El congreso de EEUU prohibe los métodos de tortura de la CIA
La Cámara de Representantes votó el jueves ilegalizar el uso de la asfixia simulada
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La tortura sigue envenenando la vida política estadounidense. La Cámara de Representantes votó el jueves ilegalizar el uso de la asfixia simulada (en inglés waterboarding), el controvertido método que ha puesto a la CIA entre la espada y la pared y que el Gobierno del presidente George Bush sigue considerando esencial para sonsacar información a los prisioneros de Al Qaeda.
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La ley, aprobada por 222 votos a favor y 199 en contra, siguiendo la fractura entre mayoría demócrata y minoría republicana, prohíbe a la CIA usar métodos de interrogación "enérgicos" y emplaza a la agencia a aplicar al pie de la letra la Convención de Ginebra sobre prisioneros de guerra para evitar otros bochornosos episodios como el de la cárcel de Abu Ghraib.
La medida, que todavía debe ser ratificada por el Senado, es parte de un paquete más amplio, el Intelligence Authorization Act, que también incluye mejorar los servicios de traducción, producir regularmente informes sobre los programas nucleares de Irán y Corea del Norte y crear la figura de un inspector general que vigile, tarea prácticamente imposible, las 16 agencias de espionaje del país.
El veto presidencial
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La Casa Blanca ya ha anunciado que vetará la medida. Limitar al manual del Ejército, los interrogatorios de la CIA a "miembros de Al Qaeda, impedirá a los EEUU conseguir información vital para proteger a los americanos de posibles ataques", dijo el Gobierno.
La decisión ocurre días después de que la CIA reconociera que destruyó los vídeos de los interrogatorios de Abu Zubaida, supuesto lugarteniente de Bin Laden, y otro sospechoso de Al Qaeda, en los que presuntamente se usó la técnica de la asfixia simulada, para proteger a sus agentes.
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El director de la CIA, Michael Hayden, testificó esta semana, a puerta cerrada, ante una comisión de investigación del Senado sobre el incidente.
Los demócratas, intentan gracias al acuerdo alcanzado en el Congreso, sacar el tema de la tortura, hasta ahora tabú, a la luz pública, aún sabiendo que el veto de Bush invalidará la ley.
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"Debemos fijarnos una serie de parámetros" para tratar a los sospechosos de terrorismo, aseguró el general Paul Kern, que investigó los abusos de Abu Ghraib.