende de los jueces.

La abstención no disminuyó y ronda el 54%, aunque los puestos de votación, normalmente vacíos, se vieron atiborrados de gente el día de la elección. Por ahora, los resultados muestran una mermada votación por los distintos candidatos cercanos a Uribe, cuyo partido (Centro Democrático) se descolgó de ser la bancada mayoritaria en el senado con 19 curules en las elecciones de 2018, a los actuales 13 senadores. La tesis inicial de analistas consultados por Público es que el uribismo no salió a votar, pero sí votó gente nueva por el Pacto Histórico.

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La fórmula vicepresidencial de Petro

La lideresa popular negra y feminista Francia Márquez tuvo más votos en las primarias del Pacto Histórico que el exalcalde de Medellín, Sergio Fajardo, en las primarias de la coalición de los verdes con sectores centristas.

Fajardo es ahora por segunda vez candidato presidencial y ya escogió a su fórmula para vicepresidente, un exministro de Juan Manuel Santos de raza negra. Márquez, con sus más de 783.000 votos en las primarias -en las que Petro ganó la candidatura presidencial con al menos 4,5 millones de votos-, no puede ser ignorada por los partidos que integran el Pacto Histórico y que escogen el martes la fórmula vicepresidencial de Petro.

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Francia Márquez sabe de qué está hablando cuando se refiere a adultos, niñas y niños que tienen que "vivir con esa fatiga todo el tiempo", en referencia al hecho de pasar hambre. Es hija y nieta de mineros artesanales del oro aluvial en la comunidad de La Toma, departamento del Cauca al suroccidente de Colombia. Para separar el oro incrustado en los granos de arena, en La Toma no usan mercurio, sino una planta. Márquez estudió Derecho para defender a su comunidad de una megaminera y ganó en 2018 el prestigioso premio Goldman del medio ambiente.

Las negociaciones

Ha habido, pues, un avance electoral sustancial de las fuerzas populares, sí. Pero, si se miran las cuentas electorales a la manera tradicional y no según "el nuevo momento" que ve la senadora Aida Avella, todavía no está garantizada la presidencia de Petro.

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Roy Barreras es senador y un político avezado que tiene fama de acertar en sus cálculos electorales y de alianzas. Ha pasado por varios partidos – fue uribista, fue santista- y ahora es el jefe de debate de la campaña electoral del Pacto Histórico. "Es la primera vez en 200 años que una coalición de centro izquierda, y mayoritariamente de izquierda democrática, tiene la mayoría parlamentaria", dijo a Público. En cuanto a la Presidencia, expresó que "somos bancada mayoritaria, pero tenemos que construir bancada de Gobierno con las fuerzas alternativas, con los verdes y con los senadores de los tres partidos de origen liberal que comparten con nosotros la implementación del acuerdo de paz, la solución dialogada de los conflictos, la defensa de la vida digna, de la equidad y del medio ambiente. Ellos serán con nosotros bancada de Gobierno: Pacto Histórico, Verdes alternativos y Liberales". Es decir, el partido liberal, partido de la U (donde ha militado Barreras) y el Nuevo Liberalismo, el partido del líder liberal Luis Carlos Galán, asesinado en plena campaña electoral en 1989, pero que no alcanzó a obtener senador.

Ya lo había indicado Petro la noche del triunfo electoral el domingo 13 de marzo, cuando invitó a todos los demás sectores políticos a unirse a su candidatura y a su eventual Gobierno: "Aquí los únicos que no caben son los corruptos y los genocidas", dijo.

Gustavo Petro celebra junto a Francia Márquez la victoria del Pacto Histórico en las elecciones de Colombia. — Luisa Gonzalez / Reuters

"No vinimos a vengarnos", añadió. "Si nosotros logramos ser mayoría, no vamos a tratarlos como nos trataron". En Colombia, no tratar a la oposición como la oposición ha sido tratada implica no asesinar al principal candidato opositor y seguro ganador de la presidencia (Jorge Eliécer Gaitán en 1948, Luis Carlos Galán en 1989); no exterminar a miles de líderes y votantes del principal partido de oposición (el gaitanismo liberal, a partir de 1946 y la Unión Patriótica, de mayoría comunista, a partir de 1984); no retorcer la ley para retirar de su cargo a los opositores elegidos por voto popular (el propio Petro en 2013 cuando era alcalde mayor de Bogotá, quien fue restituido en su cargo por orden de un tribunal interamericano); no amenazar de muerte a las familias de los candidatos opositores (Petro tiene en el exilio a su madre, y Francia Márquez, a sus dos hijos), y más etcéteras de similar calibre.

Como el exalcalde Fajardo siempre ha comenzado sus campañas vetando cualquier alianza con Gustavo Petro, se ve difícil un Frente Amplio con él, aunque la alianza sí ha funcionado con los parlamentarios verdes.

Lo mismo puede pasar con sectores liberales: que la base se pase a votar en esta oportunidad por Petro. Así las cosas, la tarea de Roy Barreras de construir un Frente Amplio por arriba está difícil, pues la vicepresidencia se estaría perfilando como un fuerte atractivo a la hora de decidir los partidos bisagra a cuál eventual Gobierno apoyar. Las propuestas que conoció Público, pero que no pudo corroborar, más parecen matrimonios por conveniencia que acuerdos políticos sobre puntos programáticos comunes.

Según dijo a Público una fuente de dentro de la campaña del Pacto Histórico, por ejemplo, el exvicepresidente Germán Vargas Lleras (Cambio Radical, el partido más corrupto) sí apoyaría, pero si la vicepresidencia es para su esposa, la politóloga Luz María Zapata, actualmente presidenta de Asocapitales, ella misma un mensaje de tranquilidad para los gremios productivos que están peligrosamente erizados ante la posibilidad de que gane un centroizquierdista. Muchos en las izquierdas que integran el Pacto Histórico no logran ver con buenos ojos estas posibles transacciones. "Si el martes me llaman a mí a votar, como presidenta de la Unión Patriótica, yo voto por Francia", adelantó a Público Aida Avella.

La composición política del nuevo Congreso

Existe una combinación de bancadas que tiene como denominador común ser oposición del actual Gobierno. Según el corte del escrutinio de la 01.30 horas de la tarde del viernes 18, el Pacto Histórico consigue 19 senadores. A ellos se suman dos senadores de la circunscripción indígena y los cinco senadores de las antiguas FARC, que entran por derecho propio como medida de inclusión política dispuesta en el acuerdo de paz. Otros 13 son de la coalición Verdes-Centro Esperanza, para un total de 38 en el variopinto bando que, sin embargo, comparte varios puntos programáticos, sobre todo el cumplimiento del acuerdo de paz.

La bancada gobiernista retrocedió pero sigue siendo mayoritaria, aunque tampoco alcanza en solitario la mayoría absoluta: 15 senadores del partido conservador, 13 del Centro Democrático -partido de gobierno comandado por el ultraderechista Álvaro Uribe-, 11 de Cambio Radical y otras cuatro curules para una coalición de partidos cristianos, conservaduristas. En total, 43.

Por su parte, de los partidos bisagra -a veces gobiernistas y a veces no- obtuvieron 15 senadores el partido liberal y 10 el partido de la U, fundado por Juan Manuel Santos. En total, 25 votos a los que les coquetean tanto el Pacto Histórico como el uribismo.

La composición del Senado refleja la correlación de fuerzas y esta sigue siendo difícil. En 2018, el actual presidente Iván Duque fue elegido en segunda vuelta por la unión de estos dos últimos sectores, y no se descarta que esta vez ocurra lo mismo. Es decir, Petro podría perder, y los dos sectores unidos contra los progresistas suman una mayoría de 68 senadores. De ahí que el Pacto Histórico necesite ganar en la primera vuelta en mayo para que no haya balotaje en junio: Petro debe obtener más del 50% de los votos.

En el escenario actual, todavía no está claro quién pasaría a segunda vuelta para retar a Petro. La derecha está dispuesta a barrer con el candidato de Uribe en esta ocasión, el exalcalde de Medellín Alfredo Gutiérrez, pero también puede optar por apoyar a Sergio Fajardo, pues lo que interesa es cerrarle a toda costa el camino a Petro.

Los candidatos presidenciales tienen una semana para escoger su fórmula vicepresidencial y lanzarse a la campaña definitiva.

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