Dilma se queda a sólo el 3% de la mayoría absoluta en Brasil
La candidata del Partido de los Trabajadores no logra evitar ir a una segunda vuelta a pesar de su holgada victoria. La izquierda brasileña obtiene el mejor resultado electoral de su historia
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"Somos guerreros y estamos acostumbrados a los desafíos". Con estas palabras, Dilma Rousseff, la candidata escogida por Luiz Inácio Lula da Silva para sucederle como presidente de Brasil, animaba a su militancia una vez se supo que habrá segunda vuelta el 31 de octubre. El propio Lula se había anticipado a los escrutinios cuando, en la mañana del domingo, subrayaba que él nunca alcanzó la mayoría absoluta en la primera vuelta y animaba a retomar la campaña: "Apenas serán 30 días más de lucha y ganaremos la disputa", aseguró.
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Dilma ganó con holgura, con un 47% de los votos válidos, 14 puntos porcentuales más que José Serra. Sin embargo, se vivía un cierto clima de derrota en el Partido de los Trabajadores (PT). "Aunque la izquierda tuvo el mejor resultado electoral de su historia, la frustración vino de la expectativa, creada por las encuestas, de una victoria en la primera vuelta", explica en su blog el sociólogo Emir Sader. Los institutos de opinión se equivocaban. Tenían razón los brasileños de a pie que repetían desde hace semanas: "Habrá segundo turno, siempre lo hay".
Lula ha animado a sus votantes a seguir luchando "30 días más"
El de ayer fue un día agitado para los dirigentes del PT de Dilma y del Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB) de Serra. Ambos reo-rientarán su campaña, sabedores de que la segunda vuelta siempre se inclina a la bipolarización y expectantes por el papel que desempeñará Marina Silva, que obtuvo el 19,3% de los sufragios.
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El candidato a la vicepresidencia con Dilma, Michel Temer (Partido del Movimiento Democrático Brasileño, PMDB) lo resumía así: "Faltó muy poco. Ahora, se trata de profundizar en nuestras propuestas".
En el PT temen ahora los embates de la prensa conservadora
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Se prevé que Lula dirija la campaña petista, si bien algunas voces reclaman que Dilma, además de situarse como continuadora del legado lulista, sea "más ella misma" y deje ver esa valía suya para la gestión que convenció al presidente de que era la candidata idónea. Por otro lado, en el PT temen los embates de la prensa conservadora; tal vez por eso, Dilma adoptaba el domingo un tono conciliador y destacaba el "importantísimo" papel de los medios.
Dilma lo tendría más fácil que Serra para garantizar la gobernabilidad. La coalición de Dilma, llamada "Para que Brasil siga cambiando", compuesta por nueve partidos de izquierda y centroizquierda, aumentó su presencia en las dos cámaras legislativas. En el Congreso, el PT y su principal aliado, el centrista y pragmático PMDB, consiguieron la mayor representación, con 88 y 79 escaños de un total de 513. Con la nueva distribución de escaños, a partir de enero de 2011 la base aliada petista contará con el 60% de los escaños, mientras que el PSDB de Serra y su aliado, el DEM (Demócratas), perdieron 34 escaños. Resultados similares se repitieron en el Senado, donde el PMD y el PT, con 19 y 15 escaños respectivamente, conformarán los mayores grupos.
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"Habrá segundo turno, siempre lo hay", decían muchos brasileños
La incógnita es cómo se manejará la inexperta Dilma para negociar las alianzas que apoyen a un Gabinete encabezado por ella. La candidata del Partido de los Trabajadores aprovechó su intervención de la noche del domingo, como también el debate televisivo del jueves, para enfatizar la necesidad de "una convivencia armónica, aunque basada en la divergencia". En el último Gobierno de Lula, 17 de 37 ministerios fueron a parar a los partidos aliados del PT.
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En lo que respecta a los gobiernos de los estados, los candidatos aliados de Dilma vencieron en 11 y los de Serra, en siete. En los otros ocho estados, más el Distrito Federal de la capital, Brasilia, habrá segunda vuelta. El candidato tucano (como se conoce en Brasil al partido de Serra) Geraldo Alckmin, venció por mayoría absoluta en el decisivo estado de São Paulo.