“Misión cumplida”. Con estas palabras, un victorioso Evo Morales confirmó ayer que el Congreso rubricó la ley que da luz verde para convocar el 25 de enero de 2009 el referéndum para aprobar la nueva Constitución donde se recogen los derechos indígenas y el Estado es el único propietario de los ricos recursos del país. “Vamos a refundar Bolivia”, proclamó el presidente desde el Palacio Quemado frente a una abarrotada Plaza Murillo.

En su discurso, el mandatario se refirió a su reelección y señaló que siente que “no es importante para el proyecto popular de Bolivia”. “Pero ya no habrá doctores, ni dictadura ni vendepatrias”, agregó. No solo Morales estaba exultante. Los observadores de la Organización de Estados Americanos y de la UE celebraron el acuerdo y señalaron que es “el primer paso que marca el camino hacia la unidad” del país. También Luis Vásquez, senador de la alianza opositora Poder Democrático y Social (Podemos), se felicitó por la tregua: “Hemos logrado consensuar un proyecto de Constitución”.

Dos consultas

El referéndum constitucional constará de dos consultas: una sobre el articulado en su conjunto y otra sobre la extensión que debe tener un latifundio improductivo para ser expropiado por el Estado. Será el primer paso hacia una reforma agraria más amplia.

La nueva Carta Magna también prevé dar más representación a las 36 etnias indígenas, reformar el sistema judicial y consolidar el control estatal de los recursos naturales. Especialmente sobre los hidrocarburos, cuya producción de gas coloca a Bolivia en el segundo lugar de Suramérica.

La renuncia de Morales a una segunda reelección fue clave para llegar al acuerdo. Solo en el año 2008, el país celebró cuatro referendos autonómicos de tinte independentista en la Media Luna –Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija– y padeció una intentona de golpe de Estado y una masacre de indígenas en Pando que casi acaba en guerra civil.

Ahora, gracias al acuerdo de los cuatro principales partidos y la venia de los cuatro gobernadores díscolos de la Media Luna, el país ha abierto una hoja de ruta para zanjar la crisis. Con el apoyo del Parlamento, se fija para el 6 de diciembre de 2009 la convocatoria de elecciones. Morales lanzó una andanada contra la extrema derecha por rechazar la renta “dignidad” (30 dólares a los ancianos sin jubilación) y el bono para que los niños tengan acceso escolar gratuito.