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La diplomacia israelí se opuso al asalto a la flotilla

El Ministerio de Exteriores desaconsejó el abordaje en aguas internacionales

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El Ministerio de Exteriores de Israel advirtió al Ministerio de Defensa y al Gobierno de Binyamin Netanyahu de que no abordara a los navíos de la Flotilla de la Libertad en aguas internacionales, puesto que ello "podría acarrear problemas políticos, de comunicación y de imagen" para Israel, indicó ayer a Público su portavoz, Yigal Palmor.

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"El ministerio también informó al Gobierno de que desde el punto de vista del derecho internacional, el asalto era legal. Al final el Gobierno sólo consideró esto último y decidió llevar a cabo el abordaje", explicó Palmor.

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Según el diario Haaretz, el Gobierno y Defensa desoyeron las recomendaciones del ministerio, que consideraba que la Armada israelí no debía actuar hasta que la flotilla se hallara dentro de las 20 millas de aguas territoriales, ya que en caso contrarío podría tener consecuencias negativas para Israel si una comisión de investigación internacional examina lo ocurrido el 31 de mayo.

La opinión del ministerio de que el asalto era legal se fundamentaba en precedentes de las armadas de Estados Unidos y de Reino Unido, así como en una interpretación del Manual de Derecho Internacional de San Remo de 1994. Exteriores, sin embargo, insistió en que era recomendable aguardar a que el convoy estuviera en aguas israelíes.

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"Si alguien entra en tu casa para robar y tú le disparas después de haber cruzado la puerta, esta acción se puede justificar sin problemas ante un tribunal. Pero si atacas al ladrón mientras este se dirige a tu casa, a una distancia de dos manzanas, entonces tienes un problema", dijo un alto funcionario de Exteriores.

Sin embargo, el ejército optó por actuar cuando el Mavi Marmara y el resto de las embarcaciones todavía no habían cruzado las 20 millas. Los militares temían que si la flotilla entraba en las aguas territoriales, sería muy complicado detenerla, y prefirieron abordar los barcos uno a uno, a una cómoda distancia de la costa.

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Mientras tanto, Hamás y Turquía están estudiando la mejor manera de llevar a Israel a los tribunales internacionales por el asalto del Mavi Marmara, que se saldó con la muerte de nueve activistas.

La ayuda que llevaban los barcos espera ahora en la frontera de Gaza, informaron fuentes israelíes ayer. Para aceptarla, Hamás exige a Israel que pida autorización a la ONG turca IHH, la organizadora de la flotilla, algo que Israel seguramente no hará. Lo importante aquí no es la ayuda sino los principios.

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De todas formas, Tel Aviv no iba a dejar entrar toda la ayuda. Por ejemplo, las baterías están prohibidas, incluso las de las sillas de ruedas, algo que Hamás no acepta.

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